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lunes, 21 de diciembre de 2015

ENSALADA DE NAVIDAD

Querida madre: Nada más levantarme, mientras sostengo un cuaderno y un bolígrafo entre mis manos, me siento en el sofá y, sin apenas darme cuenta, dejo vagar mi mirada tras los cristales del cuarto de estar.

Debí quedarme ensimismada, no me preguntes, no sé en lo que pensaba, de pronto…un vuelo de dos urracas me hizo volver a la realidad.

Se posaron en el árbol que el viento azotó unos días atrás.
Ese árbol era su casa, en él habían construido su nido, ahora ya sólo quedan unas cuantas ramas como recuerdo de lo que en su día, había sido.

Era un nido de amor, de ilusiones y proyectos compartidos, ahí nacieron sus hijos y yo escuché sus primeros graznidos.

El árbol acusa el cambio de estación, no hay vida en sus hojas, todo él se ha vuelto de color marrón.

Muchas de ellas se resisten a caer, no quieren formar parte de esa alfombra que cubre las aceras y parte de la calle.

Cuando salgo de casa, las piso con algo de temor, las oigo crujir bajo mis pies y temo lastimar su corazón.

¿Sentirán las hojas? ¿Sentirán las flores?

Yo quiero creer que sí, que algo existe en su interior.

 A veces, cuando les hablo, y les cuento que su jardinero nunca más retornará, advierto en sus verdes hojas, algo parecido a la  nostalgia que apaga su brillar.

Las rosas de mi jardín, van perdiendo su hermosura y su olor ya no es igual.


Ayer noche, miré al cielo, observé la luna y me acordé de la palabra que Sindel había propuesto para esta semana, quise reflejarla en mis letras: LUNA.


Dime:
 ¿Por qué vuelve la nostalgia?
¿Por qué tengo que llorar?
¿Qué fuerza tiene el grillete
que me ata a tu recuerdo
sin poderme liberar?

Grabaste a fuego y buril
Un amor que a veces quema
Y la herida no se cierra
Cuando me acuerdo de ti.

Y la luna, que lo sabe,
Me contempla entristecida
Intenta curar mi herida
Para que no esté afligida.

Días se avecinan tristes
Vacíos hay en mi mesa
Temo que me falten fuerzas
Para paliar, con recuerdos,
El dolor de tantas pérdidas.

Lamento no poder visitaros y abrazaros a todos, os lo debo por el cariño que, semana tras semana, me habéis ido dejando con vuestros comentarios, pero mi tiempo es limitado y, aunque lo he intentado, no puedo abarcar todo lo que yo quisiera.

Desde este espacio quiero desearos, de corazón, una muy FELIZ NAVIDAD  Y UN MEJOR 2016, QUE LA PAZ Y LA FELICIDAD REÍNEN EN VUESTROS HOGARES.

Y ahora, para compensar esas copiosas comidas de estos días que se avecinan, os voy a hacer una ensalada festiva con sabores dulces y salados.

INGREDIENTES: Un sobre de escarola (se puede añadir también rúcula y canónigos, yo no tenía rúcula) una lata pequeña de piña en su jugo, un envase de bacalao ahumado en filetes, anchoas en aceite (mejor de Santoña) tomates cherry, rodajas de mandarinas caramelizadas, nueces troceadas y vinagreta para aliñar, si gusta, utilizar vinagre balsámico de Módena.


PREPARACIÓN:
1-   Colocar, en el fondo de la fuente donde se vaya a presentar la ensalada, la escarola con la rúcula y algún canónigo (a gusto) sobre ellas, distribuir los filetes de bacalao ahumado.

2-   Cortar en trozos regulares la piña, enrollar cada anchoa e ir cubriendo la ensalada.

3-   Repartir por encima los ingredientes que quedan: trocitos de mandarina, los tomates cherry partidos a la mitad y las nueces troceadas. El hacer las mandarinas caramelizadas lleva tiempo, de no disponer de ellas, utilizar gajos naturales de mandarina, no es igual, pero es una solución rápida.

4-    Aliñar en el momento de servir. Eché un buen aceite de oliva y vinagre, pero no lleva nada de sal, el bacalao y las anchoas ya la tienen.


Madre, a todos los míos que ya no están, hoy quiero enviarles montones de abrazos para que no se sientan nunca solos y también disfruten de una muy FELIZ NAVIDAD.



Con el cariño de todos para todos.

                                                        Kasioles