Querida madre:
Llevo más de ocho días sin pisar la calle, la gripe me ha dejado sin ganas de
comer y la recuperación es más lenta de lo que yo hubiese querido.
Lo que más he
sentido, es no haber podido realizar mi sueño el pasado domingo, lo tenía
escrito para que no se me olvidase ningún detalle, sólo pensaba en estar guapa
para él:
Amor ¡Y yo que lo
tenía todo planeado!
¡Hasta tenía
reservada una mesa en ese restaurante marinero desde el que veríamos el mar!
Me había comprado un bonito vestido rojo y con él
me pondría aquél original collar negro, volvería a pintar mis labios para ti e
iluminaría mis ojos con los colores del mar mezclados con los del cielo, nada más
verte, brillarían tanto… que imitarían la luz de los luceros para hacer de la
noche algo muy bello en tu compañía
Le había pedido a la luna que aplacase la
marea, que esa noche, las olas, fueran silenciosas para que respetasen la
emoción de nuestro encuentro ¡Cuánta ternura, amor y pasión se mezclarían en
ese momento!
Ruborizaríamos al
mar, a las olas y, hasta el viento, que en estos días se vuelve violento, se
aplacaría al ver que el amor era el protagonista de nuestro ansiado evento.
Con la palabra que
Sindel ha propuesto para esta semana: TODO CAMBIA, escribí teniendo de fondo
esta canción de Dyango.
¡SIEMPRE SOÑANDO
CONTIGO!
EN CADA AMANECER,
EN CADA MOMENTO DEL
DÍA,
TU IMAGEN Y TU
RECUERDO
LOGRAN MANTENERME
VIVA.
MIENTRAS PUDIMOS
MANTENER
LA PASIÓN QUE NOS
UNÍA.
FUE BELLO TAMBIÉN
EL PODER COMPARTIR
CONTIGO
TANTO PENAS COMO
ALEGRÍAS.
FUE HERMOSO
SENTIRTE CERCA,
NOTAR QUE ERAS MI
GUÍA,
EL SOPORTE DE MIS
DUDAS
Y EL AMOR DEL ALMA
MÍA.
¡QUÉ LÁSTIMA QUE
TODO CAMBIA!
YA QUE, CUANDO TE
TOCÓ MARCHAR,
FUE TAL LA PENA QUE
YO SENTÍA,
QUE AÚN NO SÉ, SI
TÚ SABÍAS,
QUE CONTIGO TE
LLEVABAS
¡PARTE DE LA VIDA
MÍA!
Me estoy acordando
que conservo las fotos de un rico plato, lo hice antes de la llegada de esta
intrusa que me ha dejado sin ganas de meterme en la cocina.
Para vosotros:
COSTILLAS DE CERDO SOBRE PASTA BRISA.
INGREDIENTES: Dos
tiras de costillas de cerdo, una cucharada de mostaza en grano y otra de
mostaza amarilla, tres cucharadas de salsa de soja, un vaso de vino blanco y
otro de agua, el zumo de dos limones y sal gorda.
Para la
presentación: Una lámina de pasta brisa.
PREPARACIÓN:
1-Exprimir dos
limones y reservar su zumo.
2-Mezclar con los
dos tipos de mostaza, la salsa de soja y el vino blanco. Reservar,
3-Con sal gorda,
salar las costillas y colocarlas sobre una bandeja de horno.
4-Pincelarlas con
la mezcla reservada.
5- Volcar sobre
ellas el resto. Sería interesante que permaneciesen macerándose durante unas horas
con esta preparación.
6- Meter al horno,
precalentado a 180 grados y dejar que se vayan haciendo lentamente. A medio
hacer, se les da la vuelta y se bañan con la salsa.
7-Cuando veamos que
la carne adquiere un bonito color dorado, se encoge y deja al descubierto un
poco del hueso, es señal de que están en su punto. Retirar la bandeja del horno
y reservar.
8-Extender con un
rodillo la masa brisa y forrar con ella un molde redondo.
9- Pinchar el fondo
con un tenedor y meter al horno a 180-200 grados durante unos 30 minutos.
Retirar y reservar.
10-Con ayuda de una
tijera, ir separando, de una en una, las costillas ya asadas.
11- La salsa que
queda en la bandeja del horno, se cuela y, si fuese necesario, se liga con un
poco de maicena disuelta en agua fría. Reservarla en un cuenco o salsera.
12- Ahora ya sólo
queda presentar el plato. Sobre la pasta brisa horneada, se colocan las
costillas y se sirven acompañadas de la salsa.
13- Saborear la
ración y recordad: En casa de Kasioles, siempre se puede repetir.
Finalizo mi carta y
nunca me olvidaré de mandaros cariños, abrazos y mi eterno agradecimiento por
haberos tenido.