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domingo, 10 de abril de 2011

BACALAO DE CUARESMA

Querida madre: Se me ha pasado la semana en un abrir y cerrar de ojos.

Ignoro lo que le ocurrirá al resto de la gente, pero yo tengo la sensación de que los días se suceden a gran velocidad. ¿Será un síntoma de vejez?

Cierto es que llevo unos meses muy atareada. Sigo yendo a las clases de la Universidad. Cojo apuntes como en mis tiempos de estudiante. Al salir de clase, siempre me espera Anthony. Paseamos, picamos algo o nos sentamos en una terraza, ahora que empieza el buen tiempo.

Cuando llego a casa, intento sacar un rato para descifrar los apuntes que he cogido a toda velocidad. Más tarde, hago fotocopias y se las doy a dos compañeras de clase.

Hoy había quedado con unas amigas para celebrar el cumpleaños de Loly. Llegada la hora, lo pensé mejor y decidí llamar para disculparme.

Sinceramente, he preferido quedarme con Anthony. Hoy no saldremos, pero no importa, soy feliz con solo sentarme a su lado, hay veces que no hablamos, pero nuestras miradas lo transmiten todo.

Juntos, sentados en el sofá, pasa su brazo alrededor de mi espalda y hoy comprendo, más que nunca, que hay silencios que tienen más valor que mil palabras.

Vemos televisión o escuchamos música. Me siento tan feliz a su lado reposando mi cabeza sobre su fuerte hombro…

Sigo los consejos del Dr. Rojas, intento cultivar el amor. El paso de los años trata de marchitarlo y, como si de una planta delicada se tratase, yo procuro abonarlo, cuidarlo, mimarlo, en una palabra: mantenerlo vivo.

Madre, soy feliz, creo haberlo conseguido. No obstante, procuraré no bajar la guardia, en esto estriba el éxito de un matrimonio.

Y como el amor tiene muchas facetas, hoy te envío la receta de un plato que a Anthony le gusta mucho: PATATAS CON BACALAO Y ARROZ

Poner a desalar el bacalao la noche anterior.

Poner una cazuela sobre el fuego con un poco de aceite, cuando esté caliente, se añade una cebolla muy picadita y un pimiento verde italiano troceado de la misma manera. Rehogar, dejar pochar unos minutos.

Mientras, pelar y cascar las patatas, cortarlas como rompiéndolas, es para que suelten la fécula, añadirlas a la cazuela, remover con cuchara de madera para que se impregnen bien con el aceite y verduras. Ponerles una hoja de laurel y una buena cucharada de pimentón dulce (admite también algo de picante), regar con una copa de vino blanco, incorporar el bacalao troceado (pueden servir migas) y cubrir con agua. Cuando levante el hervor, se añade un puñado de arroz, remover, dejar que vuelva a hervir. Por último, echar un majado de dos dientes de ajo y hojas de perejil, remover. Dejar cocer. Pasados veinte minutos, se retira del fuego, se dejar reposar un poco y se sirve. Es un plato ideal para un día fresquito y sobre todo, para Semana Santa.

No olvides que a Josep también le gusta mucho. ¡Con cuánto cariño os lo haría yo! Tengo ganas de que llegue el día en que pueda volver a abrazaros.

Esta semana, como tantas otras, te mandamos montones de besos y abrazos.

Cariñosamente

Kasioles

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