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sábado, 8 de octubre de 2011

CHICHARROS AL HORNO SOBRE CALABACINES

Querida madre: Esta pasada semana, en la que disfrutamos de un tiempo excepcional, nada propio del mes de Octubre, aprovechamos unos días para salir de viaje.

No ha sido nada importante, estuvimos muy cerca de aquí, pero ya sabes que, estando al lado de Anthony, todo me parece precioso.

Al estar los dos solos, hemos tenido tiempo para charlar y hasta reflexionar.

En uno de esos momentos en que te detienes a pensar, me ha surgido esta especie de poema que  hoy te mando. Comprobarás que encierra un mensaje real.



Cogidita de tu mano

Voy deshaciendo el camino

El que juntos empezamos

 Al habernos conocido.

Hoy, ya en la madurez

Iniciamos el descenso

Pendiente larga, parece

Pero desconozco el tiempo

Llevo una carga pesada

De vivencias y recuerdos

De manos que acariciaron

Mi cuerpecito indefenso

Guardo todo lo vivido

Dentro de mi corazón

Algunas veces mi alma

Se entristece de dolor

Mas…cogidos de la mano

Sigamos bajando, amor

No vaya a ser que el destino

Envidioso de este amor

Trate de llevarte un día

¡No se lo permita Dios!


Hoy estamos los dos solos, acabo de preparar unos pescados al horno, es algo rápido y que siempre sale bien.

Aquí se les llama chicharros, pero en el norte de España, también se les conoce por jurelas o jurel.

Mandé que me los abrieran, pero sin sacarles la espina central.

Prepare una base con rodajas muy finas de calabacín, coloqué encima los chicharros abiertos, les puse el punto de sal, unas rodajas de tomate alrededor y con un chorrito de aceite y un vaso de vino blanco, los metí al horno, ya precalentado a 200 grados.

Mientras, en una sartén con un poquito de aceite, dejé que tres dientes de ajo laminados y unos aritos de guindilla, tomaran color, añadí un poco de vinagre y lo volqué todo sobre los pescados. Dejé un ratito todo junto y retiré del horno para servirlos espolvoreados con perejil picadito.

Antes de terminar esta carta, quisiera comunicar a todos mis seguidores, que llevo semanas con problemas para mandarles comentarios. A tus biznietos, madre, les encanta jugar con el ordenador y me debieron de preparar una buena ¡qué harían!

Acabo ya, pero antes quiero enviarte un fuerte abrazo con los cariños de Anthony y mío.

                                            Kasioles

domingo, 2 de octubre de 2011

ENTRANTE DE NÉCORAS


Querida madre: Vuelvo fiel a nuestra cita de todos los sábados.

El pasado fin de semana, hemos estado todos juntos. Willi se ha decidido a venir con su familia y aprovechando que la temperatura sigue siendo buena, nos hemos quedado a dormir en el chalé.

Recordarás como disfrutan allí los niños ¡pero si hasta se han bañado y el agua estaba heladora!

Tu hija, la mayor parte del tiempo, se lo pasa metida en la cocina, a veces hasta me parece escuchar tu voz, cuando me decías ¡no trabajes tanto, hija mía!

Pero tú bien sabes que pongo el corazón en ello, que lo que más valoro es que tus nietos y biznietos estén juntos y siempre me quedará la esperanza de que, cuando yo falte, alguno o alguna, coja mi relevo y continúen con esta entrañable unión.

Anthony, de vez en cuando, viene a darme un abrazo y siempre tiene una palabra de cariño y aliento ¡qué rico tiene que estar! ¡Qué bien huele!

En mi otra carta, te he hablado de Malena, me agradeció mucho el que le haya dedicado esa especie de poema, sabe que se lo hice de corazón.

Pero, por este medio, he tenido la oportunidad de conocer a más gente. Hoy quiero hablarte de una amiga chilena, yo la llamo mi niña, es cariñosa y dulce como la miel, siempre, cuando escribe, me manda besitos en el alma ¡cómo los agradezco Scarlet!

Para ella, para BORDANDO SUEÑOS, así se llama su blog, algo le escribí también:

Y como entre todos nosotros
Flores sabemos echar
Yo quiero hoy recordar
A una niña que yo tengo
Muy lejos, en otro lugar
Scarlet se llama ella
Borda sueños sin parar
Hace días ha enfermado
Pero se va a recuperar
Escribe ella unos versos…
Que dan mucho que pensar
El amor siempre está en ellos
Y siempre hacen vibrar
Lo escribe con tal pasión
Y es tal su vocación
Que al enamorado tiene
Encadenado a su amor
Teje y desteje unas redes…
Esas que enredan pasión
Con ellas y sus poemas
Enredado está su amor
Felicidad para mi niña
La pido yo, desde aquí
Ya sabes tú, mi pequeña
Que los amigos de aquí
Deseamos en el alma
Verte feliz ¡muy feliz!

Me acabo de enterar, este fin de semana volverá Willi con su mujer y Marieta, nos iremos al chalé.

No tendré mucho tiempo para hacer fotos de los platos y enviártelas, así que, por esta vez, me limitaré a mandarte un entrante de nécoras ¡cómo te gustaban!

Las mejores, dicen que son las hembras. Yo recomendaría comprarlas vivas. El que el marisco esté en su punto, depende del tiempo de cocción.

Poner en un puchero abundante agua, añadirle un puñadito de sal y dos hojas de laurel. Dejar que el agua hierva unos minutos, entonces, es el momento de echar las nécoras, esperar a que vuelva a hervir el agua, en ese momento, empezar a contar el tiempo, para un kilo de nécoras no dejar pasar más de cinco minutos.

Retirar, escurrir bien el agua y dejar enfriar o templar, al gusto.

Servir y con paciencia, degustar esa carne tan fina, rica ¡especial!

Andamos con un poco de prisa, no quiero impacientar a Anthony.

Acabo por hoy, pero antes quiero enviarte todo mi cariño en un fuerte abrazo.

                                                           Kasioles