Querida
madre: Ahora que se acercan estos días en que, los más pequeños (muy ajenos al
vacío que han dejado los que ya se han ido a esa otra dimensión), disfrutarán
de Halloween, con lo típico de “Dulce o Truco” junto con bromas, disfraces e
historias de miedo, Kasioles, pese a no celebrar la fiesta, ha encontrado entre
sus anotaciones un escrito que muy bien puede encajar en estas fechas, dice
así:
Habitaban
mundos diferentes, paralelos, eran dos almas buenas que se encontraron en una
intersección, fue en un cruce de caminos, una de esas cosas que ocurren sin
ninguna explicación.
No se
vieron ni se tocaron, pero entre ellas hubo comunicación, supieron que eran dos
corazones rotos que sufrían por amor.
Una,
trató de apoyar a la otra, tenía poder de persuasión, pero la más débil, se
aferraba al recuerdo del que fue su gran amor.
Pasado
el tiempo, y al seguir encontrándose en el crucero que frecuentaban las dos, el
alma atormentada se evadió del llanto y descubrió una luz donde antes todo era
penumbra y dolor.
Estaba
agradecida, le había cogido cariño a la que por ella tanto se preocupó, pero no
volvió a verla, debió marcharse y no regresó.
Cuentan
que, cada primera semana de Noviembre, truene, llueva, haga frío o calor, la
ven vagar solitaria por el mismo sendero donde la conoció, aún no pierde la
esperanza de encontrarla un día, quiere darle las gracias y decirle….
No sé lo que querría decirle, a mí me lo contaron y así os lo cuento yo.
Quizás le gustaría saber el porqué … o preguntarle por qué…
SI ME
RECUERDAS…
SI
PESE AL TIEMPO
QUE
MUY LENTO TRANSCURRIÓ
¡TODAVÍA
ESTOY!
SABRÉ,
AÚN SIN VERTE,
QUE TÚ
TAMBIÉN ESTÁS CONMIGO
PORQUE
LOS SENTIMIENTOS UNEN
SIN
PREJUICIOS NI RAZÓN.
Y como
hoy a las nueve de la mañana hacía tan solo 3 grados, me he dicho que nada
mejor para comer sería un potaje de garbanzos con bacalao, lo aprendí al poco
de llegar a esta tierra castellana, vaya mi recuerdo agradecido para aquella
vecina que me enseñó a hacerlo.
INGREDIENTES:
Medio kilo de garbanzos, una zanahoria, una cebolla, un puerro, 4 dientes de
ajo, dos trozos de bacalao desalado, 2 hojas de laurel, una bolsa de hojas de
espinacas, una pastilla de caldo de ave, una rebanada de pan tostado, un puñado
de avellanas, perejil, pimentón dulce, aceite, agua, sal y 3 huevos cocidos
junto con unos langostinos para decorar y enriquecer el plato (Optativo).
PREPARACIÓN:
2-
Picar los dientes de ajo, la cebolla y el puerro.
6-Mientras,
cortar en dados los trozos de bacalao. Reservar.
7-
Hacer una picada con las avellanas, el pan tostado y las hojas de perejil.
Reservar.
8- Cocer
los huevos durante diez minutos. Retirar y reservar.
10- Ya
solo queda echar las hojas de espinacas lavadas, al principio parecerá que se
salen de la olla, pero pronto se bajan y en breves minutos están en su punto.
11-
Después de rectificar el punto de sal, ya solo queda decorar el plato y
degustarlo. Para mí, que soy una gallega trasplantada a tierras castellanas, he
de reconocer que me ha gustado muchísimo. Disfrutad de estas raciones.
Y ya,
para terminar, te envío mi cariño en un fuerte abrazo.
Kasioles