Querida madre: Hoy
te escribo viendo la imagen de un cielo pintado de nubes blanquecinas que
siguen anunciando lluvias.
No estoy en el
campo, hace fresco, nadie diría que ya estamos en el mes de junio.
Desde el cuarto de
estar, donde contemplo un trocito de naturaleza que me proporcionan unas
cuantas plantas sin flor y veo, a través de la ventana, que un débil sol trata
de calentar la mañana, te escribo para contarte, según te prometí, los efectos
que la lluvia ha hecho en los alrededores de nuestra casa en el pueblo.
Como dicen que una
imagen vale más que mil palabras, te mando fotos y más fotos, para que seas tú
la que juzgues este salvaje panorama.
Como la tierra está
encharcada, no se puede arar y hemos decidido que vinieran unos jardineros a
despejar un poco el terreno y la entrada.
Ayer he estado en
el pueblo con ellos, estuvieron desbrozando y arrancando matorrales que parece
que han nacido por generación espontánea. Dos hombres con una sierra cada uno,
se han pasado toda la tarde trabajando y aún no han acabado, cuando vuelvan,
traerán una máquina niveladora y un camión para llevarse todo lo cortado. Cuando lo vea despejado no me lo voy
a creer.
Mientras estuve en
el pueblo, tiempo he tenido de acordarme de ti y de echarte de menos.
TAN SOLO ME FALTAS
TÚ
PARA COMPLETAR MI
ALEGRÍA
PARA QUE, AL
DESPERTAR,
Y VER DE NUEVO EL
DÍA,
BRILLE CON LA MISMA
LUZ
QUE CUANDO TE
TENÍA.
YA NADA ES IGUAL,
NO SABES BIEN LO
MUCHO
QUE AÑORO TU
COMPAÑÍA
Y EL SUSURRO DE TU
VOZ
QUE EN MI OÍDO
TAÑÍA.
RECUERDO, ECOS DE
AMOR,
VOCES
ENTRECORTADAS,
ABRAZOS Y BESOS QUE,
SIN NECESIDAD DE
PALABRAS,
DECÍAN Y
ENAMORABAN.
¡SÓLO ME FALTAS TÚ
PARA SENTIRME VIVA, QUERIDA Y APASIONADA!
Y ahora paso a
preparar un pastel salado que ha gustado mucho en casa.
INGREDIENTES: 2 o 3
calabacines (según tamaño), 1 puerro, 2 cebollas, 5 huevos, una cucharadita de
pimienta blanca molida, 300 c c de leche evaporada, 150 gramos de queso
rallado, 125 g
de jamón serrano, aceite y sal. Para decorar, unos tomates cherry y unas hojas
de endibia.
PREPARACIÓN:
1.-Picar los
calabacines y las cebollas en dados, el puerro en aros. Reservar.
2.-En una sartén
amplia echar aceite, que cubra el fondo, dejar calentar y añadir las cebollas y
el puerro picados. Rehogar unos minutos.
3.-Incorporar los
calabacines troceados, remover para mezclar y dejar pochar lentamente.
4.-Mientras, cascar en
un bol los cinco huevos (algunos me han salido con dos yemas), batirlos.
5.-Preparar el queso
rallado y trocear el jamón.
6.-Añadir el queso y
mezclar.
7.-Incorporar el
jamón, la pimienta y la leche evaporada, seguir mezclando.
8.-Una vez que las
verduras se hayan pochado, escurrirlas bien y añadirlas al batido. Mezclar.
9.-Untar un molde
(desmontable) con mantequilla y verter en él la preparación, llevarlo al horno
precalentado a 170 grados durante unos 90 minutos o algo menos, a mí me llevó
mucho tiempo, creo que ha tardado más en cuajar al tener dos yemas algunos de
los huevos que utilicé. Se comprueba si está cuajado pinchando un palillo en el
centro, si sale seco es la señal para retirarlo.
10.-Dejar templar un
ratito, pasar un cuchillo por todo el borde y desmoldar. Decorar al gusto de
cada uno.
Lo mejor de todo es cuando llega la hora de presentarlo en la mesa, servir un trocito y saborearlo. Tanto frío, como caliente, está para repetir por lo suave, jugoso y delicioso sabor que tiene.
Y como por hoy ya
te he contado muchas cosas, acabo esta misiva enviándoos cariños de todos para
todos junto con un fuerte abrazo de
vuestra.