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domingo, 22 de mayo de 2022

ESCAPADA A NERJA Y LUBINA AL HORNO

 

Querida madre: Después de tanto tiempo sin salir de vacaciones, aún no sé
cómo me he decidido a ir hasta Nerja con dos de mis hijas.
 

Habían pedido unos días de vacaciones y yo, que ya no tengo ningún problema al respecto, no lo pensé dos veces, hice la maleta y allá me fui camino del sur en busca de calor.

 

Ya conocíamos Málaga y nos apetecía visitar las preciosas playas y calas que rodean a este municipio turístico de la costa del sol. Hoy me río, pues nada salió como pensábamos.

 



Llegamos un lunes al atardecer, pero hacía calor y aún nos acariciaban los últimos rayos de sol. 


Habíamos alquilado un apartamento en pleno centro y ya estábamos en la misma calle que lleva el nombre del protagonista de aquella serie de TV de los años ochenta: VERANO AZUL, me refiero a Antonio Ferrandis (Chanquete en la serie). Muchos la recordaréis

 



Como homenaje por haberse rodado en Nerja gran parte de la serie, este
municipio ha querido dedicarle a aquél querido pescador que vivía en LA DORADA, su barco, una calle con su nombre, un jardín y una estatua de bronce colocada frente a la playa de Calahonda, como buen marinero, sigue mirando al mar.


Pese a que habíamos llegado después de Semana Santa, Nerja seguía llena de veraneantes de distintos países en busca de playas, sol y calor, la mayoría estaban colorados como tomates. 





Nos instalamos en este apartamento que tenía una amplia terraza y unas preciosas vistas con el mar al fondo. Te seguiré contando en la próxima carta, de seguir, se alargaría demasiado.

 






 

                                                    Al volver la primavera

regresan flores al lilo

ellas me recordarán

los dulces años 

que pasé contigo.

  

Regreso al pueblo,

y por el sendero

que tantas veces

hemos recorrido,

trato de buscar

las huellas

de tus pasos y los míos.

 

Seguro que los árboles

me observan sorprendidos,

ellos saben que el tiempo

lo borra todo,

ya no hay pisadas en el camino.

 

¡Qué importa!

Tú bien sabes que siempre te llevo

en el corazón prendido.

 

 

 

Y como ya hace semanas que no preparo una receta de pescado, me estoy acordando de que aún tengo guardadas las fotos de una lubina, que no es de piscifactoría, y que estaba buenísima cuando la comimos.

 

INGREDIENTES: Una lubina abierta en abanico, mejor si es salvaje, un trozo de puerro, media cebolla, una cebolleta, dos o tres patatas, 3 dientes de ajo, perejil, un vaso de vino blanco, sal, aceite, pimienta y una o dos cayenas.

 




PREPARACIÓN:

 

1- Pelar y cortar en rodajas más bien finas las patatas, en juliana la cebolla y cebolleta y, por último, el puerro en aros, extender todo en una fuente que pueda ir al horno, salpimentar ligeramente y regar con el vaso de vino blanco, un poco de agua y un hilo de aceite. Meter en el horno precalentado a 190 grados, calor arriba y abajo, y dejar por espacio de una media hora.

 

2- Cuando las patatas y verduras están casi hechas, retirar la fuente del horno.



 3- Sobre la cama de verduras, colocar la lubina previamente salada, se riega con un hilo de aceite y se vuelve a meter en el horno a la misma temperatura otros 20 minutos más o menos.

 

4- Mientras, pelar los tres dientes de ajo, cortarlos en láminas y añadirlos a una sartén en la que tendremos un buen chorro de aceite calentándose, echar una o dos cayenas y dejar dorar el conjunto teniendo cuidado de que no se quemen los ajos, cuando está, añadir un chorrito de vinagre de sidra o de manzana. Remover y reservar.



 5- Cuando la lubina está en su punto, se sabe porque la espina central se desprende, se retira del horno y se le vuelva por encima el contenido de la sartén, ya solo queda espolvorear con un poco de perejil picado y llevar a la mesa.


 

Recuerdo que la había acompañado de unos pimientos asados de mi conserva.

 


Por hoy doy por concluida esta carta, os mando abrazos con todo el cariño de vuestra

 

Kasioles