Querida madre: Esta es otra de las cartas que he escrito y todavía no te he mandado, es de Septiembre, del día que los albañiles han acabado y por fin nos han dejado tranquilos.
Anthony, siempre con su buen sentido del humor, me decía: la gente que habla sola por la calle, es porque está loca o tiene albañiles en casa, ¡que gran razón encierra el chiste o el dicho!
Cuando los vimos alejarse camino abajo, con el camión cargado con la hormigonera y el resto de las herramientas, no nos lo podíamos creer ¡ por fin solos! .
Pese a tener la casa hecha un lío, hemos querido celebrarlo. Llamamos a nuestros hijos para que viniesen a cenar. A media tarde llegaron con mis nietos, se estuvieron bañando en la piscina y a los más pequeños se les despertó un apetito devorador.
Sobre las nueve serví la cena, hasta he tenido el humor de encender unas velas. Todos disfrutan con lo que les preparo, nadie protesta, todo les gusta.
Alexis, el más chiquitín, se sienta pacientemente en su silla y con mucha calma, él solito, va pinchando los trocitos de comida ¡qué lindo es!
Más de una vez le hablo de ti, le digo que tiene una doble yaya, que está lejos, pero que un día volverá y le traerá golosinas y juguetes.
Siento que no hayas llegado a conocerle, tan solo por las fotos que te mando, sabes como va creciendo. Habla poquísimo, pero con su media lengua, sabe decir tu nombre: yaya Lisa.
Por todo lo que te cuento, verás que sigues presente en nuestras vidas, tanto mis hijos como yo, en cantidad de ocasiones te mencionamos. Más de una vez decimos: así lo hacía la abuela, así nos lo enseñó, de esta forma le gustaba a ella.
Mucha gente no entenderá nuestro sentir, pero yo pienso que si te conocieran, comprenderían que eres y has sido un ejemplo a seguir, una extraordinaria madre, abuela y bisabuela. Todos deseamos tu regreso.
Mientras, por no perder la costumbre, te mandaré otra receta. Son unos entrantes que ha preparado Mary Neri, yo tan solo la he ayudado a montarlos.
Las banderillas, están hechas con medio huevo de codorniz cocido, un trozo de guindilla suave en vinagre, una anchoa en aceite, un trozo de pimiento rojo macerado en agua, vinagre y sal (sirve un trozo de pimiento morrón) y una aceituna rellena, todo ello se va ensartando en un palillo.
Los otros entrantes son algo más elaborados. Preparar primeramente un sofrito con: aceite, cebolla cortada en juliana fina, pimiento verde y rojo, troceados de igual manera, poner el punto de sal y dejar pochar lentamente. Reservar.
Cortar una barra de pan en rebanadas, meter al horno a tostar. Reservar.
Para preparar el montadito, pondremos sobre el pan dos tiras de queso fresco, sobre ellas colocaremos un poco de la fritada de pimientos y cubriremos con dos anchoas o sardinas en vinagre.
Nos ha llevado mucho más tiempo el prepararlos, que el rato fugaz que las fuentes han permanecido sobre la mesa. Los niños han tenido fiesta. Piden que lo repitamos.
Ahora te dejo a ti para que los hagas, tienes mucha paciencia.
Hasta la próxima, abrazos de todos.
Kasioles