Querida madre: Ya tenía una carta escrita para enviártela
esta semana, pero nada más levantarme y abrir la ventana… he cambiado de
opinión.
Da frío contemplar los árboles tan desnudos, para colmo,
está lloviendo y se ha levantado un viento que parece un vendaval.
El sol ni se
ha atrevido a salir y la mañana, es de un gris tan plomizo, que más parece un
anochecer de frío invierno que un amanecer con destellos de luz.
Y cuando te pones a contemplar este panorama tras los
cristales salpicados de lluvia, la nostalgia quiere entrar y se cuela por los
resquicios de la ventana, se apodera de mí y se instala en mi corazón.
Por eso, hoy voy a escribirle a la añoranza, a la morriña, a la melancolía y, como entrante, te voy a mandar un tango que te gusta mucho.
Siento que la nostalgia
Se adueña de mí pensar
Y creo que estoy a
tu lado
Como en un tiempo atrás.
Muy cogidos de la mano
Recordamos nuestra unión
Y nuestras sonrisas cómplices
Denotan satisfacción.
Caminando los dos juntos
Nos sentimos protegidos
Paso a paso recordamos
El amor que aún sigue vivo.
¡Cuántos años a tu lado!
¡Cuánta mezcla de emociones!
Y alguien podrá pensar
¡Habrá garra en sus pasiones?
Yo ya no sé si es amor
O es tan solo cariño
Pero algo agita el alma
Y electriza mis sentidos.
Y esa corriente interna
Que acelera los latidos…
Tiene que ser atracción
Es un amor desbocado
Que se mezcla con pasión.
Por eso, cuando no estás
Y la nostalgia es mi dueña
Recurro a aquél dulce ayer
Para no morir de pena.
Y después de acariciar el alma, doy paso a satisfacer el
cuerpo, es hora de preparar, un entrante suculento.
Y de aquél hermoso pulpo, que en Navidades comimos,
quedaron sólo tres tentáculos aislados y aburridos.
Mis nietos, que están al tanto, por lo mucho que les
gusta el bicho, me dicen muy intrigados:
Abuela ¿qué puedes hacer con ellos? Piensa en que somos
muchos y con solo estas tres patas…
Mas la abuela, complaciente, un entrante ideó, los estiró
con cariño y este plato resultó:
INGREDIENTES: Tres tentáculos de pulpo cocidos, rebanadas
de pan, mayonesa, puerros o cebollas (a gusto) aceite, sal, perejil y pimentón
dulce o picante.
1- Picar los
puerros o la cebolla en juliana fina.
2- Ponerlos a
pochar en una sartén con un poco de aceite y sal.
3- Cuando están,
se escurren a través de un colador y se reservan.
4- Cortar el pan
en rebanadas y tostarlas al horno.
5- Preparar todos
los ingredientes para el montaje.
6- Untar las
rebanadas de pan tostado con mayonesa.
7- Poner encima la
juliana de puerro pochado.
8- Cubrir con
rodajas de pulpo y espolvorear con perejil picadito, pimentón y un hilillo de
aceite de oliva.
Salieron seis raciones más, las presenté sobre una base
de patata cocida y salsa tártara cubriendo al pulpo.
Como el día sigue gris, también se contagian mis
pensamientos, pero para ti, madre mía, siempre habrá luz en mis cariños y
sentimientos.
Sabes, madre, que te quiero ¡cuánto te quiero!