Un
Octubre que se contradice con los sentimientos que experimenté hace muchos
años, todo era emoción, alegría, todo un bello sueño que acababa feliz, como
sucedía en los cuentos que yo leía.
Era
un día hermoso que amaneció con sol, el cielo se vistió de fiesta y eligió su
mejor vestido azul para hacerme compañía.
¡Todavía
me parece escuchar la música celestial que los ángeles, aquél día, entonaron
para mí, como premio al gran amor que sentía!
¡Y
pensar que todo ocurrió en otoño…!
Pero
cambio de tema.
Hoy quiero mandarte algo que he encontrado, es
una canción de antaño, de tu época, la canta Libertad Lamarquez, como te gustaba tanto… por
eso quiero darte esta alegría.
Este
verano, durante mi descanso en el pueblo, sabes que no he dejado de escribir.
Un día del mes de Agosto, en una de esas noches en que no dormía, mientras
miraba al cielo, me puse a plasmar lo que sentía:
Llevo
ya años subiendo
Una
rugosa montaña
Hay
veces que me detengo
A
contemplar lo que falta.
Otras,
sin querer, resbalo
Y
retrocedo jornadas
Sin
ilusión y cansada
Reinicio
la escalada.
El
camino es pedregoso
Con
espinos entre zarzas
A
veces me hacen llorar
Mas
no detengo mi marcha.
Debo
llegar a la cima
Tengo
que encontrar consuelo
Deseo
pedirle al cielo
Que
me devuelva la paz
Que
he perdido tras un duelo.
Y
ahora llega la hora de meterme en la cocina. Nunca he preparado una empanada.
Hoy la haré con unas sardinas fresquísimas que he encontrado en el mercado.
INGREDIENTES:
Tres cebollas, uno o dos pimientos rojos, un kilo de sardinas, tres cucharadas
de salsa de tomate, dos planchas de hojaldre, un huevo, un poco de harina,
aceite y sal.
1- Empezaremos por lo más entretenido,
hay que limpiar bien las sardinas, sacarles las escamas, la espina central, las
laterales y dejar los dos lomos limpios. Reservar.
2- Pelar las cebollas, cortarlas en
juliana, hacer lo mismo con el pimiento rojo. Reservar.
3- En una cazuela con un poco de
aceite, lo dejamos calentar y añadimos la cebolla y el pimiento, poner el punto
de sal y se dejar pochar muy lentamente.
4- Cuando la cebolla tiene un color transparente y un
aspecto meloso, se retira del fuego y se pasa, junto con el pimiento, a un bol.
5- Añadir las tres cucharadas de salsa
de tomate. Remover para mezclar.
6- Espolvorear harina sobre la mesa de
trabajo, apoyar la plancha de hojaldre y extenderla con un rodillo, a la medida
de la placa de horno.
7- Cubrir toda la superficie con la
cebolla y el pimiento.
8- Encima colocar los lomos de sardinas
con la piel para abajo, salar ligeramente.
9- Cubrir con la otra plancha de
hojaldre extendida.
10- Barnizar la superficie con el huevo
batido ayudándonos de un pincel y cerrar los bordes de la empanada.
11- Hacer un hueco central, para que
respire y adornar a gusto con los sobrantes del hojaldre.
12- Precalentar el horno a 180 grados,
meter la empanada y dejar unos 15-20 minutos hasta que esté completamente
dorada por todas partes.
Tengo amig@s a los que no les gusta la cebolla, si la hacen con
puerros pochados, también está deliciosa.
Madre, este fin de semana vendrán todos a verme, lo
celebraremos y nos seguiremos acordando de ti.
Abrazos y cariños de toda la familia.