Hizo un día fenomenal, el sol salió con fuerza y puse la mesa al aire
libre para poder disfrutar del dulce olor a hierba cortada y del verdor de los
alrededores.
Mientras llega Willi con su familia, aprovecho este ratito para
escribirte. Acaba de llamar diciendo que están en un atasco y que tardarán un
poco más.
No hace muchos días, te he mandado fotos de las lilas que me traía
Anthony cada primavera. Cuando me acercaba a ellos, era como contemplar una
explosión de aroma, luz y color. Pero esta semana, nada más llegar y ver el
árbol… comprendí lo efímera que es la
vida ¡que pena me dio el ver que estaban todas marchitas!
Tan marchitas… como los años de mi dulce vida a su lado.
Hay veces que me pregunto, si lo que he vivido, ha sido realidad o sólo
producto de mi fantasía, uno de esos sueños que se quedan grabados para siempre
en el recuerdo como algo mágico, irreal, una mezcla entre utopía y quimera.
Pero, al acercarme al lilo…. Escuché, como si me susurrase, que me hablaba y decía: Kasioles, fue real, yo le
daba mis flores para ti, las mejores y más hermosas que tenía ¡Con cuanta
ilusión las recogía!.
¡Y pensar que tengo que esperar otra primavera para ver florecer el lilo…!
Y hoy, que se acumulan en mi mente bellos recuerdos, no puedo por menos
que decirte: ¡CUÁNTO TE QUIERO, AMOR MÍO!
Te quiero.. ..
Como ama la luna a la marea
Como la ola que llega
Para acariciar la arena.
Y aunque se va…
Al poco vuelve, regresa
Es tal la atracción que siente
Que sólo es feliz cuando besa.
Y es tanto mi querer..
Que lleva la fuerza del mar
La del viento huracanado
La del amor desbocado
Que sólo desea dar.
Por eso, en las noches
Cuando contemplo la luna
Y noto que acaricia mi cara
La tibia brisa de tierra…
Sueño que tú eres el mar
Y yo me convierto en arena.
Como no tengo mucho tiempo, ya que he de disfrutar el fin de semana de
hijos y nietos, paso rápidamente por la cocina y dejo la receta de una crema
que hice con unos espárragos que compramos en Calahorra, ha sido un viaje
relámpago, ya te contaré con más detalles en otra carta.
Como los espárragos eran extraordinarios, he utilizado para la crema la
parte más dura, esa que se suele desechar.
INGREDIENTES: La parte más leñosa (parte inferior) de kilo y medio de
espárragos, dos puerros, una cebolla, cinco patatas pequeñas, dos dientes de
ajo, caldo hecho con dos pastillas y unas verduras..
PREPARACIÓN:
1- Limpiar los tallos de los espárragos retirando, con ayuda de un pelador,
toda la parte fibrosa. Reservar.
2- Preparar un caldo con las dos pastillas de ave, la parte verde del
puerro, un tomate, un trozo de cebolla y un rama de perejil, cubrir de agua,
dejar cocer durante un cuarto de hora, colar y reservar.
3- Mientras, picar en trocitos pequeños las patatas, los puerros y la
cebolla.
4-Poner en una cazuela el aceite suficiente para que cubra el fondo,
filetear los dos dientes de ajo, echarlos
y dejar que tomen color.
5- Incorporar las patatas, los puerros, la cebolla y los espárragos, todo
debidamente troceado.
6- Rehogar durante unos minutos hasta que los puerros y la cebolla estén
transparentes.
7- Cubrir con el caldo reservado y dejar cocer hasta que todo esté tierno,
unos 15-20 minutos serán suficientes.
8- Triturar con un batidor eléctrico hasta formar una crema. Como estos
espárragos no tenían apenas hebras, no me hizo falta pasar la salsa por el
chino para que quedase más fina y eliminar algún hilo que pudiese tener.
9- Servir con unas virutas de jamón serrano por encima. ¡A disfrutar!
NOTA: Para enriquecer la crema, en lugar de las
pastillas de ave, se puede hacer un caldo de carne o de ave cociendo carcasas
de pollo o un trozo de carne de ternera con un hueso y unas verduras.
Con la parte mejor de los espárragos, después de haberlos cocido al
vapor, hice una ensalada que estaba buenísima
Kasioles