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sábado, 2 de julio de 2011

ENSALADA DE PIMIENTOS ASADOS CON ANCHOAS

Querida madre: Ya hacía bastante tiempo que no me desvelaba.

Hoy no sé lo que me pasa, no puedo dormir.

Igual que meses atrás, acabo de dejar a Anthony durmiendo, me he escabullido de la cama sin que se diera cuenta y he venido al cuarto de estar para poder escribirte. Son las dos de la madrugada.

Espero que tarde un rato en notar mi ausencia, ya sabes, tiene por costumbre pasar su brazo rodeando mi cintura y si no me encuentra…..

Estoy recordando que hace ya cuatro años que no nos vemos ¡cómo corre el tiempo!

Hay veces que lo llevo fatal, no me acostumbro, te necesito tanto….

Madre, te confieso que por momentos me siento como una niña pequeña, como si no hubiera madurado, necesito tus consejos, tus caricias, tus mimos….

Lo único que me consuela es el poder comunicarnos a través de las cartas, claro está que yo preferiría que estuvieras a mi lado, pero de este modo, podemos mantenernos en contacto y saber la una de la otra.

En mi carta anterior acabé de contarte lo del viaje a Gibraltar.

Pues bien, al día siguiente, por la tarde, nos acercamos a Benalup casas viejas. Es un pueblecito que está a unos 40 km más o menos de Zahara de los Atunes. El camino es sinuoso y el municipio está en el interior, es muy tranquilo, sus calles estrechas y muy empinadas son lo ideal para ejercitar la musculatura de las piernas.

Lo primero que hemos hecho, fue visitar la iglesia, lleva el mismo nombre que la plaza en la que está ubicada.

Cuando entramos en la Iglesia del Socorro, no había nadie, todo era silencio.

Después de rezar un ratito, nos adentramos para ver las capillas laterales que estaban cerca del altar. A la derecha, me sorprendió ver una Virgen de una talla muy grande, no exagero, mediría cerca de un metro setenta. Me quedé mirándola y… ¿podrás creerme madre, si te digo que se parecía a ti? ¡ no lo podía creer!

Desde el ángulo en que estaba, te veía un poco de perfil ¡eras tú! Emocionada, con los ojos llenos de lágrimas, me arrodillé y te miré de frente, entonces fue cuando salí de mi ilusión óptica.

La Virgen tenía una cara lisa, sonrosada, dulce, bondadosa… pero era mucho más joven que tú.

De todas formas, agradezco que Ella me haya llevado durante unos minutos a tu lado.

Hoy, cuando ya las vacaciones han quedado muy atrás, todavía me emociono al recordarlo, ha sido una sensación maravillosa la que he vivido.

Como no he dormido nada bien, hoy tengo pocas ganas de cocinar, además hace bastante calor, sólo me apetece algo fresco y que se haga rápido, estoy pensando en una ensalada de pimientos asados, patatas, huevos cocidos, anchoas, cogollos y aceitunas ¡me está apeteciendo!

Me voy a la cocina para cocer tres patatas y dos huevos.

Pondré a asar en el horno a 180 grados cuatro pimientos rojos, los rociaré con unas gotas de aceite y les pondré un poco de sal por encima, me llevará un buen rato tenerlos a punto.

Los he dejado templar y ya los tengo pelados y cortados en tiras.

Las patatas las tengo cortadas en rodajas un poco gordas.

Cada cogollo lo he cortado en cuatro partes.

Ya sólo me queda montar la ensalada:

Poner en toda la vuelta de la fuente los cogollos cortados, en el centro las patatas en rodajas, sobre ellas los pimientos en tiras y encima de éstos, unos rollitos de anchoas en aceite con una aceituna negra.

Decorar con rodajas de huevo cocido, anchoas y más aceitunas.

Salar con escamas de sal.

Aliñar con un buen aceite de oliva, vinagre de Jerez, ajo muy picado, perejil y si gusta, también admite un poquito de comino.

Servir fría.

Hoy, madre, mi carta es larga, estarás contenta. Yo me siento feliz al escribirte.

Acabo ya. Recibe un fuerte abrazo con el cariño de tu hija

                                 Kasioles