
¡hasta he encontrado juguetes de
cuando tus biznietos eran pequeños!
Entre tantas cosas,
he rescatado varios folios que había escrito años atrás. Uno de ellos, que es
una carta para ti, dice así:
Como un lamento,
como un grito contenido, evoco yo aquél ayer.
En este momento,
mientras escucho la música del Lago de los Cisnes, rememoro con nostalgia, mi
gran amor que ya se fue.
Me imagino a ese
cisne que emitió su último suspiro al atardecer y a su compañera, desolada, por
la pérdida de ese amor que nunca más ha de volver.
Mis días se pasan y
yo no logro hacerme a la idea de que tanto tú como él, ya no esteis. Perdida me
siento, madre mía, aún no sé que puedo hacer.
La música continúa
y yo creo ver deslizarse, sobre las aguas azuladas del lago, una silueta blanca
que se pierde en la lejanía.
No va erguida, al
contrario, está llorosa y pensativa.
Los cisnes no
cantan, pero hasta mis oídos llega el eco de un sonido gutural, que yo traduzco
como una triste despedida.
¡Qué sola me siento
desde que te has
ido!
En silencio lloro
Porque te he
perdido.
Y por mucho que
rece,
Y por mucho que
implore,
Nada volverá al
ayer
¡Aunque te adore!
A veces, te siento
cerca
Y creo que estás
aquí,
¡Hasta oigo abrir
la puerta
Y tu voz clamar por
mí!
Hoy prepararé ese
plato,
El que tanto te
gustaba a ti,
Espero ansiosa tu
llegada
¡Quiero darte lo
mejor de mí!
Esta semana voy a
haceros algo dulce: EMPANADILLAS DE MANZANA Y PASAS.
INGREDIENTES: Un
paquete de empanadillas, 50g de mantequilla, 3-4 manzanas reineta (dependiendo
del tamaño), un limón, una o dos cucharadas de azúcar, un huevo, 50g de pasas
de Corinto remojadas en vino Pedro Ximénez.
PREPARACIÓN:
1- Pelar las manzanas, descorazonarlas y
rociarlas con el zumo de limón para evitar que se oxiden.
2- Cortarlas en láminas finas.
3- Poner una cazuela o sartén sobre el fuego y
echar la mantequilla para que se derrita.
4- Añadir las manzanas laminadas, echar el
azúcar y dejar que se vayan rehogando hasta que estén blandas.
5- Escurrir las pasas de Corinto.
6- Añadirlas a las manzanas y rehogan todo
junto unos minutos.
7- Pasar la preparación a una fuente, dejar
templar y reservar.
8- Disponer las obleas de empanadillas sobre
una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado.
9- Ir rellenando la mitad de cada empanadilla,
con una cucharada escasa del preparado reservado.
10- Cerrar cada una
ayudándonos con las puntas de un tenedor.
11- Batir un huevo y pincelar con él la
superficie de cada empanadilla.
12- Meter al horno,
precalentado a 180 grados y dejar hasta que la superficie aparezca
completamente dorada.
13- Retirar del horno y servir
una parte con un hilo de miel y otras espolvoreadas con azúcar glass.
Tendremos, en pocos
minutos, un postre muy fácil que está buenísimo.
Y como por hoy ya
doy acabada mi carta, sólo me queda mandaros besos, abrazos y los cariños de