cosas, que tuve la sensación de que los días tenían menos horas.
Pero es bueno que me sienta así, tú bien sabes que, otras
veces, el tiempo se me hacía interminable mientras pensaba en vosotros y me
dolía el alma al recordar tantos momentos felices que he pasado a vuestro lado.
Cansada de ver, cada día, el mismo paisaje a través de mi
ventana, me decidí a cambiar de actitud ¿Qué te imaginas que he hecho? ¡No te
lo vas a creer!
No lo pensé dos veces y me he ido a matricular en la
Universidad de Mayores. Las clases están a cargo de los mismos profesores que
puede tener tu biznieto, el mayor, en la
Universidad.
Ya he asistido a la primera clase y, para mi sorpresa,
las aulas están repletas de gente que siente inquietudes por seguir
aprendiendo.
Cuando llegué, me senté en la cuarta fila (por aquello de
que pasaría desapercibida ante los ojos del profesor) pero pronto me he sentido
integrada, al poco. me he visto rodeada de dos alumnos que me hablaban como si
me conociesen de toda la vida ¡Con lo introvertidos que eran los castellanos! Pienso que, llegando a
la madurez, la gente rompe barreras y siente la necesidad de comunicarse.
Cuando llegué a casa, me puse a escribir y a escuchar
esta canción:
Otoño que vuelves
A veces, callado,
Pero de repente….
Te entra la furia
Y, con viento fuerte,
Derribas las hojas
Que me traen recuerdos
De un amor ausente.
¡Qué feliz yo he sido
contigo a mi lado!
Hoy pido clemencia,
A este otoño despiadado,
Que arrancó de mi vida
Lo que tanto he amado.
¡Déjame que viva!
¡Déjame que sueñe!
Deja que tus aguas
Me laven la herida
Que llevo prendida
De tanto quererle.
Y para no cambiar el ritmo de mis entradas, ya es hora de
que entre en la cocina, os prepararé algo dulce que nos remonta al tiempo de
nuestras abuelas. Esta receta la he visto en un programa de TV y me recordó a
aquellas meriendas de cuando era niña.
A mí me ha llevado un poco más tiempo el hacerla, primero he tenido que ir a la higuera a recoger los higos.
Yo utilicé los de mi higuera, son unas brevas ricas que
han madurado en Septiembre.
CONFITURA DE MANZANAS E HIGOS
INGREDIENTES:
Un kilo de higos, tres manzanas reineta, 700g de azúcar
moreno, un palito de canela y el zumo de un limón.
PREPARACIÓN:
1- Lavar los
higos, escurrirlos, partirlos por la mitad y colocarlos extendidos en una
fuente honda.
2- Cubrirlos
con el azúcar moreno.
3- Exprimir el
limón y regarlos con su zumo. Dejar toda una noche en maceración.
4- Al día
siguiente, veremos que la mayor parte del azúcar se habrá derretido con el zumo
de limón y el jugo que han soltado los higos.
5- Pasar todo
el contenido de la fuente a una cazuela, ponerla sobre el fuego y añadirle un
palito de canela.
6- Remover y
dejar que cueza todo junto unos 20 minutos lentamente.
7- Como se
formará espuma en la superficie, se retirará con una espumadera.
8- Pelar las
manzanas y cortarlas en dados medianos.
9- Añadirlos a
la cazuela con los higos. Remover para mezclar y dejar cocer otros 20 minutos o
un poco más, hasta que la manzana esté tierna.
10-Retirar del fuego y dejar enfriar. Servir.
Sobre una tostada
de pan crujiente, en el desayuno o a la hora de la merienda… yo, que no soy muy
golosa, reconozco que es una delicia.
Y ahora, madre mía, se acerca el final de mi carta.
Te dejo todo el cariño de esta familia que siempre
guarda, en su corazón, un rinconcito
para ti.
Cariños
para compartir.