Querida madre:
De nuevo ya estoy contigo
Aquí me tienes, mi madre
Aquí me tienes, mi cielo
Me tienes para contarte
¡Cuántas cosas te diría, madre!
Mas… no sé si ya me escuchas
Ya no sé dónde buscarte
Esto de irte tan lejos…
¡Qué difícil encontrarte!
No dejo yo de escribirte
Yo no dejo de buscarte
Y además me sale en verso
Eres tú, quien me inspiraste
Lágrimas me cuesta hacerlo
Ya sé, ya sé, no te enfades
Recuerdo lo que me decías:
Cuando yo falte….
Tú, no quieres verme triste
Yo no quiero disgustarte
Mis lágrimas resbalan solas
De tanto buscar…
¡Y no hallarte!
Como verás, llevo unos cuantos días con una especie de “vena poética”
Ignoro lo que me pasa, pero si puedo decirte que me sale del alma.
Esta semana pasada, he dedicado más tiempo a leer cantidad de relatos y poesías de mis amigos del blog, es gente extraordinaria ¡cómo se expresan!
Algunos lo hacen en verso y, al leerlos, te quedas ahí, anclada, envuelta en ese sentir de deseo, de pena, de amor.
Pero lo mío no son las letras ¡que soy de ciencias! Recuerdo yo.
Si tú, madre, me preguntas ¿qué eres, hija? No sé yo.
El transcurrir de los años,
Han hecho de mí un ser
Que primero fui hija buena
Amante esposa después
Luego… madre dedicada
A cinco hijos ¡ya está bien!
En los tiempos que vivimos
En los tiempos que vivimos
¡Qué son muchos! Ya lo sé
Lo que si puedo decirte
Es que a ellos dediqué
Mi sueño, mi amor
Y mis pucheros también.
Por eso, madre querida
Lo único que yo sé hacer
Es prepararte este día
El otro día compré
Ya limpia y sin espinas
Abierta la preparé
Con hongos y con cebolla
En una sartén confité
En otra puse marisco
Con ajitos salteé
Junté tierra con el mar
También hice bechamel
Todo junto y bien unido
Lo metí dentro del pez
El horno puse a 200
Mezclé sal, aceite y vino
Lo dejé 30 minutos
¡Mire Vd lo que ha salido!
Bueno, madre, por hoy ya está bien de jugar con las letras ¿no te parece?
Volveré a mi estado normal no tardando.
Antes quiero mandarte, todo mi cariño, en un fuerte abrazo.