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miércoles, 27 de abril de 2016

BIZCOCHO DE AVELLANA CON COBERTURA DE CHOCOLATE

Querida madre: Hoy, pese a que ha salido pronto el sol, el día está gris para mí.







Miro tras los cristales de mi ventana y todo sigue igual, como si no hubiese ocurrido nada. La vida continúa sin detener su marcha.


Pero yo sé bien que la pérdida de una amiga ha vuelto a arañar mi alma, siento que se abre la herida que creía ya cicatrizada.


Pese a estar en primavera, no hay rosas en mi corazón y me doy cuenta de que, tanto a ti madre mía, como a él, os echo tanto en falta…





Vuelve a mí la añoranza y mis pensamientos vuelan a su lado.

Sin querer, retrocedo al ayer, a las tranquilas mañanas cuando estaba conmigo, a las noches en que veía luz con solo sostener su mirada y  al suave roce de su piel cuando me acariciaba. 


Siempre me sonreía al notar mi rubor de mujer enamorada.

También recuerdo, aquellas tardes de invierno en que a mi lado se sentaba, yo apoyaba mi cabeza en su hombro y él, abarcaba con su brazo mi espalda, permanecíamos en silencio pero… ¿Acaso él y yo, para entendernos, necesitábamos palabras?

Estoy segura de que hoy, encontraría los medios adecuadas para liberarme de esta pena y hacer que, mi corazón, encontrase de nuevo la calma y volviese a mí la ilusión.


Si yo encontrara, amor mío,
Las palabras adecuadas
Para hacerte comprender
Lo que aún siente mi alma…

Sabrías que tu vacío
No se rellena con nada
Que tu recuerdo es la mecha
Que estimula mi añoranza.

Sin ti…
El día se torna gris
Y las noches se hacen largas
El sueño huye de mí
Porque es amante de calma.

Sigues en mi duermevela
Amaneces en mi cama
Porque necesito asirme
A esa mano que me amaba
Acariciaba mi piel
Y mi vida aseguraba.

Amor:
Nadie impedirá que te sueñe
Dormida y despierta te siento,
El rescoldo de tu amor
Es la lava de un volcán
Que aún abrasa mi alma.

Mil gracias por todo lo que me has dado.
Y a ti también, que me lees, por tu apoyo y cariño, cuando tratabas de darme ánimos.
Para distraerme y, al mismo tiempo, tratar de no pensar, voy a preparar un bizcocho de avellanas con cobertura de chocolate, se lo llevaré a una amiga a la que también quiero mucho. 

INGREDIENTES: 4 huevos, 250 g de azúcar, 400 g de harina, un sobre de levadura Royal, una pizca de sal, 80 g de avellanas molidas, 11 cucharadas de aceite de girasol,  13 de leche y, para aromatizar, las ralladuras de una naranja.
PARA LA COBERTURA: 150 g de chocolate negro, 90 g de mantequilla y azúcar glass.

PREPARACIÓN:
1-     En un bol, mezclar las yemas de los cuatro huevos con el azúcar. Reservar las claras.

2-     Batir.

3-     Añadir las cucharadas de leche y las de aceite, remover para que se incorporen bien.

4-     Echar, poco a poco, la harina mezclada con la levadura, no dejar de batir hasta obtener una mezcla homogénea.

5-     Incorporar las avellanas molidas, remover para mezclar.

6-     Montar las claras a punto de nieve con la sal y añadirlas a la mezcla anterior con movimientos envolventes.

7-     Aromatizar el preparado con las ralladuras de una naranja y mezclar despacio.

8-     Engrasar un molde redondo, con chimenea, y verter en él la preparación.

9-     Meterlo con el horno precalentado a 180 grados, con calor arriba y abajo (mejor con ventilador) y dejarlo por espacio de unos 50 a 60 minutos. La superficie aparecerá completamente dorada y, para mayor certeza de que está en su punto, se puede pinchar con un palillo o una brocheta, si sale seco es señal de que hay que retirarlo del horno.

10- Dejar templar unos minutos y desmoldar.

11- Derretir al baño maría o en el microondas, durante unos dos minutos, el chocolate troceado con la mantequilla.

12- Cuando el chocolate está fundido, cubrir con él toda la superficie del bizcocho. Dejar enfriar.

13- Decorar a gusto con el azúcar glass.

14- Servir y… ¡Qué rico está!



Y reiterando mil gracias a todos, por haber estado a mi lado, apoyándome, me despido de los míos, enviándoles, a su remanso de paz, mi mejor muestra de cariño en besos y abrazos.

                                            Kasioles