Querida madre: Al
son de una música romántica, soñadora, que suena tras acariciar las teclas de
un piano, comienzo a escribir mi carta de esta semana.
¡Madre! El domingo
pasado, te sentí a mi lado, nos habíamos reunido todos y, en el cariño que
ellos me mostraron, también he notado el tuyo ¡Cómo hubiéramos disfrutado si
estuvieras con nosotros! También era tu día, como el de todas las madres.
Me llenaron de
regalos ¡tenías que ver las caritas de tus biznietos cuando me los dieron!
Sabes que mis hijos siempre me quieren ver guapa y moderna, como antes, cuando
la vida me sonreía ¡Pobre Kasioles! ¡A veces me veo como una lila marchita!
Antes de anochecer,
me acerqué al campo santo y regué las flores. De esta vez, os he puesto
petunias de colores, quizás sea porque no quiero que perdáis la noción del
tiempo y sigáis disfrutando del olor de una nueva primavera.
¡Madre! Tú que
estás más cerca, cuídame mucho a Anthony, sabes que le encanta que le quieran y
ahora que yo no estoy…¡Dios! ¡Cómo quisiera teneros cerca!
Bueno, ¡basta ya de
penas! De momento, todos estamos bien, tus nietos tienen trabajo y tus
biznietos, son felices y sacan buenas notas en sus respectivos colegios ¿Qué
más puedo pedirle a la vida?
Tú bien sabes, que
lo que añoro, sólo es pura quimera.
Hoy tenía pensado
escribir un poema para un amigo, un amigo que tengo la sensación de haberlo
conocido desde siempre, lo encontré de casualidad, no hace mucho y su voz… Lo
dejaré para otro día.
Hoy, al desviar la
dirección que debería llevar mi carta, acabo llorando como una tonta, se me
pasará, no temas.
Ahora voy a escribir sentimientos que fluyen
mientras pienso en vosotros.
Cuando el corazón habla
Cuando necesito
deciros
Que todavía os
llevo
Porque sois mis
prisioneros….
A veces logro
escribir
Un simulacro de
amor
Algo que labro con
letras
Evocando vuestro
calor.
Pero vosotros sabéis
Que lo que quema mi
alma
Tiene más fuerza y
pasión
Que lo que escribo
con calma.
Quisiera poder
grabar
El sentimiento que
mana
Cada vez que el
recuerdo
Aflora cada mañana.
Quisiera poder
besar
Cada poro de
vuestra cara
Hacer con mis besos
sueños
Que os despierten
al alba.
Para teneros en
brazos
Rodearos con
palabras
Y deciros que,
vuestro amor
¡A fuego tatuó mi
alma!
Y hoy no soy yo la
que se mete en la cocina. Mi hija política, la mujer de mi hijo Willi, me ha
hecho esta tarta para el Día de la Madre que estaba buenísima. Salieron a
buscar los ingredientes necesarios y yo estuve a su lado observándola
atentamente.
INGREDIENTES: Dos
yogures griegos de 120g cada uno, dos tarrinas de queso philadelphia de las
grandes (350g) 90g de mantequilla, un paquete entero de galletas tipo
Digestive, 3 huevos, un limón, 250g de azúcar y tres cucharadas de harina, dos
cucharaditas de aroma de vainilla y mermelada de fresas para decorar.
PREPARACIÓN:
1- Poner en una bolsa las galletas troceadas
y, con la ayuda de un rodillo, triturarlas hasta convertirlas en una especie de
arena.
2- Poner las galletas trituradas en un cuenco
y añadirles la mantequilla derretida.
3- Mezclar bien hasta lograr que las galletas
queden como arena mojada.
4- Forrar un molde con papel de hornear,
deberá ser redondo y con aro desmontable.
5- Volcar en él la galleta y, con la ayuda de
una cuchara, ir presionando hasta cubrir todo el fondo y paredes. Meterlo en el
congelador.
6- Mientras, en un cuenco, echar el queso y
los dos yogures, añadir el azúcar, mezclar.
7- Aromatizar con la vainilla, el zumo de
medio limón, incorporar la harina, mezclar bien y añadir los tres huevos.
Mezclar todo muy bien, hasta que todo esté perfectamente incorporado.
8- Sacar el molde con la galleta del
congelador y volcar en él la mezcla obtenida.
9- Extenderla bien hasta cubrir toda la
superficie.
10- Tener precalentado el horno a 200º y meter la
tarta solamente 10 minutos a esa temperatura, luego, bajarla a 90º y dejar que se
vaya haciendo 30 minutos más. Pasado el tiempo, apagar el horno pero dejar la
tarta dentro hasta que se enfríe por completo. Deberá quedar con textura de
flan.
11- Desmoldar,
cubrir con la mermelada de fresa y volver a meter al frigorífico hasta el
momento de servirla.
12- Os dejo esa
ración para que nadie se olvide de esta tarta.
NOTA: La tarta no
es original, la descubrió en Internet y
ha sido todo un éxito. Dejo aquí mis felicitaciones y mi agradecimiento para
los autores.
Y para finalizar,
hoy, en nombre de todos, os mando besos, cariños, abrazos y mi sentimiento de
amor que dejo volar para que llegue a vuestros brazos.