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lunes, 23 de noviembre de 2015

BIZCOCHO DE CHOCOLATE Y PERAS

Querida madre: Después de lo que te conté en la otra carta, seguro que tú te has hecho la misma pregunta que yo ¿Qué es lo que le pudo haber pasado a Sandro?
Después de aquél abrazo tan sincero… ¿Cómo podía esperar algo así?

Permanecí un rato sentada en el sofá, estaba enfadada, pero pronto recordé unas palabras que, en su día, me habían ayudado “No permitas que nadie tenga el poder de enojarte”.

Al poco, ya se había disipado mi mal humor.

Como estaba arreglada, decidí salir a la calle e ir al centro, compraría un molde de silicona que necesitaba para hacer un bizcocho.

Enfrente de casa, tengo la parada del autobús nº 1 que inicia ahí su largo recorrido.

Como estaba vacío, me senté en uno de los asientos que da al pasillo y está al lado de la puerta de salida.

En la parada siguiente subió un Sr y, pese a tener sitios donde elegir, se le antojó sentarse a mi lado, en el otro asiento que da a la ventanilla.

Muy correcto, me dio los buenos días y dijo que nos esperaba una mañana primaveral.

Ya era hora, contesté, se agradece que se hayan suavizado las temperaturas, demasiado calor hemos pasado este verano.

Tenía ganas de hablar, me contó su historia y, muchas veces, he llegado a preguntarme ¿Qué verá la gente en mí para que, sin conocerme de nada, les inspire confianza y me cuenten su vida?

Madre, como no quiero alargar demasiado la carta, ya te seguiré contando en la próxima.

Cuando llegué a casa, la figura de Sandro y el tono de su voz, seguían martilleando mi cabeza.

Escribí pensando en él:


   Quisiera olvidarte
 No debo pensar en ti
Pero al despertar al alba
Vuelvo a recordar tu nombre
Y el abrazo que te di.

Surgiste en mi vida
Después de una eternidad
Trajiste a mis días
Alegría y felicidad.

Despertaste un pasado
Que dormía en paz
Podíamos revivirlo
Pero no fuiste capaz.

Intentaré que el ayer
Se aletargue en el olvido
Junto con risas de niña
Y aquél apretado abrazo
Que en el tiempo se han perdido.

Y ahora, voy a seguir la receta de un bizcocho de chocolate y peras que encontré en uno de los libros que me han regalado mis hijos el año pasado (Caroline Bretherton), utilizaré el molde que acabo de comprar.

INGREDIENTES: 125 g de mantequilla ablandada, 125 g de azúcar moreno, 4 huevos grandes, 250 g de harina, un sobre de levadura (o harina para bizcochos, que ya la lleva)  de cacao en polvo, tres pastillas de chocolate negro en trocitos, dos peras, 150 ml de leche y azúcar glass para espolvorear.

PREPARACIÓN:
1-   Poner en un bol la mantequilla ablandada y el azúcar moreno.

2-   Con una batidora eléctrica, batirlo hasta que quede una mezcla clara y cremosa.

3-   Incorporar los huevos de uno en uno  y seguir batiendo para mezclar.

4-   Cuando tengamos todos los huevos incorporados, ir añadiendo, poco a poco, la harina mezclada con la levadura y seguir batiendo.

5-   Deberá quedar una mezcla homogénea. Reservar.

6-   Pelar las peras, cortarlas en gajos, sacarles las semillas y trocearlas.

7-   Añadir a la mezcla reservada el cacao, el chocolate rallado o en trocitos muy pequeños y las peras en dados.

8-   Incorporar la leche.

9-   Mezclar bien con ayuda de una varilla o una cuchara.

10-  Verter el preparado en el molde y llevarlo al horno, (precalentado a 180º), hasta que esté completamente cocido y haya subido, tardará de 35 a 45 minutos.

11- Cuando está, se retira del horno y se deja templar antes de desmoldarlo.

12- Desmoldar y espolvorear con azúcar glass.

13-  Decorar a gusto.


Y ahora quiero mandarte un montón de cariños y abrazos de todos para todos.

                                                  Kasioles