Querida madre: Ayer, una amiga me ha
enviado un vídeo muy bonito, en cada secuencia, lleva frases relacionadas con
la vida. Así de simple ¡como si la vida se pudiese resumir en dos minutos de
reflexiones que sobre ella se hacen!
Comprendo y valoro todo lo positivo que
encierra, hay consejos abundantes para no dejarla escapar, tú sabes, más o
menos, a lo que me refiero: Hay que vivirla, valorarla, disfrutarla,
aprovecharla etc, etc.
Yo añadiría que hay que sentirla, amarla y
palpar cada uno de los momentos de
felicidad que nos brinda, exprimir su esencia al máximo y lograr que queden
grabados a fuego en nuestra alma ¡no vaya a ser que la misma vida nos condene
un día a tener que vivir de recuerdos!
Pensativa, y mirando a través de los
cristales de mi ventana, desde donde veo esos árboles, todavía desnudos, por el
frío que sigue haciendo en esta tierra…
Observo, desde hace ya unos días, a una
sola urraca que está construyendo un nuevo nido, nunca está acompañada y siento
pena por ella, ilusión debe tener, cuando está tan afanada, pero habrá ratos
que diga ¡pero que triste es mi vida! Y pensará en su pareja, en los momentos
de amor y, en sus instantes de queja, cuando la añoranza llega, se repetirá mil
veces ¿qué estoy haciendo en la vida si ya no tengo tu amor?
No lo pensé más, rápido cogí un bolígrafo y
me puse a escribir:
Yo no concibo, amor mío
Una vida sin tu amor
Sin verte cada mañana
Y aspirar tu dulce olor.
Sin sentir esa caricia
Suave como una flor
Sin
el beso en la mejilla
Que es mi fuente de calor.
Sin el abrazo apretado
Y el latir apresurado
Cuando juntos me susurras
Palabras de enamorado.
Sin tener nadie en la mesa
Que me alabe la comida
Que preparo con cariño
Para recibirte: ¡Mi vida!
Sin ver tu cara radiante
Tus ojos y tu semblante
Y la sonrisa encendida
Cuando te beso y te digo:
¡Eres la razón de mi vida!
Y ahora hago un alto en el camino, me voy a
comprar unas cocochas para preparar la receta de esta semana.
Ya de regreso, me voy a la cocina para
preparar estas cocochas de bacalao que acabo de traer.
INGREDIENTES: Medio kilo de cocochas de
bacalao, un kilo de mejillones, 250
g de guisantes desgranados, un vaso de vino blanco, otro
del caldo de la cocción de los mejillones, una cebolleta o dos puerros, una
cucharada de harina, dos dientes de ajo, dos huevos cocidos, perejil picado,
aceite y sal.
PREPARACIÓN:
1-Limpiar los mejillones sacándoles las barbas, ponerlos en una cazuela
con el vino blanco y dejar que se abran al vapor.
2-Cocer los huevos durante diez minutos. Pelar y reservar.
3-Poner en una cazuelita los guisantes con agua y sal, dejar cocer hasta
que estén blandos. Colar y reservar.
4-Picar la cebolleta o los puerros, picar también el perejil. Reservar.
5-Retirar la carne de los mejillones de sus cáscaras, reservar algunos
para decorar.
6-Poner sobre el fuego una cazuela baja y amplia, echar aceite, que cubra
el fondo, y añadir los dos dientes de ajo laminados, dejar que tomen color e incorporar la cebolleta muy picadita. Dejar
pochar.
7-Una vez pochada, se añade la harina, remover y cocinar un ratito la
harina. Regar con el agua colada de la cocción de los mejillones, remover.
10-Decorar con el huevo y los
mejillones (sólo con una de sus cáscaras). Servir.
Y ahora ya solo me queda enviarte un abrazo
muy especial con los cariños de tu hija.