Seguidores

lunes, 15 de julio de 2013

VENUS AL ATARDECER

Querida madre: En los fines de semana, cuando nos reunimos todos en el pueblo, aprovechamos el atardecer para preparar la cena al aire libre, de día es imposible, el fuerte calor lo impide.

Y estando de sobremesa, dejé vagar mi mirada y al poco, aún distraída, me fijé en un cielo azul, todavía era de día.

En ese momento, aún no se había metido el sol y, con la mirada fija en él, me sentí atraída por un lucero. En su soledad, brillando en el firmamento, me imaginé que se sentía como el Rey del Universo.

En toda mi vida, siempre dispuse de muy poco tiempo y, en mis ratos libres, no podía perderlos mirando al cielo.

Seguramente me habré perdido muchas cosas y hasta podría haber descubierto, mucho antes, algo muy bello pero….¡qué le vamos a hacer! Mis hijos y mi familia absorbían y llenaban mis ratos buenos.


Y también comprendo, que pude haberme enriquecido con muchos conocimientos, pero nunca es tarde para aprender y saber que, allá en el cielo, hay un planeta (el segundo de nuestro sistema solar) su nombre es Venus y a veces, es tan madrugador, que se deja ver al alba y otras, se convierte en ese lucero vespertino que aparece en las últimas horas de la tarde, antes de ponerse el sol.

Y ese día, ignoro por qué razón, he creído que lucía sólo para mí, pretendía decirme que aún hay luz en mi vida, que no me sienta perdida, pues mañana…¡Volverá a salir el sol!
  
Y al atardecer he visto
Cuando miré hacia el cielo
Un lucero vespertino
Cual linda novia sin velo.

Y preciosa era su imagen
Su luz era sólo amor
Al contemplarme de lejos
Yo sentía su calor.

Y me lo quedé mirando
Y pensando, no entendía
Como siendo aún de día
El lucero sonreía.

Y hasta llegué a creerme
Que era ella ese lucero
Que por las noches me arropa
Y al alba dice: Te quiero.

Y después he descubierto
Cuando salí de mi sueño
Que era Venus quien brillaba
Allá ¡en lo alto del cielo!



Te mando las últimas fotos que hice este fin de semana. Como verás, la huerta está preciosa, ya hemos recogido los guisantes y las alubias verdes empiezan a aparecer.



El laurel se está haciendo grande. En el merendero ya tenemos tejado y los geranios están sanos y bonitos.

Hoy me acompañó tu nieto Willi al cementerio. Estuvimos reunidos todos este fin de semana.



Ya sabes que no nos olvidamos de ti, me dicen que te mande abrazos y yo, a los de ellos, uno el mío muy especial.                              
                                   Kasioles