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domingo, 9 de marzo de 2014

TAJ-ROLLITOS DE ESPÁRRAGOS



 

Querida madre: Me acaban de enviar un correo con una impresionante foto del Taj Mahal, y me ha hecho volver a recordar la preciosa historia de amor que encierra.

 
Hoy, como si de un precioso cuento se tratara, lo resumiré para ti y, al mismo tiempo, reviviré aquellos dulces momentos cuando tú, sentada en mi  cama, me contabas aquellas preciosas historias que te inventabas para que durmiese feliz.

 
A principios del Siglo XVII, un príncipe heredero del gran Imperio Mogol, conoció a Mumtaz Mahal, una linda princesa de 19 años, se enamoró  profundamente de ella, pero aún  tuvo que esperar cinco largos años hasta poder convertirla en su esposa.  

Vivieron un amor intenso, apasionado, uno de esos amores que merecen ser recordados por dejar profunda huella pero, muchas veces, el destino se vuelve cruel, despiadado, tanto…que ella muere cuando da a luz a su hijo número catorce.

Presintiendo su muerte, le pide a su marido, antes de morir, que le hiciese cuatro promesas:

  • Que construyera una tumba para ella.
  • Que se volviese a casar.
  • Que fuera buen padre con sus hijos y que visitara su tumba en cada aniversario de su muerte.

Shoah Jahan comenzó la construcción de la tumba a orillas del río Yamuna. Miles de personas trabajaron en la obra durante más de 20 años. Levantaron un monumento en mármol blanco en el que se fusionan la arquitectura hindú con la persa-musulmana.

Tanto el interior como el exterior de la tumba, se adornó con piedras preciosas traídas de lejanos países.

Su desbordado amor, al tratar de cumplir la promesa hecha,  le llevó a la ruina y a la pérdida del trono.

Fue derrocado por uno de sus hijos y encerrado en el Fuerte de Agra.

Allí permaneció privado de libertad el resto de su vida pero, tras las rejas de su prisión, podía contemplar la maravillosa obra que había dedicado a su esposa. Hoy en día, es el monumento más impresionante de la India y yo creo que, el visitante que tenga la suerte de poder verlo, tendrá que sentir en su rostro, una caricia de amor que es como un dulce beso de bienvenida.

Después de haber leído esta historia, he escrito:


 Yo haría para ti
Un monumento de amor
Lo llenaría de besos
Como pétalos de flor.
Mi Taj Mahal sería
Un nidito para dos
Donde tú y yo, muy juntos
Disfrutáramos de amor.
Donde la dicha inundara,
Como el sol de la mañana,
Dos corazones amantes
Que tañen como campanas.
Dos corazones unidos
Que se quieren con pasión
Dos almas, en una sola
Que hoy sufren separación.

Y para rematar mi entrada, hoy te voy a mandar la receta de unos rollitos de espárragos.

INGREDIENTES:
Una o dos latas de espárragos gruesos, lonchas finas de jamón de york (tantas como espárragos) harina y un huevo para rebozar.

INGREDIENTES PARA LA SALSA:
Dependiendo de la cantidad que necesitemos, utilizaremos una o dos cebollas y uno o dos puerros, dos dientes de ajo, una cucharada de harina, perejil picado, una copa de vino blanco y un vasito de agua de la conserva de los espárragos.
 
PREPARACIÓN:
1-Enrollar cada espárrago en una lámina de jamón de york.

2- Cuando los tengamos todos enrollados, se pasan primero por harina y luego por huevo batido.


3-Freírlos en una sartén con aceite, dejarlos reposar sobre un papel absorbente. Reservarlos.
 
PREPARAR LA SALSA:
1- Poner una cazuela sobre el fuego con un poco de aceite, echar los dos dientes de ajo picaditos y dejar que tomen color.

2- Picar finamente el puerro y la cebolla, añadirlos a la cazuela. Dejar pochar todo junto.



3-      Añadir una cucharada de harina, remover bien.

4- Regar con el vino blanco y el agua de los espárragos. Dejar cocer unos minutos hasta que la salsa espese.

5-      Triturar la salsa.


6-  Meter en ella los espárragos rebozados, dejar dar un hervor y espolvorear con perejil muy picadito.
 
7-Servir y degustar. Lo ideal sería hacer este plato con espárragos naturales previamente cocidos


Por esta semana he cumplido. Ya sólo me falta enviarte un  abrazo muy fuerte cargado con los cariños de toda esta familia. 

                                      Kasioles