Las más deliciosas recetas de la cocina española, catadas por generaciones de hambrientos y exigentes estómagos de hijos, nietos, bisnietos, amigos y demás familia.
Querida madre: Estimulada por la cantidad de amigos poetas
que asiduamente nos visitan y arropan con sus letras, hoy quiero enviarte unos
haikus que escribí para ti, los acompañaré con muchas flores, las más lindas de
la primavera.
Me imagino que te estarás preguntando ¿Qué es un haiku?
Sencillamente cosiste en una forma muy breve de la poesía
japonesa, son poemas muy cortos de cinco, siete y cinco sílabas.
Aunque la mayoría de los haikus hablan de la naturaleza,
yo siempre sigo los impulsos de mi corazón y en ellos tú ocupas un lugar
primordial, para tí son:
Madre querida
misivas te escribo
van sin destino.
Deseo enviarte
florecillas silvestres
recién cogidas.
Son las primeras
salen en primavera
llevan tu nombre.
Haré un gran ramo
aunado con un lazo
verde esperanza.
Quiero que sepas
que te sigo añorando
¡Mi buena madre!
En tu recuerdo,
para ti construí un altar
te rezo siempre.
Te quiero y querré
presa vas en mi alma
mientras aquí esté.
Descansa en la paz
para ti destinada
por tu Dios Amor.
Mis hijas me están animando a viajar al Sur, al final
acabaré cediendo pese a que me cuesta muchísimo decidirme, los viajes largos no
son de mi agrado.
Si me quedo en silencio por un tiempo, pensad que estaré
tomando el sol en algún lugar de la costa mediterránea.
Y ahora os voy a dejar un plato ligero, sencillo y con
miras a la operación bikini que se aproxima: Carne con tirabeques al estilo
oriental.
La receta surgió para dar salida a unos filetes pequeños
de tapa que tenía en el frigorífico.
INGREDIENTES: Tres filetes de ternera, cuarto kilo de
tirabeques o alubias verdes, pimientos rojo, verde y amarillo, medio de cada
uno, la parte blanca de un puerro, 1cebolla, sal, pimienta, dos cucharaditas de
salsa de soja y unos granos de ajonjoli.
PREPARACIÓN:
1- Lavar y quitar los hilos a los tirabeques o a las
judías verdes.
2- Poner a cocerlos en agua con sal unos 10 minutos.
Reservar.
3- Poner una sartén al fuego con un poco de aceite y,
cuando esté bien caliente, echar la carne cortada en tiritas
finas,salpimentarlas y dejar que se doren por todas partes. Retirar y reservar.
4- En la misma sartén se añade un poco más de aceite y se
echan las verduras troceadas, rehogar y dejar pochar.
5- Cuando están, se añaden los tirabeques escurridos,
mezclar con las verduras.
6- Es el momento de añadir la carne, aromatizarla con la
soja y poner el punto de sal y pimienta si hiciese falta.
7- Espolvorear el conjunto con ajonjoli y servir.
Y con el deseo que os haya gustado este plato ligero,
dejo cariños para todos hasta mi regreso, para ti madre mía, un abrazo muy
especial de todos nosotros para ti.
Querida
madre: Ni cuenta me daba que este primer domingo de mayo se celebraba
el día de la MADRE. ¿Será por que día tras día te llevo prendida
en mi recuerdo?
Tenía
la idea de seguir contándote lo del gato salvaje que me visitaba en
los veranos, pero lo dejaré para otra entrada, de momento esta carta
va dedicada solo a ti.
Bien
sabes que desde que has partido no he dejado de escribirte, se han
pasado muchos años, pero hay veces que siento como si todo estuviera
demasiado reciente.
Todos
los duelos son difíciles de superar y afrontar, recuerdo que mi
primera etapa fue el rechazo, no aceptaba la realidad y comencé a
escribirte como si nada hubiera pasado y te hubieras marchado a un
lugar cálido beneficioso para tu salud.
Un
día, uno de mis seguidores Julio Díaz Escamilla, ya fallecido,
(Seguramente los más veteranos lo habéis conocido), me dejó un
comentario en el que me decía que había leído entre letras un
sentimiento que reflejaba la pérdida de una madre.
