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sábado, 18 de diciembre de 2010

PARA ESTAS FIESTAS, CAZUELA SORPRESA DE PATATAS CON BOGAVANTE

Querida madre: Hoy no te escribo demasiado animada ¡cuánto siento que no puedas venir!

Comprendo y te entiendo, hace frío, esta tierra es heladora, pero yo me había hecho tantas ilusiones…

Pasaremos otra Navidad sin ti ¡qué pena!

Tengo ganas de que se pasen pronto estos días, el que más y el que menos lleva, en sus recuerdos, la añoranza de otros tiempos vividos alrededor de toda la familia.

Siempre echo en falta a mi padre, tú tampoco estarás, en fin, intentaré no pensar, me alegraré de tener a todos los hijos y nietos con nosotros y daré gracias a Dios por mantenernos unidos y queridos.

Madre, no olvides que, dentro de mi corazón, te tendré sentada a mi lado, cogeré tu mano e intentaré pasar un buen día.

Por Anthony, hijos, nietos y también por ti, sonreiré, de sobras sé que no quieres verme triste.

He pasado toda la semana acatarrada, estoy mejor, pero este constipado nasal no acaba de remitir ¡paciencia!

Me dices que te ha gustado el nuevo colorido de mi blog, me alegro.

El otro día, vino Alvin a casa y me dice: abuela, tienes un blog muy serio, te lo tengo que poner más moderno, hay que darle colorido.

Me acordé del tono en que tu nieta Pi ha pintado la pared frontal del cuarto de estar (donde colocará una librería de 4 metros), y le dije me pusiese ese color, está de moda y le ha quedado muy bonito.

A mi blog, también le queda bien, le da luz.

Lucho me ha puesto la pecera, le encantan los peces ¿recuerdas la que tenía en su antigua casa?

No quiero que esta carta vaya sin la receta sorpresa, como les ha gustado tanto, quieren la repita.

CAZUELA CON BOGAVANTE:

Ingredientes: Una sepia, tres calamares, dos bogavantes, un kg de mejillones, una tacita de salsa de tomate casera, fumé de pescado, dos cebollas, cuatro dientes de ajo, laurel, un pimiento verde, un kg de patatas, vino blanco, azafrán en rama, perejil, rebanada de pan frito o tostado, guindilla (optativo) aceite y sal.

Limpiar los calamares, trocearlos junto con la sepia, reservar.

En un puchero poner un poco de aceite, dorar en él dos dientes de ajo laminados, añadir media cebolla picada, una hoja de laurel y unas hebras de azafrán, dejar pochar un poco, incorporar la sepia y los calamares, saltearlos, regarlos con una copa de vino blanco, subir el fuego, dejar evaporar el alcohol, remover el conjunto, ponerle el punto de sal y reservar.

En otro puchero poner los mejillones con un vaso grande de agua y otro pequeño de vino blanco. Dejar sobre el fuego hasta que se abran. Reservar su carne y el caldo que han soltado una vez colado.

Separar las cabezas de los bogavantes, partir cada una en dos, dándoles un corte a la larga con unas tijeras.

Trocear los cuerpos. Partir un poco las tenazas.

En una cazuela baja y de diámetro grande, echar aceite, que casi cubra el fondo, dorar en él dos dientes de ajo laminados, añadir la cebolla y el pimiento verde picados, rehogar, echar las cabezas de los bogavantes, seguir rehogando, incorporar las patatas, cascarlas, para que suelten la fécula, echar una hoja de laurel, mezclar bien con cuchara de madera, echar la tacita de salsa de tomate, y regar con un poco de vino blanco. Las patatas deberán quedar brillantes y melosas.

En ese punto, se añaden los calamares y la sepia junto con un majado hecho con una rebanada de pan tostado y perejil, remover y verter sobre el conjunto el caldo de los mejillones, si hiciese falta más fumé, se añadirá agua con una pastilla de caldo de pescado. Rectificar el punto de sal.

Dejar cocer, cuando las patatas están, se incorporan los bogavantes y mejillones. Dejar unos minutos sobre el fuego, retirar, tapar un ratito la cazuela y servir.

Se acompañará con un vino blanco bien frío.

Cuando regreses, madre, prometo volver a hacer este plato en tu honor, a él, añadiré un ingrediente más: todo el cariño de tu hija.

kasioles

domingo, 12 de diciembre de 2010

ESTA SEMANA COMEREMOS ALUBIAS CON SETAS Y ALMEJAS

Hola, madre, buenas noches: Seguramente, a estas horas, estarás dormida ¡qué suerte!

Yo he vuelto a levantarme de la cama sin que Anthony se entere. Duerme feliz.

He venido al cuarto de estar para poder escribirte. No logro dormir.

