Querida madre: Esta carta la he
escrito el 15 de Agosto, la encontré el otro día cuando fui al pueblo a recoger
ciruelas, también encontré un poema que había escrito este verano:
Y
mirando siempre al cielo
Viendo
salir a Selene
Para
iluminar la tierra,
Los
días en que se hace grande
Tengo
mi cita con ella.
Y
tú y yo sabemos
Que
en las noches
Cuando la
luna está llena
Cuando
el sol se esconde
Y
casi no hay estrellas
Tenemos
que mirar al cielo
Para
sentirnos más cerca.
Y
tu mirada y la mía
En
un abrazo de amor
Quedan
en la luna impresas
Cuando
tiene resplandor.
Y
tus ojos en mis ojos
Corazón
con corazón
Dos
almas que tanto se quieren
No
admiten separación
Y
buscan, en la luna llena
La
aliada de su amor.
La carta dice así:
Hoy, como uno de tantos días de
este verano, hemos cenado al aire libre. Mis hijos ya se han marchado y yo me
he quedado con dos de mis nietos Laura y Alexis.
Hace una noche fenomenal, con la
temperatura idónea para sentirme a gusto sentada en la terraza y mantener
contigo una cariñosa charla escrita.
Sabes que, estando en el campo,
casi no me queda tiempo para escribir, me paso el día metida en la cocina.
Hoy les he preparado un plato que
no había hecho nunca, les ha gustado tanto, que después te digo la receta.
¡Qué bien me siento hablando
contigo! Estos momentos de tranquilidad me relajan y hacen que disfrute de mis
recuerdos. Sólo se oye, a mi alrededor, el canto de una cigarra, es incansable,
no para.
Acabo de apagar la luz que ilumina
la terraza, quería hablarte mirando al cielo, contemplando las estrellas, de
esta forma me creo que estoy más cerca de ti. Pero pronto me he desilusionado,
la luna ha salido y, aunque no está llena, sí en cuarto creciente, es lo
suficiente para que no me deje ver el cielo estrellado.
De todas formas, sé que estás ahí
y, aunque no te vea, te siento y te imagino a mi lado.
Hoy, casualmente, estuvimos
hablando de ti en la sobremesa, recordábamos la boda de Willi y lo elegante que
habías ido con tu traje largo y capa de terciopelo ¡qué linda estabas!
Yo presumía de madre y tú y
Anthony estabais orgullosos de mí.
Mejor voy a cambiar de tema. Paso a dejarte la receta que te he prometido:
POLLO CON SHIITAKIS.
INGREDIENTES: Un pollo troceado,
300 g de shiitakes ( o un surtido de setas al gusto, también lo venden
congelado) una cebolla grande o dos puerros, 2 zanahorias, un pimiento verde,
una hoja de laurel, un tomate, 5 dientes de ajo, un ramillete de perejil, un
vaso de vino blanco, agua, aceite y sal.
1- En una cazuela amplia, poner aceite hasta que
cubra el fondo. Añadir tres dientes de ajo laminados y dejar que tomen color.
2- Con el aceite caliente, echar los trozos de
pollo con la hoja de laurel y dejar que se doren bien por todas partes, de esta
forma, los jugos quedarán dentro.
3- Sobre los trozos de pollo, ya dorados, echamos
la cebolla picada junto con el resto de las verduras, menos las setas. Rehogar
bien todo junto y dejar pochar de 10 a 15 minutos. Pasado el tiempo, añadir las setas troceadas.
4- Mientras se va pochando, hacer un majado en el
mortero con dos dientes de ajo troceados, un ramillete de perejil y sal gorda.
5- Echar sobre el majado el vino blanco, remover
y volcar sobre el pollo y verduras. Subir el fuego para que se evapore el
alcohol. Añadir también un poco de agua y el punto de sal. Dejar hasta que el
pollo esté en su punto.
6- Llevar a la mesa con su salsa y verduras.
Disfrutad, está buenísimo.
Y volviendo a recordar el álbum de
la boda de Willi, que estuvimos viendo en la sobremesa, siento que estás
conmigo y te abrazo fuerte con gran cariño.