Querida madre: Esta semana se me ha pasado
tan pronto, que tengo la sensación de que los días tienen alas.
Cierto es que he hecho más cosas de lo que
es habitual en mí. Salí una tarde a comprarle un regalo a Máriel, al día
siguiente he ido a clase,
el sábado pasado me invitaron mis hijas a cenar en un
conocido restaurante y, para completar, el domingo nos reunimos todos en
Segovia para celebrar el cumpleaños de
tu nieta mayor.
El año pasado, también elegimos ese mismo
lugar, está a mitad de camino de nuestros respectivos lugares de residencia.
Como el año anterior nos trataron tan bien
en el restaurante Bernardino, hemos vuelto otra vez al mismo sitio.
Su carta es variada y las raciones abundantes, tengo que destacar un hojaldre con boletus y foie,que es una delicia,
el chuletón en su justo punto, el cordero lechal asado, yo he sido
incapaz de acabar con la racíón que me han puesto, y el cochinillo asado que es
el plato estrella.
En
un metido que hace una de sus fachadas, está el mirador de la Canaleja, todo
aquél que va a Segovia, no se marcha sin grabar la imagen que se ve desde él.
Cuando llegamos, nos tenían reservado un
comedor sólo para nosotros. Aunque nadie dijo nada, yo sé que en la mente de
todos, estabais Anthony y tú.
Nos cuesta aprender a vivir sin vosotros,
pero siempre tus biznietos se encargan de alegrarnos la velada y no me dejan
pensar. Casi es mejor así.
Cuando regresé a casa, escribí:
SE ACERCAN DÍAS QUE TEMO,
POR SER FECHAS SEÑALADAS,
REVIVIR, ESE ES MI EMPEÑO,
NAVIDADES YA PASADAS.
SOY CONSCIENTE QUE NO PUEDO
RETROCEDER EN EL TIEMPO
QUE LO PASADO SE FUE
Y SÓLO QUEDA EL RECUERDO.
QUE MIS SUEÑOS SON QUIMERAS
IMPOSIBLES DE LOGRAR
PERO A VECES, REVIVIENDO,
CREO ENCONTRAR LA PAZ.
Y EN ESTOS DÍAS QUE TODOS
RETORNAN A SUS HOGARES
SIENTO QUE AÑORO AÚN MÁS
LA DICHA DE TENER PADRES.
Como hemos tenido un otoño atípico en estas
tierras, todavía no ha helado, las setas son las protagonistas de la temporada.
Hay abundancia de níscalos, son los robellones que llaman en Cataluña, voy a prepararlos de manera muy sencilla, al
ajillo y con jamón.
INGREDIENTES: Un kilo de níscalos, 150 g de jamón serrano (mejor
en una loncha un poco gruesa y cortada en dados pequeños), 5 dientes de ajo,
unos aros de guindilla, un vaso de vino blanco y perejil picado.
PREPARACIÓN:
1- Limpiar bien los níscalos eliminando todas
las arenillas que puedan tener. Trocearlos y reservar.
2-
En una cazuela con un poco de aceite, añadir los cinco dientes de ajo
laminados y unos aros de guindilla seca. Dejar que tomen color.
3-
Incorporar los níscalos troceados, rehogarlos y dejar que se vayan
pochando.
4-
Mientras, trocear el jamón. Reservar,
5-
Echar el jamón, rehogarlo con los níscalos, regar con el vino blanco y
subir el fuego para que se elimine el alcohol.
Como por hoy ya te he contado muchas cosas,
termino la carta enviándote cariños en abrazos
de nietos, biznietos y uno muy especial de tu hija.