escribirte, tengo la sensación de que al tiempo le han puesto alas, vuela.
A excepción de que he estado unos días en Madrid, haciendo vida familiar con dos de mis hijos, por lo demás, a mi regreso, no he hecho nada relevante: rellenar tuppers de comida para los otros hijos, es decir, lo de siempre.
Sabes que cuando viajo no dejo de visitar los mercados de cada ciudad, sobre todo si es portuaria, admiro los expositores de los puestos de pescado y disfruto viendo esos peces tan vivos, cosa que por aquí apenas se ven, ya llegan mareados de tanto viaje.A la capital de España llega una selección de pescados y todos con escamas relucientes, hasta he visto anguilas vivas.
El mercado que estaba deseando
conocer, se llama Maravillas y el nombre más acertado no ha podido ser, allí se
encuentra de todo y de calidad, me he quedado con ganas de volver, pero lo haré
con una buena nevera.
Willy nos invitó a comer a su
casa y quiso agasajarnos con una comida típica gallega, tampoco podía faltar
una tarta de Santiago.
En una de las pescaderías del
mercado compró un pez limón de más de dos kilos (yo no lo conocía) y en otra
zamburiñas y unos berberechos enormes, a mí me encantan.
Ahora ya solo queda dirigirnos a
su chalet y encender la barbacoa.
Pero antes quiero poneros una
canción de Armando Manzanero y un poema que he escrito hace un tiempo, lo acabo
de encontrar:
lluvia que besa la tierra
orballo que en mis mejillas
me recuerda a tus caricias.
Aquél beso humedecido
resguardados de la lluvia
y abrazados como niños,
era mística ternura.
Era aquél amor tan puro,
tan idílico, tan humano,
por si la pasión crecía
y pudiese hacernos daño.
Era un tira y afloja, era…
¡qué se yo!
No encuentro las palabras
que expresen lo que se siente
cuando despierta el amor.
A LA PARRILLA PREPARÓ EL PEZ
LIMÓN, LAS ZAMBURIÑAS Y AL CALOR DE LAS BRASAS ABRIÓ LOS BERBERECHOS.
ZAMBURIÑAS: Las puso boca abajo
entre dos parrillas, las colocó sobre las brasas y dejó unos minutos que se
hicieran, les dio la vuelta y roció cada una con aceite batido con sal, ajo y
perejil.
BERBERECHOS: Los colocó en una sartén grande, la dejó calentar sobre las brasas y echó los berberechos bien lavados, se abrieron rápido y los comimos rociados con limón, a mí me encantaron.
PEZ LIMÓN:
La receta más sencilla no puede
ser, el pescadero limpió y abrió el pescado para cocinarlo a la brasa y ya solo
quedaba salarlo, (lo hizo con sal gorda), esperar un rato a que cogiera la sal
y ponerlo en la parrilla a asar, cuando estuvo en su punto, lo roció con una mantequilla
derretida con ajo, perejil muy picaditos y jugo de limón, ya estaba listo para
llevarlo a la mesa y saborearlo ¡Buenísima su carne! Además nos han dicho que
es rica en ácidos grasos saludables.
Antes de empezar a comer
estuvimos tomando unos aperitivos que ya tenía preparados y los regamos con un
vino Alvariño blanco muy frío que me recordó a mi tierra y luego seguimos con
esas otras delicias a la parrilla que si una estaba buena, la otra más.
La tarta de Santiago cerró
satisfactoriamente nuestra inolvidable comida en familia.
Madre, de algún modo tú también
estuviste con nosotros.
Abrazos y cariños para compartir.
Kasioles