Querida madre: Hay veces que el tiempo se me hace eterno, pero otras… se pasan los días sin enterarme.
En
estas últimas semanas se me ha acumulado el trabajo, hasta ni tiempo tuve para
escribirte unas letras la semana pasada, mil disculpas.
Estuve trasplantando plantas, podando algunas y ordenando papeles, entre ellos, he encontrado algo que escribí un verano en el pueblo, cuando todavía no sabíamos lo que era sufrir las consecuencias de una pandemia y tampoco valorábamos el vivir sin estar pendientes de poner mascarilla, lo encontrábamos algo tan rutinario y natural…
Copio fielmente lo que había escrito en un folio:
Mira
que eres pegajoso cuando te acercas a mí ¡Cómo eres tan pesado! ¡Vete! No te
quiero cerca de mí.
Seguramente
no entiendes, ni mucho menos adivinas, lo que estoy pensando de tu constante ir
y venir. Te he repetido mil veces que no te quiero, que te vayas, que me dejes,
me molesta tu presencia ¿Qué más cosas te puedo decir?
Pero
no, tú, incansable, no quieres separarte de mí, me haces cosquillas en el
brazo, me rozas la pierna, acaricias mi cara ¡qué asco me das! No te soporto,
vete de mi lado, ya no sé cómo te lo tengo que repetir.
¡MALDITO
MOSCÓN!
Pienso que a muchos de los que nos están leyendo les habrá pasado algo parecido.
Ahora,
para cambiar de tema, quiero que escuchen esta preciosa canción:
y
mientras me dejaba llevar por sus notas… escribí para él:
Baila,
baila, baila
no
dejes de bailar conmigo
abrázame
fuerte
hasta que sientas mi latido
Sujétame en tus brazos
y
acaríciame con tu aliento
mientras
susurras en mi oído
palabras
de amor
que
jamás olvido.
No
dejes que este baile acabe,
sigamos
danzando y vivamos la pasión
que
nos mantiene unidos.
¡
Miedo tengo despertar
y que
ya no estés conmigo!
Y
ahora voy a compartir con aquellos que, como yo, inexpertos en repostería,
tienen que empezar con algo muy fácil que guste a todos y no tenga problemas en
su elaboración: Tarta cremosa de quesitos. La he visto en el móvil.
INGREDIENTES:
750cc de leche entera, 9 quesitos (o su peso en un queso crema, tipo
philadelphia), 110 g de azúcar, 2 sobres de cuajada, 1 paquete de sobaos y
caramelo líquido para el molde tipo cake.
1-
Caramelizar la base de un molde tipo cake (yo he utilizado un caramelo ya
preparado). Reservar.
2- En
un cuenco amplio echar la leche, los quesitos, el azúcar, los dos sobres de
cuajada y 11 sobaos. Con una batidora eléctrica triturar todo hasta conseguir
una mezcla homogénea.
4-
Volcar el contenido de la cazuela sobre el molde caramelizado.
5- Cubrir
toda la superficie con sobaos, el número dependerá de lo grande que sea el
molde. Presionarlos un poco hacia abajo para que se adhieran a la crema.
6-
Dejar templar, cubrir con film y meter en el frigorífico hasta el día
siguiente. Cuando lo vayamos a utilizar, pasaremos el filo de un cuchillo todo
alrededor del molde y volcaremos en la fuente donde lo vayamos a servir.
Kasioles