Querida madre: Como
te decía en mi carta anterior, hemos hecho lo que teníamos pensado, fuimos al
pueblo y estuvimos plantando cebollas, hacía tanto frío… que hemos dejado los
guisantes y las fresas para otro día.
Sabes que siempre
que voy allí, me acuerdo de Anthony, es como si la tierra me hablase de él,
todo me lo recuerda.
Y mientras pensaba,
quise escribir:
Amor, tú sabes bien
cuánto yo daría por tenerte a mi lado, estar contigo, sentir que tu corazón
sigue pegado al mío, porque tu latido y el mío, aprendieron a ir acompasados a
lo largo del camino.
También sabes
cuánto te he querido, que te he dado mi vida porque siempre te he sentido tan
mío…que nunca podría llegar a comprender cómo es posible seguir viviendo sin
estar contigo ¡maldito destino!
En el silencio de
mi soledad, seguías en mí, aferrado a mi corazón como formando parte de mi
palpitar cansado y herido.
¡Cuántas veces te
he llamado! ¡Cuántas veces he mirado al cielo por si hallaba respuesta a tantas
cartas como te he escrito!
Invoqué a la luna,
a las estrellas, al Universo entero, para que se apiadasen de mí y me
devolviesen un ápice de tu luz de amor, que era la que estimulaba y alumbraba
mi caminar contigo ¡Qué gran quimera, amor mío!
Sumida en las tinieblas,
he pasado años hundida en la nostalgia, perdida, aferrada a los recuerdos de
todo lo bello que vivimos.
Hoy, después del
paso lento de los años sin tenerte a mi lado, por momentos, allá a lo lejos,
creo ver una chispa de luz en mi camino, es el sol que vuelve a brillar.
¡TE ESPERABA!
COMO AGUA DE ABRIL
QUE HACE GERMINAR
LOS CAMPOS
ANUNCIANDO PRIMAVERAS.
¡TE ESPERABA!
COMO LUZ DE
AMANECER
QUE BARRE LAS
SOMBRAS
Y ME QUITA LAS
PENAS.
¡TE ESPERABA!
COMO LA LUNA QUE
IMANA
Y ATRAPA A LA MAREA
COMO LA BRISA QUE
AVIVA
EL RESCOLDO QUE AÚN
QUEDA.
Y SIGO MIRANDO AL
CIELO
¡POR SI LLEGAS!
Mañana vienen a
comer dos de mis nietos, me han dicho que les encanta el pollo con curry y,
como hace mucho que no hago ninguna receta de pollo, este va a ser el momento
idóneo.
INGREDIENTES: Un
pollo troceado, un vaso de vino blanco, uno o dos dientes de ajo, un pimiento
verde, una cebolleta, un puerro, dos zanahorias, una cucharadita de curry, otra
de harina (solamente en el caso de que la salsa quedase demasiado líquida) sal,
aceite y caldo de ave.
PARA HACER EL CALDO
DE AVE: La carcasa del pollo, una punta de jamón serrano o unas lonchas, la
parte verde de un puerro, una zanahoria, una cebolla pequeña, una rama de
perejil, agua y sal.
PREPARACIÓN:
1- Comenzar haciendo el caldo de ave. Poner
en un puchero todos los ingredientes y cubrir con agua. Ponerlo sobre el fuego
y dejar cocer unos 20 minutos. Desespumar, colar y reservar.
2- Mientras, picar la cebolleta, el pimiento
verde, la parte blanca del puerro y las zanahorias.
3- En una sartén con aceite, que cubra el
fondo, dorar los trozos de pollo por todas partes.
4- Cuando tienen un bonito color dorado, se
retiran, escurren y reservan.
5- Colar el aceite donde se ha dorado el
pollo, pasarlo a una cazuela y dejar que tome color un diente de ajo picado.
6- Añadir las verduras troceadas.
7- Rehogarlas y dejar que se vayan pochando.
8- Cuando están, se agregan los trozos de
pollo reservados.
9- Regar con el vino blanco, aromatizar con
el curry y poner la sal.
10- Cubrir con el
caldo de ave colado y dejar que se vaya haciendo, lentamente, hasta que el
pollo esté tierno y el caldo se haya evaporando en gran parte.
11- Se sirve
acompañado con las verduras o, si se prefiere, se pasa la salsa a través de un
colador y se salsean los trozos de pollo con ella.
Espero y deseo que
guste a todos.
Una vez más y dando
por finalizada mi carta, te mando cariños de todos y un abrazo muy especial de
tu hija.