Reconozco
que, a partir de ese momento, afronté la realidad y , aunque no he
dejado de escribirte, poco a poco fui sintiéndome mejor: Comencé la
etapa de aceptación. Las cartas que con tanto amor y agradecimiento
te escribo, han sido mi mejor terapia.
Nunca
dejaré de quererte.
Era
niña a tu lado
Yo
tenía una madre
que
era una bendición
¡Cuánto
me quería mi madre!
¡Cuánto
la quería yo!
Antes
de nacer la quise
en
su seno fui feliz
y
la dicha fue completa
cuando
me sentí arropada
por
el amor de unos padres
que
lo darían todo por mí.
La
vida se pasa rápido
tanto…
Que
un día de un mes de junio
tuve
que decirle adiós
a
partir de ahí ya no fui la misma
¡Tuve
que hacerme mayor!
Y
aún así no puedo contener estas lágrimas que ruedan por mi mejilla
al escribirte estas letras.
En
todas mis entradas añado un plato de comida casero para alegrar los
paladares de los más exigentes.
Hoy
hago una excepción para ti e intentaré hacer un postre de tu
agrado: Strudel con pasas, manzana, nueces y hojaldre.
INGREDIENTES:
2-3 manzanas dependiendo del tamaño (las que más os gusten), una
lámina de hojaldre, mejor con mantequilla, 50g de nueces peladas y
troceadas no demasiado finas, 40g de pasas sin semillas (yo las he
puesto a remojar en brandy, pero sirve agua o un vino dulce), 50g de
mantequilla, 1o 2 cucharadas de azúcar moreno, algo menos de una
cucharadita de canela molida y un huevo para pincelar el hojaldre.
PREPARACIÓN:
1-
Poner las pasas a remojo en brandy o simplemente en agua. Pelar las
nueces y trocearlas no demasiado finas, que se noten cuando nos las
encontremos dentro del strudel.
2-
Pelar las manzanas y sacarles las pepitas, cortar en dados pequeños.
Reservar.
3-
Poner al fuego una cazuela baja o una sartén, echar la mantequilla y
dejar que se derrita.
4-
Es el momento de añadir las manzanas, las pasas, las nueces, el
azúcar y la canela, remover para mezclar y dejar pochar todo junto
unos minutos, dos o tres serán suficientes.
5-Cuando
la manzana comienza a estar un poco melosa, se retira la cazuela del
fuego y se deja enfriar.
6-
Cuando la preparación está completamente fría, se saca el hojaldre
del frigorífico, se extiende y la lámina se divide en tres partes,
dejar la central un poco más ancha que las dos laterales. Hacer unos
cortes en diagonal de unos 2 cm de anchura en cada uno de los
laterales del hojaldre y rellenar la parte central con el preparado
de manzana y demás ingredientes.
7-
Y ahora viene lo bueno, hay que entrenzar las tiras y como Kasioles
no es ninguna experta, no me ha salido todo lo bien que quisiera,
pero lo hice con corazón y es lo que cuenta, habrá que mirarlo con
gafas oscuras y solo degustarlo. Una vez trenzado, pincelarlo con
huevo batido.
8-
Precalentar el horno a 190 grados, calor arriba y abajo, yo también
le he puesto el ventilador, meter el strudel y en menos de media hora
salía doradito, rico y con un olor que abría el apetito a
cualquiera.
Madre
mía, ya sabes que la repostería no es mi fuerte, pero lo he hecho
con todo el cariño para ti.
Una
vez más, te mando cariños con un ramillete de flores, este centro
lo hemos llevado hoy al cementerio.
Todos
te echamos en falta y siempre hablamos de ti recordándote.
Querida madre: Todo comenzó hace tres años en el pueblo,
tú ya no estabas, pero ahora te lo cuento:
En el atardecer de un caluroso verano y mientras miraba
distraída a través de la ventana de la cocina, observé que cerca del lilo había
un gato, salí rápido con intención de espantarlo pero nada más oír el sonido de la puerta al abrirse, escapó veloz como un rayo.
Cuál sería mi sorpresa cuando, al día siguiente y más o menos a la misma
hora, volvió y, aunque siempre distante, presentía que me observaba, tampoco me
dio tiempo a espantarlo, al verme, salió disparado como un proyectil.
