Jueves y Viernes Santo han sido de lo más atípicos, la movilidad sigue restringida y las procesiones descansan junto con los recuerdos de años atrás.
A los cofrades se les apolillarán los trajes, dos años sin salir les habrá parecido una eternidad. Las fotos son de la red.
Me
refiero al contacto físico, a las reuniones familiares y de amigos,
los abrazos, los besos, las caricias, en fin, muestras de afecto, tan
nuestras, que no valorábamos como debiéramos hasta ahora que nos
faltan.
Y contigo…
También se marchó el abrazo,
las caricias y los besos
conjugados al amar.
Sin ti….
Ya
no hay risas en la casa
tan solo está la nostalgia
y
en las noches…
ecos de llanto y pesar.
Se fueron nuestros anhelos
las ilusiones vividas
y el amor que nos unió.
A ti…
Dediqué mi vida entera
Te amé desde mi primavera
y aún hoy…
¡mantengo vivo el recuerdo
y el rescoldo de tu amor!
Y como estos días festivos no comparto el ordenador con una de mis hijas, he tenido tiempo suficiente para escribir y hasta ponerme a cocinar algo dulce, hoy tendremos de postre unas torrijas de natillas.
Ingredientes:
Para una barra de pan, de las que vienen ya cortadas y especiales para hacer torrijas, he necesitado 750cc de leche entera, 125g de azúcar, 3 huevos y las pieles de media naranja y medio limón para aromatizar la leche.
Para freír y rebozar, es necesario aceite de girasol, un trozo de mantequilla y tres huevos batidos.
1- Hacer unas natillas ligeras, poner una cazuela sobre el fuego con la leche, el azúcar, los huevos batidos y las pieles de naranja y limón, remover constantemente hasta que la natilla vaya adquiriendo la consistencia necesaria. Retirar del fuego y dejar templar.
2- Disponer las rodajas de pan en una fuente grande y honda, sin amontonarlas.
3- Una vez que las natillas están atemperadas, se vuelcan sobre las rebanadas de pan.
4- Pasadas unas horas, se les da la vuelta para que se impregnen bien por la otra cara. Dejarlas toda una noche para que absorban bien la natilla.
5- A la mañana siguiente, poner una sartén con aceite y un trozo de mantequilla sobre el fuego, dejar calentar y esperar a que se derrita la mantequilla.
6- Batir tres huevos en un cuenco.
7- Rebozar cada torrija en el huevo, escurrirla y pasarla a la sartén, dejar que se vaya dorando por ambos lados.
8- Según vayan estando, se pasan a una bandeja sobre la que hemos puesto un papel de cocina, absorberá el aceite sobrante.
9- Y ahora sí que ya están listas para degustar. Los muy golosos pueden echarles un hilo de miel. De una u otra forma, están para comérselas, cualquier hora es buena para saborearlas, yo las he probado al desayuno.
Y deseándoos a todos un feliz DOMINGO DE RESURRECCIÓN, doy por finalizada esta entrada enviando a los míos un montón de cariños en un fuerte abrazo.
Kasioles