Querida madre:
Quiero hacer con mi regreso, una continuación de mi última carta, como si entre
la una y la otra, no hubiesen pasado meses, ya que, de alguna manera, así ha
sido.
Me he acordado de todos los amig@s que
semanalmente nos arropan con sus letras y también les he echado en falta.
Tengo que
confesarles que los quiero y que ya estoy totalmente recuperada de aquella mala
pisada, vuelvo con los brazos en cruz para cobijarlos a todos en un fuerte
abrazo, de alguna manera debo agradecerles tan cariñosos comentarios.
Ahora quiero contarte algo de lo que hemos
hecho últimamente: Una escapada a nuestra querida Galicia profunda.
Estuve con Máriel y
Pi en la fiesta del pulpo de Carballiño ¡cuánto me acordé de ti! Disfrutarías
un montón con nosotras y participarías de esa alegría que se palpaba en el
ambiente.
Con ésta, es la
tercera vez que hemos ido y prometimos volver, es algo único que merece la pena
ser recordado.
Y, al compás de una
dulce música de gaita, al mismo tiempo que disfrutábamos de un día de sol y
suave calor, recorrimos la calle principal, (José María Mosquera) admirando los
puestos de artesanía que, a ambos lados de la calle, nos ofrecían trabajos creativos. A Paco, o cesteiro, le
compramos dos paneras de mimbre.
Para los amantes de
las antigüedades, había cantidad de puestos que nos hicieron recordar todo
aquello que íbamos desechando de las abuelas. Con nostalgia he vuelto a ver
aquellas planchas que se encendían con brasas de carbón, las monedas de tiempos
pasados, esos dedales, que si estuvieras conmigo, madre mía, te hubiese
regalado uno para tu colección, en fin, cantidad de cosas para todos los
gustos.
En la fuente do
Concello (Ayuntamiento) me hice una foto, fue construida en el año 1876 y
restaurada en 1997.Esa cancioncilla, es preciosa, intentaré hacer la
traducción:
Hecha de piedra sonora
la Fuente Municipal
¡rompe su cristal
en música que enamora!
Con pasos vivos,
ligeros
el agua baja corriendo
¡las mulas y los
arrieros
la llevan tiempo
bebiendo!
Con sonido seguro y
continuo
la fuente fluye
despacio
¡Y la gente de
Carballiño
escucha, mira y
consiente!
El pueblo nos
acogió engalanado para la ocasión, estábamos en la Plaza Mayor con el Ayuntamiento
al fondo.
A todos nos
obsequiaban con un lazo rojo con letras en blanco, nos lo ponían anudado a la
muñeca y en él se podía leer: VIVAMOS
COMO GALEGOS.
Dejo el vídeo de
este año, creo que va dedicado a todos los gallegos que viven en Cataluña.
En la mañana del sábado, al poco de llegar, no
he podido remediar la tentación de darme una vuelta por el mercado y he comprado carne para preparar el churrasco,
(lo hacen a la brasa con la parte de la falda de la ternera cortada en tiras
finas), la utilizan también, cortada más gruesa, para hacer el plato típico:
CARNE O CALDEIRO, simplemente va cocida con unas patatas, pero está riquísima.
También compré
costilla de cerdo salada y unos chuletones de ternera gallega. Andrés, que así
se llamaba el carnicero, ha sido de lo más amable, me guardó todo en su cámara
y me dio el número de teléfono para que, al día siguiente, lo llamara y pudiera
dármelo, hasta me regaló una bolsa ecológica
¡así de atentos son los gallegos!
En la tarde del
sábado, sentadas en una terraza, vimos el desfile de las peñas que habían
participado en el concurso de camisetas.
El domingo, era el
día de la fiesta del pulpo, pero amaneció nublado, al poco empezó a caer un
orballo suave que acariciaba mi piel y yo, que hacía tanto tiempo que no sentía
el tintineo de esa lluvia, sin abrir el paraguas, me paseé por el lugar destinado
a la celebración de la fiesta.
Se organiza en el Parque Municipal que está situado a
orillas del río Aventeiro, lo que más llama la atención es que, de un día para
otro, se ve sembrado de cantidad de mesas y bancos corridos donde se podrá
degustar las ricas raciones de pulpo que los pulperos y pulperas venidos de
Santa María de Arcos, preparan en sus grandes calderos de cobre y acero.
Tampoco faltan los
vendedores del rico pan (centeno, maíz, trigo), los puestos de ropa que se
entremezclan con los otros que venden quesos, hacen filloas o promocionan sus
ricos productos de huerta, en fin, toda una bella atracción para los amantes
del rico cefalópodo que acuden de pueblos cercanos y no tan cercanos,
triplicando la población del municipio de Carballiño.
Siempre que salgo
de viaje, vengo cargada con lo típico de la tierra que visito, no podía dejar a
los míos sin que probasen todo aquello que nosotras habíamos degustado in situ.
La cena del
domingo, la preparé al aire libre en el pueblo y allí no ha faltado de nada,
todo era fresco, rico, sabroso y aún traía olor a orballo, a carballo, a tierra
mojada, al verdor de los campos y al amor de Kasioles que con toda la ilusión
lo he traído y preparado para ellos.
Madre, hoy esta
carta se alarga, debo acabarla, pero antes, puedes decirles a todos los que
están contigo, que he vuelto, que me siento mejor, que no os olvido y que os
llevo en el corazón.
Dejo abrazos y
cariños a montones para compartir con todos nuestros lectores.