Querida madre: Vuelvo para contarte lo que hemos hecho el pasado fin de semana. Ha venido tu nieto Willi con su familia, también lo hizo Máriel.
Les había prometido que les haría unas fabes y las deseadas rosquillas.
Cuando llegaron, a media mañana, llovía y decidimos no ir al chalé. Lucho nos dijo que estaríamos mejor en su casa, tiene un salón muy grande y es el lugar ideal para acogernos a todos.
Al compás de una amena charla y unas risas, nos comimos las fabes que con tanto cariño preparé. Me las calificaron con un 11, como verás, poco a poco, me voy superando.
Pronto será el santo de Máriel, nos ha convencido a todos para ir a su casa a celebrarlo. Cogiendo los coches, tardaremos más de dos horas en llegar.
Este año lo adelanta unos días, por asuntos de trabajo, tiene también que viajar.
Estoy pensando, en que no sé como me las voy a arreglar para poder subir, este sábado, la carta al blog.
Yo tenía la intención, de presentarte a un amigo que he conocido a través de este mundo mágico, se llama André de Ártabro y es poeta, profesor y domina otras facetas que ejerce con gran pasión.
A mí me recuerda a alguien…. Pero no puede ser, dice que vive en Coruña y allí no estaba yo.
De todas formas, y para que se le conozca mejor, hoy quiero hacerle una encuesta, a este amigo mío del blog.
Imagínate a tu hija haciendo de periodista, con un micrófono en mano diciendo: ¡Por favor! ¡Por favor! D. André, perdone mi atrevimiento, pretendo yo acapararle, tan solo unos minutos, de su valorado tiempo.
Podría Vd contestarme…
¿Qué hacía en el 62? Era Vd buen estudiante ¿o un joven trabajador?
Seguro, que paseaba por calles Real y Cantón.
¿Y de tapas? ¿dónde iba? quisiera yo adivinar, seguro que por los Olmos, no, no me refiero a los árboles, yo pienso en esa calle que huele a marisco y jamón.
Los olores se entremezclan saliendo de cada bar, en unos cuecen percebes, mejillones, berberechos y demás.
En otros… un pulpo muy bien cocido, en el escaparate está.
Las sardinas, las almejas y esos callos con garbanzos, la convierten en una gran fiesta y es todo un espectáculo.
Y si hablamos de las playas… ¿dónde iba Vd a nadar?
Corríjame, si me equivoco ¿ A Riazor? ¿Al Orzán? O tal vez a San Amaro, también queda la Solana, que está pegadita al mar.
Como buen aficionado ¿adónde iba a pescar?
Me lo imagino en la torre de Hércules, en el espigón, colocando pequeñas nasas para capturar unas nécoras o algún camarón perdido.
¡Qué tiempos, querido André! ¡Qué rápido han quedado atrás!
Ah! Un momento profesor, no quiero entretenerlo más, se me olvidaba decirle, que recuerdo otra afición, la fotografía es arte y Vd lo lleva a la perfección.
Discúlpeme, perdone mi intromisión, mi intención ha sido buena, pues en tan solo unos minutos, he logrado que su nombre, suene y resuene como el río de esa foto que discurre cantarín en el fondo de pantalla de NEREIDAS, su blog, el que así Vd bautizó.
Y como nuestro amigo André me ha traído unas nécoras estupendas, he pensado en enviarte unas fabes con marisco y hongos.
INGREDIENTES: Un kilo de fabes (para 16 personas) kilo y cuarto de nécoras, trescientos gramos de boletus o setas variadas, un kilo y cuarto de mejillones, un pimiento rojo, otro verde, dos cebollas, una zanahoria, una cabeza de ajos, dos hojas de laurel, pimiento dulce, perejil, vino blanco o un vasito de Jerez seco, aceite y sal.
1- Poner el día anterior, las alubias a remojo en agua fría.
2- Preparar un caldo con: cabezas y espinas de pescados, la parte verde de un puerro, media cebolla, una zanahoria partida en dos, un buen ramo de perejil y un tomate. Dejar hervir por espacio de veinte minutos. Colar y dejar enfriar el caldo.
3- Al día siguiente, se escurren, se pasan a una olla, se cubren con el caldo de pescado reservado y se les añade: un pimiento verde y otro rojo, sin pepitas, una cebolla entera, una cabeza de ajos, dos hojas de laurel y una zanahoria. Si la olla es rápida, dejar cocer un cuarto de hora.
4- Pasado el tiempo, se sacan de la olla todas las verduras junto con los ajos, desprovistos de su piel, y se pasan a un vaso, se añade un poco de pimentón dulce y agua de la cocción de las alubias. Triturar y volver a incorporar a la olla, remover con cuidado, la salsa se hará más densa con lo que le hemos agregado.
5- Poner en una sartén un poco de aceite, picar un diente de ajo, dejar que tome color, y agregar los hongos o setas laminadas. Dejar confitar lentamente.
6- En una cazuela amplia, echar aceite, que cubra el fondo, añadir dos dientes de ajos laminados, dejar que tomen color, incorporar una cebolla grande, finamente picada, dejar pochar un rato y añadir las nécoras partidas a la mitad, rehogar bien, espolvorear con perejil, poner sal, seguir rehogando y bañar con una copa de vino blanco seco. Cuando el caparazón de las nécoras cambie de color, retirar.
7- Lavar bien los mejillones, ponerlos en una cazuela con un vasito de agua y otro de vino blanco. Ponerlos al fuego y dejar que se abran. Sacar la carne y agregarla, con el caldo colado, a la cazuela de las nécoras.
8- Por último, echar en las alubias, las nécoras, mejillones y hongos confitados, poner el punto de sal y dejar que todo junto hierva durante 3 o 4 minutos.
9- Servir para deleitar a los comensales.
Esta receta es un poco entretenida, pero el resultado es espectacular, y resulta ser una delicia para los paladares más exigentes.
Ya te estoy oyendo madre: ¡pero qué bien cocinas hija!
Ya acabo, recibe montones de besos y abrazos.