Querida madre:
Llevo sin salir de casa desde que he
vuelto de viaje, tenía el correo a tope y he estado contestando a todos
los comentarios que tenía atrasados, ha sido una forma de descansar de tantas
caminatas como he hecho.
Y ahora voy a
tratar de seguir analizándome:
Cuando no se asoman
a mi mente dudas y malos pensamientos, me invaden momentos felices al volver
a sentir ese brote de amor que dormitaba
en mi pecho. Entonces.... me veo junto a ti, mirándonos en silencio, pero los dos sabemos que nuestros corazones se comunican con un lenguaje especial que sólo nosotros entendemos.
Rodeas mi cintura
para acercarme a tu cuerpo y caminamos muy juntos, felices y sonriendo.
Los árboles nos
conocen, saben mucho de lo nuestro, ellos son fieles testigos del amor que nos
une y anida muy adentro. Y se alegran de las risas, de lo que comentamos, de
nuestros abrazos y besos, respiran un
ambiente feliz que transmiten cuando nos muestran sus flores de un
bonito color y aroma intenso.
La tarde declina,
el sol ya se mete entre los pinos que bordean la piscina, los últimos rayos
iluminan sus aguas de un azul transparente, Anthony me sonríe feliz y yo le
dejo un beso tierno en la frente. No
conforme con eso, me abraza, me susurra y envuelve ¡y yo me dejo llevar por mi
suerte!
Cuando la luz
estrellada aparece en la noche surcando el cielo, nos sentamos en la terraza
mirando a lo lejos, su brazo rodea mi cuerpo y yo me imagino que estoy en el
cielo.
EN MI CARTA
ANTERIOR PASÉ POR…
Momentos malos
Que me atrapan,
Me entristecen,
Surgen sin mediar
palabra
Y en silencio,
permanecen.
Entonces…
Disminuye mi visión
El sol se nubla a
lo lejos
Tan solo veo
reflejos
De lo que he sido y
no soy.
La nostalgia se
apodera
De mi corazón
herido
Que aún guarda tu
latido
Como eco de tu
amor.
Pero hay otros…
En que, sintiéndote
cerca,
Me haces soñar
despierta
Y vuelve a mí la
ilusión.
Este domingo nos
juntamos casi todos en el pueblo, he ido pronto, quería repetir un plato que hice el día de
Año Nuevo y está buenísimo, tenía que hacer las fotos de cada paso para poder
compartirlo con todos vosotros.
Se trata de una
merluza rellena, os aseguro que además de quedar como una excelente anfitriona
a la hora de invitar, también conquistaréis el estómago de la persona amada.
También le rellené
una lubina a Máriel, para que la llevase y no perdiese tiempo haciendo su
comida para el día siguiente.
INGREDIENTES: Una
merluza o una cola grande, 4 cebollas, cuarto kilo de langostinos y cuarto de
gambas, pimientas rosa y negra molidas, sal gruesa, una bolsita de chalotas o
cebollitas francesas, unas ramitas de eneldo fresco, dos limones y dos limas, aceite,
vino blanco y caldo de pescado.
Para hacer el caldo
de pescado, necesitamos las cabezas y pieles de los langostinos y las gambas,
una buena rama de perejil, cebolla, un tomate, la espina de la merluza, agua y
sal.
PREPARACIÓN:
1- Pelar las cebollitas francesas y sacarles la
primera capa por si estuviese dura.
2- Pasarlas a una fuente que pueda ir al horno,
salpimentarlas y añadirles un chorrito de aceite de oliva por encima.
3- Meterlas al horno precalentado a 180 grados
y dejar que se vayan dorando lentamente, darles vuelta de vez en cuando. Cuando
están, se retiran y reservan.
4- Mientras se asan las cebolletas, se prepara
el caldo de pescado. Poner en una cazuela todos los ingredientes del caldo,
cubrir de agua y dejar cocer durante 15-20 minutos.
5- Desespumar el caldo, colar y reservar.
6- Cortar las cebollas en juliana fina.
7- Pocharlas en una sartén con un poco de
aceite y sal. Reservar.
8- Después de pelados los langostinos y las
gambas, se parten en trocitos.
9- Mezclarlos con la cebolla pochada. Reservar.
10- Después de sacar la espina
central a la merluza, se abre como si de un libro se tratase.
11- Salpimentarla por los dos
lados.
12- Rellenar un lomo con la
mezcla de la cebolla, langostinos y gambas que teníamos reservada.
13- Al otro lomo echarle
ralladuras de lima, limón y un poquito de eneldo picado.
14- Cerrar la merluza y hacer
unos cortes en su superficie. Cortar rodajas de lima y limón, partir cada una
en dos y rellenar los cortes con ellas, alternando los colores de los cítricos.
15- Mezclar un poco del caldo
de pescado con una copa de vino blanco, regar la merluza con ello y un hilo de
un buen aceite de oliva. Poner alrededor unas rodajas de tomate y meter al horno precalentado durante 30
minutos más o menos.
16- Cuando veamos que, entre
los cortes, salga un líquido blanquecino, el pescado estará en su punto y se
retira del horno.
17- Servir con las cebolletas
reservadas, espolvorear con eneldo picadito y disfrutad de este excelente
plato. Un vino blanco bien frío es el acompañamiento ideal.
Y ya acabo, con el
gustillo de haberos dejado una receta que ha sido todo un éxito en casa.
Os mando cariños y
abrazos para compartir, de más está el que os diga que siempre nos acordamos de
vosotros.