Queridísima madre:
Hoy me ha tocado otro madrugón,
pero, a diferencia de ayer, no tuve contratiempos.
Cuando llegué al chalé, hice una entrada triunfal, la puerta seguía blanca, de la helada, pero el bastoncillo estaba un poquitín más separado y lo pude abrir con facilidad.
Por lo demás, todo igual, la hierba, a la hora que yo llego, presentaba el mismo manto blanco que el día anterior,¡otra gran helada que ha caído por la noche!
¡Si vieras lo triste que está todo! Dentro de pocos días llegará la Primavera, pero nuestros árboles, siguen sin querer asomar sus hojas, parece como si tuvieran frío, están como helados. El mirar sus ramas tan desnudas, me parece increíble que, tan solo unos meses atrás, estuviesen repletos de flores, hojas y frutos.
El chalé, con la blancura de sus paredes, parece un punto de luz. Queda precioso.
Lo que desentona ahora, son las vallas que rodean las terrazas, en su tiempo fueron blancas, pero ahora…..
Hoy he hablado con el encargado, le he dicho nos pase presupuesto para pintarlas, ya me las estoy imaginando resplandecientes.
Madre, ven, te prometo tenerlo todo bonito para recibirte.
En la terraza, la que da a los jardines, volveré a colocar tu mesa redonda, sobre la que apoyabas tus labores, y el sillón con los cojines de colores, para que estés cómoda, cuando te sientes. Desayunarás al aire libre, como a ti te gustaba, y te haré bizcocho, torrijas y filloas. En una palabra, te mimaré.
Para Anthony le haré lo mismo, sigue siendo igual de goloso y agradecido, todo lo que le hago, le gusta, y siempre veo en su cara una sonrisa de agradecimiento y satisfacción, ¡ qué rico está! siempre me dice, luego añade: “Tengo una buena cocinera pero me sale un poco cara, me lleva todo el sueldo”.
Tiene mucho sentido del humor. Yo le admiro y le quiero, es más, pese a los muchos años que llevamos juntos, sigo enamorada de él.
Bueno, basta ya de cotilleo, debo centrarme en lo que te prometí, escribiré la receta de la carne rellena:
Tienes que comprar una pieza de vacío, (también se puede utilizar aleta, pero no te la recomiendo, es mucho más seca, fibrosa y gorda), le dices al carnicero que la abra, que la deje como si de un libro abierto se tratara.
Salpimentar la carne, (más por fuera que por dentro, lleva jamón el relleno).
Hacer, en una sartén pequeña, dos tortillas francesas, de un huevo cada una, no doblarlas, tienen que quedar estiradas, del mismo diámetro de la sartén.
Colocar la carne abierta, sobre un paño limpio, poner encima las tortillas, solaparlas un poco, ( si fuese necesario ) cubrirlas con lonchas de jamón serrano y éstas, a su vez, con tiras de pimientos rojos asados (puede servir pimientos del piquillo, en este caso, dividir cada uno en dos partes).
Enrollar la carne y coserla. Una vez así preparada, hay que dorarla bien por todas partes.
Colocar una cazuela amplía sobre el fuego, con un poco de aceite, dejar calentar bien, echar el rollo de carne y dejar que tome un bonito color dorado por todos sus lados, cuando está, se añade a la cazuela tres dientes de ajo laminados, dos cebollas, no muy grandes, troceadas, un ramito de perejil, dos zanahorias en rodajas, un vaso de vino blanco y una copita de coñac, poner el punto de sal a las verduras, cubrir con agua (mejor con un caldo de ave o carne), tapar la cazuela y dejar cocer lentamente, sin prisas, hasta que la carne esté tierna.
Cuando está hecha, se saca el rollo, se quita el hilo del cosido con cuidado, se deja templar y se parte en lonchas. La salsa que queda en la cazuela, se tritura con el minipimer o se pasa por un pasapurés y luego por el chino, si es que gusta más fina. Salsear con ella las rodajas de carne.
Esta es una forma de relleno, pero este tipo de carne, admite todo, puedes dar rienda suelta a tu imaginación y acertarás.
Ejemplo de otro relleno: Poner cebolla a pochar, añadirle unos boletos troceados, rehogar, mezclar este sofrito con cuarto kilo de carne de cerdo picada, ponerle el punto de sal y colocar este relleno sobre la pieza de carne abierta, cubrir con pimientos rojos asados y, sobre ellos alinear tres huevos cocidos, enrollar. Como guarnición se pone una ensalada, unas patatas gordas y fritas o un puré. Por cierto, el puré improvisado que hice el otro día, resultó buenísimo. A mi Anthony, le gustó mucho, es muy agradecido con todo lo que le hago.
Tengo que terminar la carta, se me pasan las horas escribiéndote, es como si estuviera hablando contigo, no me canso.
Todos te mandan abrazos, me dicen te diga que te quieren mucho, yo también, madre. Un beso.
Kasioles