Querida
madre: Aunque acabamos de regresar de viaje, en esta no voy a contarte nada,
tan solo pondré algunas fotos para amenizar la entrada.
Primeramente
quiero aclarar las preguntas que han derivado tras la lectura de mí última
carta.
Personas
conocidas me han preguntado ¿Te has vuelto a enamorar? Hasta tenían curiosidad
por saber dónde lo había encontrado ya que no suelo salir mucho de casa.
Pero
insistían, y las preguntas se sucedían una tras otra: ¿Quién es? ¿Dónde lo
conociste? ¿Es algún vecino?
¡Pero
si yo sólo he pretendido hacer una reflexión sobre el amor!
Según
la escribía, he vuelto a revivir las sensaciones cuando Anthony venía a verme,
confieso que la noche anterior no dormía de impaciencia, luego me arreglaba y
corría a su encuentro pero, de la emoción, nada decía, las palabras se
atascaban y sólo la felicidad que
reflejaban mis ojos transmitía los sentimientos de mi corazón.
Y a
pesar de que a Anthony lo llevo en el alma y su recuerdo es imborrable,
Kasioles sigue siendo una romántica soñadora, me gusta querer y que me quieran,
y como sé que el amor es una de las razones por las que merece la pena vivir,
me encanta admirar la belleza de todo lo que me rodea.
Por
mi emotividad, soy capaz de enamorarme de la sensibilidad de otra persona, de
los sentimientos que transmite cuando habla, incluso cuando escribe (recuerdo
que en mi juventud estaba enamorada de M. Delibes después de haber leído parte
de sus libros) o de lo caballeroso que puede ser un hombre ante una dama a la
que cede el asiento, le abre la puerta o la saluda amablemente todos los días
¡lástima que de esos ya queden pocos!
En
fin, mantener una ilusión en la vida nos ayuda a seguir vivos y a valorar más
el nuevo día.
Y ya
que de AMOR hablo, no puedo olvidar el que me han aportado los que ya no están,
los que todavía tengo a mi alrededor (hijos y nietos) y el de vuestro apoyo y
cariño cuya constancia y dedicación valoro y agradezco en cada comentario.
Otra
de las cosas que quiero aclarar, es que no todo lo que escribo es personal,
cierto es que hay mucho de mis vivencias pero, a veces, también dejo rodar la
imaginación.
Y
como todavía no he empezado a cocinar, os mando ensaladas y quesos que es lo
que apetece con este calor.
El
queso central es el payoyo emborrado en romero, el de la izquierda es un queso
con pimentón, es canario y el otro es de cabrales.
Una
de las ensaladas es de pimientos del piquillo con anchoas y aceitunas.
La
otra lleva unos tomates exquisitos y lechuga del norte, con hojas muy tiernas.
Prometo
contaros más cosas en la próxima.
Os
mando un ramillete de cariños de todos para todos.