Querida madre: Esta pasada semana, en la que disfrutamos de un tiempo excepcional, nada propio del mes de Octubre, aprovechamos unos días para salir de viaje.
En uno de esos momentos en que te detienes a pensar, me ha surgido esta especie de poema que hoy te mando. Comprobarás que encierra un mensaje real.
Kasioles
No ha sido nada importante, estuvimos muy cerca de aquí, pero ya sabes que, estando al lado de Anthony, todo me parece precioso.
Al estar los dos solos, hemos tenido tiempo para charlar y hasta reflexionar.
En uno de esos momentos en que te detienes a pensar, me ha surgido esta especie de poema que hoy te mando. Comprobarás que encierra un mensaje real.
Cogidita de tu mano
Voy deshaciendo el camino
El que juntos empezamos
Al habernos conocido.
Hoy, ya en la madurez
Iniciamos el descenso
Pendiente larga, parece
Pero desconozco el tiempo
Llevo una carga pesada
De vivencias y recuerdos
De manos que acariciaron
Mi cuerpecito indefenso
Guardo todo lo vivido
Dentro de mi corazón
Algunas veces mi alma
Se entristece de dolor
Mas…cogidos de la mano
Sigamos bajando, amor
No vaya a ser que el destino
Envidioso de este amor
Trate de llevarte un día
¡No se lo permita Dios!
Aquí se les llama chicharros, pero en el norte de España, también se les conoce por jurelas o jurel.
Mandé que me los abrieran, pero sin sacarles la espina central.
Prepare una base con rodajas muy finas de calabacín, coloqué encima los chicharros abiertos, les puse el punto de sal, unas rodajas de tomate alrededor y con un chorrito de aceite y un vaso de vino blanco, los metí al horno, ya precalentado a 200 grados.
Mientras, en una sartén con un poquito de aceite, dejé que tres dientes de ajo laminados y unos aritos de guindilla, tomaran color, añadí un poco de vinagre y lo volqué todo sobre los pescados. Dejé un ratito todo junto y retiré del horno para servirlos espolvoreados con perejil picadito.
Antes de terminar esta carta, quisiera comunicar a todos mis seguidores, que llevo semanas con problemas para mandarles comentarios. A tus biznietos, madre, les encanta jugar con el ordenador y me debieron de preparar una buena ¡qué harían!
Acabo ya, pero antes quiero enviarte un fuerte abrazo con los cariños de Anthony y mío.
Kasioles