Querida madre: En
mi carta anterior te hablaba de ese nido que estaban construyendo dos urracas.
No hizo falta firmar ningún contrato, un buen día decidieron ir a vivir juntas y aquí los tengo construyendo su nidito frente a mi ventana. Tienen por lema: AMOR Y FIDELIDAD.
Me entró tanta
curiosidad, que todos los días les dedico un buen rato para observarlas.
Su historia de
amor, como todas aquellas en las que el amor es el protagonista, debió de ser
muy interesante.
Me imagino que, al
revolotear en grupo, un día se vieron, empezaron a charlar, al día siguiente,
se buscaron, continuaron hablando largo rato, el macho coqueteando, extendiendo
sus alas y, con su característico matraqueo: tcha, tcha, tcha le dijo tantas cosas bonitas que, sin apenas
darse cuenta, nació entre ellos un verdadero y gran amor.
No hizo falta firmar ningún contrato, un buen día decidieron ir a vivir juntas y aquí los tengo construyendo su nidito frente a mi ventana. Tienen por lema: AMOR Y FIDELIDAD.
Esta noche no me
toca dormir, soy incapaz de conciliar el sueño.
Mi mente trabaja y
he decidido levantarme y continuar con la carta que dejé a medias.
¿Qué crees, madre,
qué pensaba? Pues nada menos que en aquél viaje que hice a Málaga con mis hijas
y sin Anthony.
Pensando en él…
cuando estaba en aquella terraza acariciada por el aroma de las biznagas… le
hablé:
Me sentí sola,
tanto, que no lograba apartarte de mi memoria. Te necesitaba, te quería a mi
lado ¡cuánto te eché en falta, amor mío!
En mi pensamiento,
aunque nada dije, volé a tu lado y sentí tu beso y sentí tu abrazo y noté el calor
de tu piel al estrecharme entre tus brazos. Los dos sabíamos que no podíamos
estar separados.
Hasta llegué a ver
tu cara de sorpresa cuando nos fundimos en aquél abrazo y volví a notar el
brillo de tu mirada y las caricias de tus manos.
Y calladamente
pensé: Somos como dos urracas, no acierto a pensar cómo podría ser mi vida si
estuviéramos separados.
Seguramente me
adivinaste el pensamiento pues, en ese momento… sentí que volvías a besarme.
Y ahora me toca ir
a la cocina, voy a preparar la focaccia con jamón y queso.
Antes de nada, para
todos aquellos que no la conozcan, quiero decirles que es un tipo de pan con
especias, muy popular en Italia y muy parecido a la masa de las pizzas.
INGREDIENTES: Una
focaccia (La venden en supermercados, yo la compré en Mercadota), cinco o seis
lonchas finas de jamón serrano, un puerro y media cebolleta, un huevo cocido, 4
lonchas de queso que funda bien (utilicé Havarti), unos tomates cherry y un
poquito de orégano.
PREPARACION:
1- En una sartén con un poco de
aceite, pochar la cebolleta y el puerro cortados en rodajitas muy finas.
Retirar, escurrir y reservar.
2- Cocer en agua, durante 10
minutos, el huevo. Pelar y reservar.
3- Cortar por la mitad tres o
cuatro tomates cherry, sirve también un tomate de ensalada cortado en rodajas
finas. Reservar.
4- Montar la focaccia: Para ello
la cubriremos con el puerro y cebolleta pochados, extenderlo bien por toda la
superficie.
5- Cubrir con las lonchas de
jamón serrano.
6- Sobre el jamón, colocar las
lonchas de queso dobladas.
7- En el centro, formando una
hilera, distribuir las mitades de tomate y espolvorear el conjunto con orégano.
8- Meter al horno, precalentado a
200 grados y dejar hasta que el queso se funda.
9- Retirar y adornar a gusto. He
puesto huevo cocido rallado y unas hojas de rúcula.
10-
¡Disfrutad!
Y como no me queda más que contarte, me despido con un fuerte abrazo,
ese tan especial que lleva una parte de mi alma.