Se pasaron unos cuantos días sin rastro del gato, pero
una tarde volvió a aparecer, yo estaba fuera, en el jardín, pero su
comportamiento era el mismo, escapaba a la velocidad de un galgo si notaba que
me movía.
Su constante presencia ablandó un día mi corazón, me dije
que seguramente tendría hambre y por eso aparecía atraído por el olor de
nuestra cena al aire libre.
Y aunque otro día nada más verme también emprendió la
carrera, yo le dejé un platillo con restos de comida en el mismo lugar donde
había estado.
Mi sorpresa fue grande al comprobar que había regresado y
dejaba el plato limpio ¡Qué hambre tenía!
Otro día continuaré con mi relato, no quiero que esta
carta se extienda demasiado.
PARA MICHA
Confieso que me acostumbré
a su presencia en verano
y aunque era peculiar
también tenía su halo.
No me dejaba acercar
pero paciente esperaba
la ración de su comida
que a diario preparaba.
Cuando me veía marchar
rápido se aproximaba
y con apetito voraz
el plato limpio dejaba.
Carecía de modales
las gracias nunca me daba
y en silencio se marchaba
como señora invitada.
Yo la veía alejarse
escabullirse en zigzag
luego, tras saltar la cerca,
nunca supe a dónde va.
Y como la comida no la perdona nadie, me voy a la cocina
a encender el horno, el plato que hoy voy a preparar es típico de la cocina
mexicana, requiere varias horas de horno, por lo demás, no es difícil de hacer,
me estoy refiriendo a la COCHINITA PIBIL ¿Os suena el nombre? En sus orígenes
este plato se hace con carne de cerdo (paleta o aguja) envuelta en hojas de
platanera y cocido en horno de tierra, pero nosotros nos adaptaremos a lo que
tenemos a nuestro alcance y el resultado es también extraordinario ¡Allá vamos!
INGREDIENTES: 2 kg y medio de carne de cerdo, yo he usado
media paletilla. Dos paquetes de tortillas mejicanas.
Para el adobo se necesita: Un trozo de cebolla blanca,
otro trozo de una rama de canela, 8 granos de pimienta negra, 3 clavos de olor,
6 dientes de ajo enteros y pelados, 150g de pasta de achiote(es imprescindible
para hacer la cochinita, (yo la tuve que comprar a través de internet), media
taza de naranja y otra media de limón, media cucharada de pimientas negra y
roja molidas, media de orégano y otra media de comino y dos cucharadas de sal.
ELABORACIÓN:
1- Primeramente hay que exprimir las naranjas y los
limones hasta obtener una taza de cada fruta.
2-Seguidamente y en el vaso de la batidora, se echan
todos los ingredientes del adobo, se tritura todo hasta que quede reducido a
una salsa con algo de consistencia.
3- Proceder a adobar la carne por todos los lados, os
aconsejo poneros unos guantes, la pasta de achiote es escandalosa por su
potente color rojo, si sobrase, se volcará el resto por encima de la carne.
Taparla con papel film y meterla en el frigorífico unas 10 horas, yo la dejé de
un día para otro.
4- Al día siguiente, retirar el film y cubrir la fuente
(que será apropiada para horno) con varias vueltas de papel de aluminio, tiene
que quedar bien cerrada por todas partes.
5- Meter al horno a 170 grados con calor arriba y abajo,
dejar que se vaya haciendo por espacio de tres horas como mínimo, yo lo tuve
tres horas y media. Pasado el tiempo, retirar del horno y desechar el papel de
aluminio, Se sabe que está en su punto cuando la carne se ha retraído y los
huesos asoman.
6- Separar la carne de los huesos y reservar la salsa,
7- Ir poniendo la carne sobre un plato y, con la ayuda de
dos tenedores se va deshilachando. Mezclar con parte de la salsa, más o menos,
según guste, y acompañar con arroz blanco.
8- Calentar al microondas las tortillas e ir poniendo
sobre cada tortilla un poco de carne, arroz y que lo queráis, a mis nietos les
gusta añadir jalapeños, lechuga, tomate, cebolleta etc. Lo tradicional es
acompañar la cochinita y el arroz con la salsa yuca-teca.
Mis nietos tienen fiesta cada vez que la hago.
Y ya termino enviándoos cariños de todos para todos, os
llevamos en el corazón, el tiempo no cuenta.