Ahora voy a continuar con
aquella conversación que mantuve con el Sr que se sentó a mi lado en el
autobús.
Aquella relación que inició con la señora de Lugo, por lo que deduje,
no debió de durar mucho tiempo.
Se veían de vez en cuando, sólo cuando ella podía.
Habitualmente, ella cumplía con su misión de abuela y cuidaba a una
nieta de año y medio.
La espera lo impacientaba y, la distancia, también se estaba
convirtiendo en un obstáculo para lo que él pretendía de un noviazgo.
Ella sólo le pedía que aguantase hasta que su nieta tuviese tres años y
fuese al colegio.
Un día lo decidió y, sin más, la dejó.
Sin darme cuenta, me estaba metiendo en la historia a medida que me lo iba contando y…
como no me parecía bien, no pude por menos que contestarle: Vd no la quería y,
mucho menos, estaba enamorado de ella.
Tardó un ratito en responder y al fin escuché: Bueno, es que llegando a
una edad…
De siempre me han irritado las personas frías, calculadoras, que
anteponen la razón a los sentimientos.
Comprendí enseguida, que ese hombre no buscaba un amor, lo que quería,
y creo no equivocarme, era una cuidadora que le tuviese la ropa limpia y la
comida a punto.
Ya había encontrado a otra y, por lo limpio y arreglado que iba, doy fe
que había encontrado el “AMOR” que buscaba.
¡Menos mal que llegué a mi parada y le perdí de vista!
Por un buen rato me olvidé de
Sandro, me puse en la piel de aquella gallega y escribí :
¿Y tú decías quererme?
¿Y tú me jurabas amor?
¿Qué es lo que en ti anida
en lugar de corazón?
¡Qué torpeza del destino
encontrarte en Benidorm!
Parecías tan sincero,
Educado y caballero…
Creí cuanto me decías
Sentía que me querías
Pero hoy he descubierto
Que eras un conquistador.
¿Por qué me elegiste a mí?
¿Algún mal te hice yo?
¡Malaya sea tu suerte
por herir mi corazón!
Y ahora voy a hacer un plato económico, pero con unos resultados
sorprendentes ¡Nadie diría que son unas simples choupas (potas) encebolladas!
INGREDIENTES: Dos kilos de potas, 3 puerros, 3 cebollas, 2 hojas de
laurel, un vaso de vino blanco (utilicé uno de Serrada que tiene un aroma
especial) unos dientes de ajo, perejil, una pastilla de caldo, azafrán en rama,
aceite, sal (si fuese necesaria) y agua.
De guarnición, patatas pequeñitas, cocidas previamente con cebolla, laurel, colorante alimentario y sal. Escurrir bien y luego freír.
De guarnición, patatas pequeñitas, cocidas previamente con cebolla, laurel, colorante alimentario y sal. Escurrir bien y luego freír.
PREPARACIÓN:
3- Poner en una sartén un poquito de aceite, dejar
calentar y echar las potas troceadas, remover.
Al mismo tiempo que cambian de color, van soltando mucha agua.
Tirar toda el agua y reservar las potas bien escurridas.
Al mismo tiempo que cambian de color, van soltando mucha agua.
Tirar toda el agua y reservar las potas bien escurridas.
4- Cubrir el fondo de una sartén amplia con aceite, dejar
calentar y echar los ajos laminados, esperar hasta que tomen color.
6- Pasar el contenido de la sartén a una cazuela amplia y
añadir las potas escurridas. Rehogarlas con la verdura durante unos minutos.
8- En un mortero machacar dos dientes de ajo, con el
perejil, un poco de sal gorda y unas hebras de azafrán. Aligerar con agua la
pasta resultante.
9- Volcar el contenido del mortero en la cazuela, añadir
algo más de agua y espolvorear con el colorante alimentario. Dejar cocer hasta
que las potas estén tiernas.
Como el tiempo corre como si participase en una maratón, dentro de nada
volveré para dejarte un fuerte abrazo.
Otro muy fuerte para Anthony.
Kasioles