Querida madre: Ayer por la tarde he hablado con Willi, me ha dicho que este fin de semana no vendrán a vernos, se van a esquiar a Baqueira Beret (Lérida) llevarán a Marieta para que disfrute en una pista de nieve. Le han comprado todo el equipo para que no pase frío ¡cómo me gustaría verla!
Estuvimos largo rato hablando. Ya sabes que siempre se preocupa por mi blog y se le ocurrió preguntarme qué iba a preparar esta semana, no supe contestarle, aún no tenía nada en mente, pero de pronto…. De él surgió la idea, me dice: ¿por qué no haces las patatas rellenas de tu abuela?
A partir de ese momento, no he dejado de acordarme de ella.
Las patatas, madre mía, yo no sé cómo las hacía, era tan pequeña… pero si recuerdo aquellas que tú ponías y me decías: ¡hija! Hoy voy a hacer unas patatas rellenas, tan ricas, como aquellas que preparaba tu abuela.
A ti, madre, te temblaba la voz cada vez que hablabas de ella, hoy me pasa a mí lo mismo, menos mal que mi pluma no tiembla, sería incapaz de hablar, la emoción frena mi lengua. Madre mía, cuando te escribo y aunque no lo pretenda, noto que se humedecen mis ojos de tantos recuerdos y vivencias.
Hoy, quiero dedicarle a tu madre, que es mi abuela, unas letras hechas verso que han brotado de dulces recuerdos guardados en el baúl de mi infancia bella.
PARA MI QUERIDA ABUELA
Perdida llevo la cuenta
De los años que han pasado
Y la pena que he sentido
Creí haberla olvidado.
Abuela, abuela mía
Tu recuerdo ha despertado
Imposible de borrarlo
Sólo esta adormilado.
Lo tenía reprimido
Con los recuerdos de antaño
Cuando tú, siempre a mi lado
Me llevabas de la mano.
Abuela, abuela mía
¡Cuánto yo te he llorado!
No entendía por qué un día
Tú ya te habías marchado.
Paso a preparar la receta de la abuela:

PREPARACIÓN:
1- Mezclar los dos tipos de carne. Adobar con ajo picado, perejil, una cebolleta pequeña picadísima y sal. Remover para mezclar bien. Reservar.

3- Rellenar el hueco de cada patata con la carne, enharinar esa parte, sacudir un poco la harina sobrante. Como nos quedará carne, haremos con ella unas bolitas pequeñas, enharinarlas y reservar.

5- Dorar en el mismo aceite las albóndigas, retirar y reservar.
6- Colar el aceite sobrante, pasarlo a otra sartén y rehogar en él las cebolletas y los pimientos muy picaditos. Cuando casi están, se añaden las bolitas de patata y se rehogan con la cebolla y pimientos.
7- Cubrir con este sofrito el fondo de una cazuela plana y grande. Encima ir colocando, sin amontonar, las patatas con la carne sellada hacia arriba, rellenar los huecos con las albóndigas, poner las dos hojas de laurel, regar con el vino blanco, poner el punto de sal y cubrir con agua.
8- Dejar cocer lentamente, sin prisa, a fuego lento.

Hoy han venido Alexis y Laura a comer, me dijeron muchas veces que estaban riquísimas, dejaron el plato brillante.
Como a Alexis le encanta el huevo cocido, las he decorado con él.
Ya acabo, es tarde y no quiero que Anthony se impaciente.
Te mando un fuerte abrazo junto con el cariño de toda la familia que tanto te recuerda.