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sábado, 22 de mayo de 2021

NIDOS DE TAGLIATELLE Y DIA DE REFLEXIÓN

 


Querida madre: Al poco de comenzar mayo, el sol brillaba por su ausencia.





Una semana después, el cielo se iluminó y sobre un fondo de color azul celeste, unas nubes blanquecinas dibujaban un paisaje de montañas y campos de algodón.








De vez en cuando, un pájaro surca el cielo veloz, todo esto es lo que observo tras la ventana de esta habitación.



Me imagino que algunos pensaréis ¿Qué le pasa a Kasioles que no sale de su rincón? ¿Qué le impide salir a la calle?


Físicamente, nada me ocurre, mis piernas responden y me encanta ponerme zapatos de tacón, amo la vida y me gusta rodearme de gente con buen corazón.

Tengo que reconocer que soy una mujer hogareña y que, con frecuencia, no ansío salir por pura diversión.


Y si os abro mi corazón… también debo deciros que echo en falta el empuje que él me daba, el amor que me empujaba a arreglarme, quería que siguiera sintiéndose orgulloso cada vez que salía a la calle cogida de su brazo. Nos quedaban tantos años por vivir juntos….




Soñaré contigo

mientras palpite mi corazón

y los recuerdos sigan vivos.


                       Cada latido, llevará tu nombre

y se repetirá como una plegaria

para que vuelvas conmigo.

De día, te sentiré más cerca

cada vez que pise el camino

que tantas veces hemos recorrido.


                Los árboles, que a nuestro paso

dieron fe de tanto amor compartido,

inclinan sus ramas en señal de due

cada vez que me ven caminar sola,

                                             ya saben que te has ido.


Y al llegar la noche…

seguiré mirando al cielo

por si aparece el lucero

                    que tiene tu misma voz

                   y me repite: ¡Te quiero!





Y como llega el momento de preparar la comida, antes ordenaré el frigorífico y sacaré todos los restos que tenga, es una forma de aprovechar y, al mismo tiempo, colaborar con la idea de una amiga bloguera: Marisa de thermofan.



HE RESCATADO: Una chuleta de cerdo, un trocito de chorizo,una loncha de jamón serrano, 2 trocitos de cebolleta, 2 dientes de ajo, un tomate, 5 champiñones, 4 ajetes tiernos, unos espárragos trigueros, 2 zanahorias que empezaban a arrugarse, unos trozos de pimientos rojo y verde y medio puerro. Como complemento he utilizado también una pastilla de caldo y aceite.

Tenía pensado hacer un arroz, pero no tenía suficiente cantidad y me he decidido por unos nidos de pasta al descubrir que tenía un poco de queso rallado.



PREPARACIÓN:

1- Picar finamente la cebolleta, el puerro, el pimiento rojo, el verde y los dos dientes de ajo. Reservar.



2- Picar las zanahorias previamente peladas, los espárragos trigueros y los ajetes tiernos. Reservar.

3- Trocear los champiñones y picar el tomate. Reservar.


4- Picar las carnes. Reservar.



5- Poner una cazuela al fuego con aceite, que cubra el fondo. Dejar calentar y añadir primero los dientes de ajo picados, cuando empiecen a dorarse, incorporar la cebolleta y el puerro, rehogar y añadir los pimientos rojos y verdes, seguir rehogando un rato.


6- Añadir las zanahorias, remover y dejar pochar.


7- Cuando las verduras ablanden, se añade el tomate picado, remover y dejar que se evapore el líquido que suelta.


8- Cuando el tomate se ha integrado en el sofrito, se echan las carnes y el resto de los ingredientes. Mezclar y dejar pochar.


9- Regar con un poco de vino blanco, subir el fuego para que se evapore el alcohol. Reservar.


10- Cocer la pasta en abundante agua con sal, unos 9 minutos. Escurrir.




11- Mezclar con el sofrito y meter en un molde redondo desmontable.



12- Espolvorear con queso rallado.


13 Sacar el molde y disfrutad de la ración.


Nota: Como me ha salido un sofrito muy abundante, he guardado la mitad en el congelador, otro día haré el arroz que pretendía haber hecho hoy.

Y para dar por terminada esta carta, ya solo me queda enviar un montón de cariños para todos los míos que sé siguen a mi lado desde esa otra dimensión.


                                Kasioles