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miércoles, 17 de junio de 2015

VACACIONES Y ENTRANTE CON AROMAS DE ALBAHACA Y MENTA

Querida madre: Se acerca el miércoles y todavía no tengo la carta escrita.
El domingo pasado, ha venido Willi con su familia y estuvimos en el pueblo celebrando dos cumpleaños, el de Marieta (que tú ya no llegaste a conocer y acaba de cumplir 8 años) y el de Rober.
Ha sido un día completo, por lo felices que hemos sido al estar todos juntos ¡Lástima que los ratos buenos duren tan poco! Pronto anocheció y llegaron las despedidas.
Mientras guardaba un bolígrafo en un cajón, me encontré con algo que había escrito el año pasado, a mi regreso de las vacaciones junto al mar.
Seguro que en aquél momento me entró la nostalgia y escribí:
Mientras escucho el eco de una dulce y romántica música, siento que está a mi lado.


El sol nos acaricia con sus últimos rayos y, mirando al horizonte, nuestro sentir se transforma en una brisa enamorada que lo abarca todo.
De pronto, noto que coge mi mano ¡Madre! ¡Qué sensación cuando su mano roza la mía! Siento el calor de su piel en mi piel, no me atrevo a hablar, sólo le miro, mejor dicho, nos miramos y sus ojos brillan como brillan también los míos ¡cuántas cosas nos decimos con tan solo una mirada!
Sonrío, él me devuelve la sonrisa y… sin pensarlo, me coge por los hombros, me estrecha contra su pecho, me deja un fuerte beso en los labios y caminamos juntos mientras me siento arropada por su fuerte brazo que abarca toda mi espalda  y así, apenas sin decir nada, vamos dejando nuestras huellas por la orilla de la playa.
Huellas, tan solo huellas, unas huellas que no durarán nada, la marea está subiendo y las olas se aproximan para borrar nuestras pisadas.


Muy pronto se hará de día y…
¡Tendré que inventarme una nueva quimera para mañana!
Como tengo un largo verano por delante, algo se me ocurrirá.

A mis nietos pronto les darán las vacaciones y me iré al pueblo con ellos, como allí no tengo Internet, no podré enviarte mis cartas, pero te prometo que te seguiré escribiendo para estar en contacto contigo.

Ahora, para dejar un buen sabor de boca y, al mismo tiempo, aromático, voy a hacer un entrante que ha sido idea de mi hijo Willi, él ha traído lo necesario para hacerlo.

INGREDIENTES: Un envase de secreto de cerdo ibérico, cogollos de lechuga, menta y albahaca frescas y una salsa coreana: SEMPIO KALBI MARINADE. Como veréis no lleva nada de sal.

PREPARACIÓN:
1-   Filetear el secreto de cerdo y retirar la grasa sobrante.

2-   Poner una sartén sobre el fuego o una plancha, dejar que se caliente bien, echar un filete de secreto de cerdo y dejar que se vaya haciendo en su propia grasa.

3-   Cuando está dorado por ambos lados se retira y, con un cuchillo muy afilado se corta en tiritas finas.

4-   Ahora ya sólo queda montar los entrantes. Separar las hojas de los cogollos, lavarlas y escurrirlas, poner sobre cada una de ellas un trocito de las hojas de albahaca y menta.

5-   Calentar en la misma sartén los trocitos de secreto que hemos cortado.

6-   Colocarlos encima de las hojas de lechuga.

7-   Regar con la salsa coreana y servir rápido. Se come cerrando la hoja y degustando cada bocadito.


Hasta  mi regreso, os deseo lo mejor, no lo dudéis, me acordaré de todos, ya sabéis que os tengo mucho cariño.

Para ti y para Anthony, os dejo un montón de abrazos, de sobras sabéis que siempre vais conmigo, resguardados en mi corazón.     

                                         Kasioles