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jueves, 21 de agosto de 2014

UNOS QUE VIENEN Y OTROS QUE SE VAN….

Querida madre: Quiero hacer con mi regreso, una continuación de mi última carta, como si entre la una y la otra, no hubiesen pasado meses, ya que, de alguna manera, así ha sido.

Me he acordado de todos los amig@s que semanalmente nos arropan con sus letras y también les he echado en falta.

Tengo que confesarles que los quiero y que ya estoy totalmente recuperada de aquella mala pisada, vuelvo con los brazos en cruz para cobijarlos a todos en un fuerte abrazo, de alguna manera debo agradecerles tan cariñosos comentarios.

Ahora quiero contarte algo de lo que hemos hecho últimamente: Una escapada a nuestra querida Galicia profunda.

Estuve con Máriel y Pi en la fiesta del pulpo de Carballiño ¡cuánto me acordé de ti! Disfrutarías un montón con nosotras y participarías de esa alegría que se palpaba en el ambiente.



Con ésta, es la tercera vez que hemos ido y prometimos volver, es algo único que merece la pena ser recordado.

  
Y, al compás de una dulce música de gaita, al mismo tiempo que disfrutábamos de un día de sol y suave calor, recorrimos la calle principal, (José María Mosquera) admirando los puestos de artesanía que, a ambos lados de la calle, nos ofrecían  trabajos creativos. A Paco, o cesteiro, le compramos dos paneras de mimbre.


Para los amantes de las antigüedades, había cantidad de puestos que nos hicieron recordar todo aquello que íbamos desechando de las abuelas. Con nostalgia he vuelto a ver aquellas planchas que se encendían con brasas de carbón, las monedas de tiempos pasados, esos dedales, que si estuvieras conmigo, madre mía, te hubiese regalado uno para tu colección, en fin, cantidad de cosas para todos los gustos.


En la fuente do Concello (Ayuntamiento) me hice una foto, fue construida en el año 1876 y restaurada en 1997.Esa cancioncilla, es preciosa, intentaré hacer la traducción:


Hecha de piedra sonora
la Fuente Municipal
¡rompe su cristal
en música que enamora!


Con pasos vivos, ligeros
el agua baja corriendo
¡las mulas y los arrieros
la llevan tiempo bebiendo!

Con sonido seguro y continuo
la fuente fluye despacio
¡Y la gente de Carballiño
escucha, mira y consiente!






El pueblo nos acogió engalanado para la ocasión, estábamos en la Plaza Mayor con el Ayuntamiento al fondo.



A todos nos obsequiaban con un lazo rojo con letras en blanco, nos lo ponían anudado a la muñeca y  en él se podía leer: VIVAMOS COMO GALEGOS.
Dejo el vídeo de este año, creo que va dedicado a todos los gallegos que viven en Cataluña.





En  la mañana del sábado, al poco de llegar, no he podido remediar la tentación de darme una vuelta por el mercado y he  comprado carne para preparar el churrasco, (lo hacen a la brasa con la parte de la falda de la ternera cortada en tiras finas), la utilizan también, cortada más gruesa, para hacer el plato típico: CARNE O CALDEIRO, simplemente va cocida con unas patatas, pero está riquísima.

También compré costilla de cerdo salada y unos chuletones de ternera gallega. Andrés, que así se llamaba el carnicero, ha sido de lo más amable, me guardó todo en su cámara y me dio el número de teléfono para que, al día siguiente, lo llamara y pudiera dármelo, hasta me regaló una bolsa ecológica  ¡así de atentos son los gallegos!

En la tarde del sábado, sentadas en una terraza, vimos el desfile de las peñas que habían participado en el concurso de camisetas.



El domingo, era el día de la fiesta del pulpo, pero amaneció nublado, al poco empezó a caer un orballo suave que acariciaba mi piel y yo, que hacía tanto tiempo que no sentía el tintineo de esa lluvia, sin abrir el paraguas, me paseé por el lugar destinado a la celebración de la fiesta.


Se organiza  en el Parque Municipal que está situado a orillas del río Aventeiro, lo que más llama la atención es que, de un día para otro, se ve sembrado de cantidad de mesas y bancos corridos donde se podrá degustar las ricas raciones de pulpo que los pulperos y pulperas venidos de Santa María de Arcos, preparan en sus grandes calderos de cobre y acero.



Tampoco faltan los vendedores del rico pan (centeno, maíz, trigo), los puestos de ropa que se entremezclan con los otros que venden quesos, hacen filloas o promocionan sus ricos productos de huerta, en fin, toda una bella atracción para los amantes del rico cefalópodo que acuden de pueblos cercanos y no tan cercanos, triplicando la población del municipio de Carballiño.


Siempre que salgo de viaje, vengo cargada con lo típico de la tierra que visito, no podía dejar a los míos sin que probasen todo aquello que nosotras habíamos degustado in situ.


La cena del domingo, la preparé al aire libre en el pueblo y allí no ha faltado de nada, todo era fresco, rico, sabroso y aún traía olor a orballo, a carballo, a tierra mojada, al verdor de los campos y al amor de Kasioles que con toda la ilusión lo he traído y preparado para ellos.


Madre, hoy esta carta se alarga, debo acabarla, pero antes, puedes decirles a todos los que están contigo, que he vuelto, que me siento mejor, que no os olvido y que os llevo en el corazón.

Dejo abrazos y cariños a montones para compartir con todos nuestros lectores.

                                        Kasioles