Querida madre: Nada más enterarme de que un
conocido amigo bloguero, había sacado a la luz un nuevo libro, me ha faltado
tiempo para adquirirlo, me estoy refiriendo a un poemario escrito en gallego
por André de Ártabro: ENGUEDELLEIME.
¡Qué bien suena! A mi entender, no ha
podido elegir mejor título para este poemario que mana amor desde el principio
al fin.
Nada más recibirlo y, antes de dormir, me
he pasado algo más de una hora leyéndolo, al poco, debí sumergirme en un
profundo sueño en el que, el amor, era
la figura principal de una real y bella
historia entre dos corazones que se amaban con intensidad y que, por
caprichos del destino, ha quedado interrumpida: según sus palabras, que de
algún poema he recogido, se trata de un solo corazón con dos latidos.
Pero en donde hubo un apasionado amor… el
rescoldo no se apaga y los sentimientos, junto con la añoranza de ese amor
perdido, brotan de su alma en letras hiladas, letras que llevan la musicalidad
de la gaita y de esa bella y dulce lengua que se habla en esa tierra donde los
dos han vivido.
Desde mis pucheros, quiero enviarle un
ramillete de felicitaciones, ha sido un placer haberte leído.
Difícil es de expresar
Lo que sentí tan adentro
Fue la emoción del instante
Al recordar ese acento.
Fue un volver al ayer
A los míos, a su encuentro,
Fue una dulce caricia
Que venía de
muy lejos.
Fue poner vida a la letra
Fue un volar de mariposa
Fue el abrazo del amigo
Con suave olor a rosa.
Y sentí que era real
Y escuché voz en sus letras
Por eso hoy, al leerlas,
Suenan como caracolas
Son susurros de la mar
Que me transmiten
sus olas.
Me gustaría dejar un rico plato para celebrarlo,
pero me falta tiempo.
Madre, mañana tu biznieta Laura hace la Comunión,
estamos todos felices y contentos, otro día más que estaremos todos juntos, ya
te contaré más detalles.
Te dejo cariños y abrazos para ti y, otros tantos,
para que los compartas con todos aquellos que están a tu lado y que se alegran
de nuestra felicidad y unión.