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martes, 14 de febrero de 2017

CABECERO DE CERDO AL AROMA DE CITRICOS

Querida madre: Con frío y lluvia (ya amainó el viento) se va pasando esta estación invernal, los días tienen alguna hora más de luz y dentro de poco volverán a brotar los árboles. ¡Qué rápido se me pasan los meses!




De un tiempo a esta parte, tengo la sensación de que los días tienen menos horas, no me explico como ahora, que te estoy escribiendo, dentro de nada vuelvo a hacerlo porque ya se ha pasado una semana.



Madre, es como si los días tuviesen alas y las horas fuesen mariposillas que vuelan incansables o estrellas fugaces que somos incapaces de retener ¡Ay madre si yo pudiese detener el tiempo y volver al pasado!


El sábado he ido al pueblo, os hice la visita de costumbre, no hay vez que vaya que no me acerque hasta allí, no lo puedo remediar.

Aquello da pena verlo, el viento ha hecho de las suyas y el camposanto aparece sembrado de flores marchitas, maceteros rotos y flores de plástico descoloridas.

Una nota de vida son los durillos que resisten arrogantes al frío y las violas y pensamientos que siguen vivos pero, tan prudentes, que apenas asoman por las jardineras.





Este mes despierta mi nostalgia pero, aún así, he querido escribir algo para él, no podía olvidar el día de los enamorados, es una forma de recordarlo y que siga vivo en mi corazón.



Esta noche cenaremos juntos a la luz de las estrellas.
Prepararé, sólo para ti, lo que más te gustaba.
Te esperaré paciente e ilusionada.
Notarás mi amor en cada detalle, en cada palabra.
Y soñaremos juntos hasta la madrugada.

En este 14 de Febrero
Quisiera dilatar el pasado
Para vivir el presente
Con la ilusión del ayer
Y la dicha de tenerte.




Me regalarías flores
Como muestra de tu amor
Un amor que, día a día,
Abonamos sin medida
Y acrecentó la pasión.



Nunca he podido pensar
Que llegaría el momento
En que a mí me faltaría
Tu regalo en este día
Y el beso de buenos días.
 ¡Amor!

No te extrañe que te escriba
Sé que no me leerás
Pero el corazón me dice
Que debo seguir soñando
Para tenerte, quererte
Y no olvidarte jamás.

Como ya llega la hora de preparar el plato de esta semana, hoy quiero hacerlo en honor a una amiga bloguera que vive en Brasil, su nombre es Mª Gloria D'amico y la receta es de ella, la encontré un día en su blog Fare la Scarpetta,

La hizo en Navidad con una paleta de cerdo marinada con cítricos, aquél olor que desprendía, se propagó por toda la blogosfera y allí estaba Kasioles para recopilar los datos y traerla hoy a este espacio.

No he seguido su receta al pie de la letra, no tenía ni romero fresco ni apio, tampoco la paleta de cerdo, lo tuve que hacer con cabecero, pero le doy las gracias de igual manera, ya que el resultado ha sido fantástico y ha encantado a toda mi familia.

CABECERO DE CERDO AL AROMA DE CÍTRICOS.
INGREDIENTES: Un cabecero de cerdo con hueso, de 3kg más o menos, tres hojas de laurel, 4 clavos, yo puse 6, pimienta negra molida, yo tenía roja y negra, eché unos 15 gramos, una cucharada de azúcar moreno, el jugo y la ralladura de una naranja, las ralladuras de un limón, 7 dientes de ajo ligeramente machacados, 3 zanahorias, dos cebollas, cucharada y media de sal gorda, un buen vaso de vino blanco y un pimiento verde, ella no lo puso.

PREPARACIÓN:
1- Decir al carnicero que nos dé unos cortes a la carne, condimentarla con una cucharada de sal bien repartida y la pimienta roja y negra.

2- Aplastar un poco los ajos en un mortero. Reservar.

3- Rallar las pieles de naranja y limón. Exprimir el jugo de la naranja. Reservar.


4- Poner en una fuente amplia la carne salpimentada e ir echándole todas las especias de la marinada: romero, laurel, clavos, el azúcar, los ajos, una cebolla troceada (reservar la otra), las ralladuras de limón y de naranja, el jugo de la naranja y un buen vaso de vino blanco. En esta marinada se deja la carne toda una noche, es conveniente darle vueltas de vez en cuando para que se impregne bien por todos los lados.

5- Al día siguiente, sacar la carne de la marinada y escurrirla bien (ella aconseja secarla), En la bandeja de horno, preparar una cama con la cebolla troceada, las zanahorias en rodajas y el pimiento verde en aros (ella no lo ha puesto).

6- Cubrir con las patatas cortadas en rodajas gruesas, echar la media cucharada de sal, regarlas con un poco de aceite y un vasito de la marinada después de haberla colado.

7-  Colocar la carne encima de las patatas.

8-       Meter al horno precalentado a 200 grados, los 30 primeros minutos y luego hornear a 180 grados 3-4 horas, yo lo he dejado 4 horas a 160 grados y le he dado vuelto cada hora o algo menos.

9- El resultado final, después de saborear esta ración, es que sólo han quedado los huesos. Me han dicho que tengo que repetirlo
.
Una vez más, tengo que darte las gracias, Mª Gloria.
Y acabo esta carta enviándoos un montón de cariños y abrazos.

                  Kasioles