Está lloviendo, las gotas, fuertes unas veces, más débiles otras, no dejan de chocar contra el tejado de la casa, ese sordo tintineo que no para de repicar, me pone nerviosa. No me deja conciliar el sueño. ¡Qué ganas tengo de que pare de llover!

Hemos tenido un puente largo con frío y lluvia.

Máriel ha venido a vernos el sábado, se ha marchado el miércoles, el día 9 tiene que trabajar.

No para, se ha pasado la mayor parte del tiempo elaborando un largo informe sobre un proyecto que se está realizando en EEUU.

El próximo domingo le toca viajar, se va a Francia, estará una semana. La echaremos de menos.

Siempre que viene, tiene algo que contar, nos llena la casa y nos da alegría.

Madre, nos pasamos gran parte de la vida criando hijos, después, aquellos niños, se van haciendo grandes, tanto que, un buen día, vuelan de nuestro lado, tienen que buscar su vida, encontrar esa meta a la que todos aspiramos: Un trabajo que les permita independizarse.

Hoy, con la crisis que soportamos, es muy difícil de conseguir ¡Cuántas familias tendrán a todos sus miembros en paro!....

Anthony y yo, a pesar de que cuando se van, nos entristece su marcha, en el fondo nos sentimos felices y orgullosos: tienen lo que buscaban.

Por regla general, todos, de una forma u otra, volamos del nido cuando nos hacemos mayores.

Yo también os he dejado por venir al lado de Anthony.

Aquél 12 de Octubre, hoy tan lejano, cuando nos casamos, cambió por completo mi vida.

Atrás dejé el cariño sincero y desinteresado de mis padres, por el amor de Anthony.

Dejé mi querida tierra costera por otra árida y seca.

Dejé una gente extrovertida y hospitalaria, por otra a la que le cuesta, en la mayoría de las ocasiones, hacer nuevas amistades.

En fin, he dejado muchas cosas atrás, lo reconozco. Pero no siento pesar, aún te tengo a ti, madre mía, a Anthony que sigue queriéndome como el primer día, y todos estos hijos y nietos que hacen me siga sintiendo una mujer feliz. Gracias.

Ya sé que a veces me enrollo demasiado. Perdón.

Pero no me olvido de la receta, ahí va: El día anterior, poner a remojo unas alubias blancas, pueden ser también pintas o de las llamadas canela, cualquiera de ellas, quedarán exquisitas siguiendo esta receta.

Para ella se necesitará: Caldo de pescado, una o dos cebollas, un puerro, un pimiento verde y otro rojo, perejil, ajos, almejas, gambas o langostinos, setas (extraordinarias si son boletus edulis ) aceite, sal, pimentón dulce y unas hojas de laurel.

Preparación: Hacer un caldo de pescado. De no tener cabezas ni espinas, se utilizará agua fría a la que añadiremos una o dos pastillas de caldo de pescado.

Cocer en él las alubias con: Una cebolla mediana, un trozo de puerro, una zanahoria, un pimiento rojo pequeño, otro verde, unos dientes de ajo enteros, sal y unas hojas de laurel. En olla a presión dejar cociendo de 15 a 20 minutos. Reservar con su caldo.

Mientras, en una sartén con un poco de aceite, pochar lentamente cebolla muy picadita, a medio pochar, añadir un chorrito de vino blanco, se evaporará, continuar pochando.

Mientras, poner las almejas en un recipiente con agua y sal, removerlas para que suelten las arenillas que puedan tener.

Cuando la cebolla está, se machacan en el mortero unos dientes de ajo y perejil.

Lavar las almejas, incorporarlas a la cebolla y volcar por encima el contenido del mortero alargándolo con otro poco de vino blanco, colorear con una cucharada de pimentón dulce, remover.

Subir el fuego y esperar a que las almejas se abran. Reservar.

En otra sartén, con unas gotas de aceite, picar muy menudito un diente de ajo, cuando toma color, se echan las colas de unas gambas o langostinos pelados, saltearlas. Retirar y reservar.

Por último, en una cazuela pequeña, echar un poquito de aceite, saltear en él unas setas laminadas, espolvorearlas con perejil picadito y sal. Reservar.

Sacar del líquido, donde cocieron las alubias, los pimientos, el puerro, los ajos, la zanahoria y la cebolla, ponerlo todo en un vaso de la batidora, añadir un poco de líquido de la cocción de las alubias. Triturar y volcar sobre ellas. Acto seguido se les añade las almejas, los langostinos y las setas, remover con cuidado para

que se mezclen bien los sabores y evitar se rompan. Dejar unos minutos que todo junto de un hervor. Servir.

Están mejor de un día para otro.

Con un kilo de alubias que preparé, hemos comido 12 personas.

Y con esto, madre, concluyo la carta de hoy.

Te deseamos todo lo mejor, montones de besos y abrazos te enviamos.

Te quiero.

Kasioles