Querida madre: Como te había prometido, voy a continuar contándote algún episodio más que me ha pasado con otro gato.
Teníamos
solo 14 años, estábamos en cuarto de bachillerato y ya llevábamos un tiempo
planeando la forma de aparentar mayores para poder ver aquella filme que nos
intrigaba tanto: Los crímenes del museo de cera.
Yo había
dicho a mis padres que llegaría un poco más tarde a casa, que me quedaría a
completar apuntes con una compañera.
Años
atrás, las niñas de 14 años aún llevábamos calcetines y las trenzas era
uno de
los peinados muy habituales.
Muchas
fueron las veces que nos hicimos la misma pregunta ¿Cómo engañar al portero
para que nos dejara pasar?
Después
de soltar nuestro pelo y sacarnos los calcetines, decidimos probar suerte.
La más
alta de las tres llevaba las entradas y cuando nos encontramos frente a aquél
portero uniformado y con gafas de miope, intentamos disimular nuestro
nerviosismo, reímos, yo creo que eran los nervios, se nos quedó mirando de
arriba a abajo, dudó un poco y al fin dijo:¡Pasen!
Disimulamos nuestras ganas de correr para meternos en la sala y al poco nos vimos sentadas en las butacas tapizadas en rojo ¡Prueba superada!
Al poco de comenzar la peli, el miedo se fue apoderando de nosotras, nos agarrábamos las manos y con la que nos quedaba libre, tapábamos nuestras bocas para no chillar, creo no haber pasado tanto miedo en toda mi vida.
Son pocos
los detalles que recuerdo de aquella película, pero la figura de Juana de Arco
en el museo, no era de cera, debajo de aquella peluca morena, se ocultaba el
cabello rubio y el cuerpo de una bella chica que aquél maltrecho asesino
pretendía ocultar.
Para los
que se estén preguntando a qué viene todo este rollo si el gato sigue ausente,
les diré que tengan paciencia, todavía tengo que regresar a casa y lo haré en
mi próxima entrada, no tengo intención de aburriros más.
Para los
interesados, os dejo el enlace de la película: https://ok.ru/video/3410041113274
A mí ni
se me ocurre volverla a ver.
Adolescentes
éramos las tres
pocas
travesuras hicimos
pero
aquél día…
bien
planeado lo tuvimos.
Queríamos
ir al cine
aparentando
ser chicas
guardamos
los calcetines
los lazos de las coletas
y, pese a no llevar tacones,
logramos
pasar la prueba
y entrar
en aquella sala
llena de
personas mayores.
Hoy dudo
si aquél portero
quiso
hacernos un favor,
más bien
ha sido un castigo
¡el miedo
que allí pasamos
jamás
tuvo parangón!
Y como se
aproxima la Semana Santa, voy a dejaros un plato típico para estos días que se
acercan: Bacalao con tomate y pimientos.
INGREDIENTES:
Una bolsa de bacalao congelado en su punto de sal, una cebolla, la parte blanca
de un puerro, tres dientes de ajo, salsa de tomate, vino blanco, perejil, dos
patatas grandes, una hoja de laurel, un trozo de cebolla, aceite, sal y pimientos
asados (utilicé un bote de mis conservas).
PREPARACIÓN:
1- Dejar
descongelar el bacalao y enharinar ligeramente cada trozo. Reservar.
2- Picar
finamente la parte blanca del puerro, la cebolla y dos dientes de ajo.
Reservar.
3- Poner
sobre el fuego una sartén con aceite y un diente de ajo con piel, dejar dorar e
ir añadiendo los trozos de bacalao para sellarlos, con vuelta y vuelta es
suficiente.
4-
Retirar el bacalao a una fuente.
5- En el
aceite sobrante echar primero los ajos picaditos y esperar a que tomen color.
6- Añadir
a la sartén la cebolla y el puerro picados, dejar pochar.
7-
Incorporar 4-5 cucharadas de salsa de tomate (utilicé la de mi conserva), regar
con medio vaso de vino blanco, subir el fuego para que se evapore el alcohol, y
dejar cocinar unos minutos a media temperatura.
8- Es el
momento de añadir los trozos de bacalao y el jugo que han soltado durante el
reposo.
9- Tapar
la cazuela y dejar cocer todo junto, dos minutos serán suficientes para que el
bacalao no se reseque.
10- Pelar
las patatas, cortarlas en rodajas un poco gordas y cocerlas en agua con sal con
un casco de cebolla y una hoja de laurel. Cuando estén, se escurren y reservan.
11- Ya
solo queda presentar el plato, poner en la base de la fuente donde se vaya a
servir, las patatas, unas al lado de las otras, encima colocaremos los trozos
de bacalao con su salsa y se adornará con tiras de pimientos asados.
Os dejo
esta ración que, además de económica, está buenísima.
Dejo
cariños y abrazos para mis seguidores y para ti, madre mía, sabes que nunca te
olvido y te llevo en el corazón junto con mis otros amores que han significado
tanto en mi vida.
Kasioles