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domingo, 30 de junio de 2013

LA MISIVA.

Querida madre: Antes de dormir y mientras comenzaba a releer un libro de Matilde Asensi (Tierra Firme) que ya había concluido el año pasado por estas mismas fechas, llamó mi atención un ligero ruido semejante a cómo cae algo muy ligero, sin previo aviso, un débil ¡pun!.



Levanté la vista y miré en dirección a la mesilla. Sobre ella, tengo una lámpara que imita a un quinqué  y, como éste no es de petróleo o aceite, sobre el cable que sale de su base, se habían quedado apoyados dos bolígrafos, uno rojo y otro azul.


Mi sorpresa fue grande al ver que, sobre el bolígrafo rojo, se había posado una bonita mariposa con sus alas bien extendidas. 

Me la quedé mirando y sentí no tener la cámara a mano, pues la mariposilla, estaba feliz a mi lado, no se movía.

Al poco, cerró sus alas y ahí se quedó, muy quieta, pensativa.

Ignoro por dónde habrá entrado o de qué lugar vendría, pero segura yo estoy, que un recado me traía.

Y quería transmitirme que alguien, desde muy lejos, se acuerda siempre de mí y me quiere, cuida y mima, todas las horas del día.

Y la sigo viendo acurrucada entre el bolígrafo y el pie de la lámpara, no se mueve, pero tiene vida.


He oído decir, que las mariposas tienen una existencia corta ¡cuánto lo siento! Seguramente mañana, ya no me hará compañía.


Pero ella ha logrado cumplir su encargo, me ha traído la noticia y sonrío agradecida, ya no me sentiré tan sola, pues ya sé que, al igual que yo, me quieres más cada día. 
                                


Esta tarde….
Mirando hacia un cielo azul
Con espuma de algodón
Te llamé, para hablar contigo
Sin tener contestación.
Y como paciencia me sobra
Yo no dejaré de hablar
Te voy contando mis cosas
Con o sin dialogar.
¡Ya quisiera yo escuchar
esa voz que me arrullaba!
Con los años voy perdiendo
El tono que me acariciaba.
Pero esta noche ha llegado
Tu mensaje mariposa
¡Bella forma de dejarme
la misiva más preciosa!


Madre, antes de regresar a casa, he hecho algunas fotos, te las mando para que veas cómo está la huerta y el merendero.























También te mando esas flores, verás que reflejan vida.



















Mil abrazos y gracias por tan inesperada misiva.

                                      Kasioles