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domingo, 6 de junio de 2021

CONFINAMIENTO Y GUISO DE ALCACHOFAS

 

Querida madre: Hoy voy a rescatar un escrito que hice en pleno confinamiento,
dice así:

Con la presencia de un amenazante e invisible virus, que pretende aniquilar a la población, hoy 21 de abril del 2020, me levanto con el ánimo encogido al seguir viendo, tras la ventana de esta habitación, un panorama desolador.


El día amaneció gris, el cielo está pintado de unas nubes que han querido vestirse de luto y a duras penas contienen su llanto ante tanto dolor.

Pese a ser mediodía, las calles dan la sensación de no haberse despertado, no hay señales de vida por ningún rincón.

Otros días, aún se veía a alguien paseando con un perro o a una señora tirando
de un carrito en busca de lo necesario para su manutención.


Pese a todo, la vida sigue en el interior de las casas, observo sus ventanas a través de mis cristales, son los únicos que me mantienen en contacto con el exterior.



En un piso de los de enfrente, veo a un hombre que también contempla tanta desolación.

Una madre, del piso inferior, sostiene en brazos a su hija y la entretiene señalando a dos palomas que descansan tranquilas en lo alto de una farola.

Más a mi izquierda, en otra casa, un hombre que va y viene sin parar, recorre una estrecha y larga galería acristalada, seguro que se entretiene contando los pasos para evitar la pérdida de masa muscular debida a la inmovilidad.


Y tú, Kasioles, ¿Qué haces? Llevas en silencio tantos meses…

He tenido tiempo suficiente para reflexionar, dar gracias por lo que he tenido, afrontar lo perdido, valorar la vida, el día a día y hasta los pequeños instantes de ella que la mayoría de las veces nos pasan desapercibidos.


Y viendo lo que les está ocurriendo a nuestros mayores, pido al cielo que, cuando llegue mi hora, me deje morir tranquila, en mi casa, en mi cama y rodeada de los míos, será un privilegio que el covid-19 ha robado a muchos de los que ya nos han dejado D E P.


Hoy, 5 de Junio de 2021, ya vemos algo de luz tras el túnel, muchos somos los que estamos vacunados y pronto, muy pronto, volveremos a sentir la caricia del beso y el abrazo que tanto hemos echado en falta.






Una bandera ondea al viento

un pájaro veloz surca el cielo

y el viento, que no cesa de moverse,

hace que suene a rugido el eco.



 Las aves asustadas huyen

 saben presagiar el mal tiempo

y la tormenta se acerca

hay ráfagas luminiscentes

con sus respectivos truenos.


De pronto, el sol se ha metido

la luz se atenúa por momentos

las nubes se han enfurecido

y entre relámpagos y truenos

la Naturaleza protesta,

es su forma de enfrentarse

a este prolongado duelo

de ERES, ERTES,

dolor y sufrimiento.


Y como en este blog siempre hay algo rico que sale de mi cocina, sigo aprovechando el sofrito que reservé de la receta anterior, mi intención era hacer un arroz pero, al final, lo convertí en un guiso con alcachofas, de esta forma contribuyo con la propuesta de nuestra amiga Marisa


INGREDIENTES: Sofrito sobrante de la última receta que publiqué, 2 o 3 patatas, media cebolla, 1 diente de ajo, 1 hoja de laurel y cinco alcachofas que tenía congeladas.


PREPARACIÓN:

1- Poner una cazuela al fuego con un poco de aceite, dejar calentar y añadir la media cebolla y el ajo troceados junto con la hoja de laurel. Dejar hasta que la cebolla quede transparente. Remover.


2-Incorporar las alcachofas sin descongelar. Rehogar.


3-Mientras, pelar y cascar las patatas en trozos pequeños.



4-Añadir las patatas y rehogarlas bien con el resto de los ingredientes hasta que queden melosas.



5- Incorporar el sofrito y remover para mezclar.




6- Cubrir con agua y ponerle el punto de sal. Dejar cocer lentamente hasta que las patatas estén tiernas.



7- Ya solo queda servir y degustar esta rica ración a la que le he puesto una nota de color con un huevo cocido cortado en cuartos.


Hoy hace un día de calor, tenemos pensado acercarnos al pueblo, y sabes que, siempre que voy, nunca dejo de acercarme al cementerio.

Nos sentiremos y abrazaremos en la distancia, cariños. 


                                            Kasioles