Querida
madre: Al día siguiente de nuestra visita a Comillas, amaneció un día oscuro,
igual que los anteriores.
Máriel
salió a buscar un pan reciente para desayunar y al regresar, comentó que la
panadera le había dicho que no dejase de visitar Liérganes y el Valle del
Miera, una preciosa zona donde también se agrupan las fábricas de los típicos sobaos y quesadas pasiegas
No
lo pensamos dos veces, allá nos fuimos a descubrir un nuevo mundo y nunca mejor dicho pues, nada más dejar
atrás Galizano, la carretera empezó a curvarse y a una curva cerrada le sucedía
otra y otra más, aquello era horrible, aún no sé cómo pude aguantar sin
marearme.
La
primer parada fue en Selaya y, justo donde aparcamos, estaba una señora a la
que pregunté dónde hacían los mejores sobaos ¡Qué casualidad! Ella tenía una
tienda en la plaza y los que allí elaboraban, tenían tanta fama, que repartían
pedidos a las provincias cercanas.
Como
no quiero cansar a nuestros lectores, continuaré contando en mi próxima carta.
De
regreso a Galizano, preparé unas riquísimas zamburiñas y unas anchoas que sólo
les faltaba saltar.
Después
de cenar, mis hijas pusieron la tele y yo continué leyendo la página 55 del
libro que creí que era el de la noche anterior, aún así, acabé escribiendo
antes de irme a dormir.
Y al poco...
Amainó
el viento
El
frío templó
Y de
nuevo revivieron
Las
hermosas rosas rojas
Que
eran su muestra de amor.
Las
había plantado para ella
Quería
perpetuar su pasión.
Raro
es ver florecer en otoño
Rosas
tan bellas, sin parangón.
Eran
las supervivientes
De
un cariño que no muere
Se
oculta, desaparece
Pero
regresa con la misma fuerza
Que
en aquél otro tiempo
En
que era tarde para conocerla
Pronto
para quererla
Pero
había llegado,
En
el momento idóneo,
Para
apoyarse mutuamente
Y no
olvidarla jamás.
Y
como en mis escritos no puede faltar una receta de cocina, hoy os traigo algo
que está para chuparse los dedos.
CALDERETA
DE CORDERO:
INGREDIENTES
PARA MARINARLO LA NOCHE ANTERIOR:
Un
kilo y medio de cordero cortado en trozos (el mío es de pasto, pero sirve
cualquier otro), pimienta roja y negra, mezcladas, ajos, dos hojas de laurel,
romero y tomillo frescos (utilizar en seco si no se tienen a mano), 250cc de
vino blanco, utilicé uno de Serrada, aceite, sal o una pastilla de caldo de
carne.
INGREDIENTES
PARA LA ELABORACIÓN:
Dos
cebollas o cebolletas, 2 puerros, 2 pimientos italianos verdes y medio rojo si
es grande, 2-3 tomates, 3 dientes de ajo, un buen chorro de vino blanco, 300 cc
de agua, una pastilla de caldo de carne o sal, aceite y el jugo del marinado.
1-Poner
los trozos de cordero en una fuente, salpimentarlos, añadir dos dientes de ajo
picados, dos hojas de laurel, unas ramas de tomillo y romero, mejor frescas, cuarto
litro de un buen vino blanco y un hilo de aceite por encima. Remover para que
los trozos de cordero se impregnen bien en este adobo.
2-
Cubrir la fuente con un papel film, meterla en el frigorífico y dejar que se
marine el cordero durante toda una noche.
3- Al día siguiente, escurrir bien los trozos de
cordero de la marinada. Poner sobre el fuego una cazuela con aceite, que cubra
el fondo, dejar calentar y añadir tres dientes de ajo laminados, dejar que
tomen color.
4-
Mientras, picar los puerros, las cebollas y los pimientos (rojo y verde).
Reservar.
5-
Cuando los ajos hayan tomado color, añadir a la cazuela las verduras picadas,
rehogar bien y dejar pochar.
6-
Picar dos o tres tomates maduros. Reservar.
7-En
otra cazuela, con un poco de aceite, dejar calentar bien e ir dorando los
trozos de cordero por todas partes. Reservarlos.
9-
Incorporar los tomates picados, remover, añadir la pastilla de caldo de carne y
regar con el agua y el vino.
10-
Dejar cocer hasta que el cordero esté tierno. Servir y degustar, la salsa es
una delicia, tomad doble ración de pan para los amantes de las salsas sabrosas,
en familia está permitido mojar.
Y
como ya he cumplido por hoy, ya sólo me queda despedirme de ti, madre mía, y de
todos aquellos que están contigo, recibid un montón de cariños de todos para
todos.