Las más deliciosas recetas de la cocina española, catadas por generaciones de hambrientos y exigentes estómagos de hijos, nietos, bisnietos, amigos y demás familia.
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domingo, 7 de marzo de 2010
EN FAMILIA
Querida madre: Al volver de clase de Informática, mi hija Pi me había dejado una nota, decía: Máriel llegará sobre las siete y media y Willi, pasadas las ocho.
Me llevé mucha alegría cuando la leí.
Máriel viene a verme todos los fines de semana, pero mi hijo Willi, junto con su familia, lo hacen más espaciadamente. Su nena, Mirian, es todavía pequeñita y cada viaje que hacen es semejante a un traslado de casa, con cuna y orinal incluidos, ¡ Si vieras lo linda que está !
No llegaste a conocerla, te fuiste una semana después de su nacimiento y su madre todavía estaba recuperándose del parto. Mirian, nació pequeñita, pero tenía unas facciones tan perfectas, que ya entonces parecía una muñequita, algo poco común en bebés recién nacidos y con poco peso. Yo le encuentro mucho parecido con su padre, cuando era pequeño, tiene el pelo muy rizado y unos ojos grandes. Tiene algo más de dos años y además de hablar con toda claridad, conoce los números hasta el diez, las letras y hace puzles de más de veinte piezas. Belinda, la señora que la cuída, le está enseñando a juntar consonantes con vocales y a dar unos cuantos pasos de baile latino. Como abuela, me siento orgullosa, pero no solo de ella, mis otros nietos también tienen su encanto. A Alexis, tampoco lo llegaste a conocer, en verano cumplirá dos añitos, le cuesta hablar, pero con la chispa de sus ojos y el lenguaje de sus manos, no necesita esforzarse mucho para que se le entienda perfectamente.
Hoy, por la tarde, nos reunimos todos en casa de Sonsoles, somos tantos, que a la hora de cenar fue necesario colocar dos mesas, una para niños y la otra para los mayores. ¡ Qué gran satisfacción siento al verlos tan unidos ¡
Me gustaría que vieras a tus biznietos, a los mayores no les importa jugar y entretener a los más pequeños, ayer se lo pasaron todos en grande.
Katiuska y Laura se acuerdan mucho de ti, si les enseño alguna foto, te reconocen al instante, es la yaya Larisa, me dicen. Te quieren y todos te recuerdan.
Francis y Armando han crecido mucho, pero el que más ha cambiado, es Armando, casi es tan alto como su madre, ya no tiene voz de niño y escribe…. ¡ Cómo escribe! No tiene nada que envidiar a muchos novelistas profesionales, de seguir así…. algún día nos sorprenderá, tiene una gran imaginación.
Siempre que te escribo, tengo la buena intención de mandarte fotos de todos, pero ya sabes lo que pasa, esta generación es demasiado moderna, las fotos ya no suelen estar en un carrete, como antes, en blanco y negro o en color, ahora todas están metidas en el ordenador o en los teléfonos móviles. Me pondré pesada, y cuando logre algunas, te las enviaré.
Katiuska ya no tiene aquellos rizos rubios tan bonitos, ahora lleva una melenita corta y lisa, tiene una voz muy dulce, sigue igual de mimosa y canta muy bien. Laura ha crecido bastante, es muy espigada, le encanta ir al colegio, ya lee y, como actividad extraescolar, la llevan a gimnasia rítmica y a flamenco.
Francis canta en el coro del colegio.
Sin proponérmelo, me he liado hablándote de mis nietos y se me acaba el tiempo para contarte más cosas.
Pero, antes de acabar….¿ Sabes que el otro día he soñado con papá?. Siento no poder haberle visto la cara, pero era él, delgado, alto, le ayudé a levantarse de la cama, estaba sentado en el borde, tenía el pantalón puesto y una camiseta de tirantes, iba a asearse, yo le cogí por debajo de la axila y se incorporó.
Quizás, madre mía, todo sea una casualidad, pero el día que soñé con él, fue el 17 de Febrero y precisamente en esa fecha, se cumplían 17 años de su fallecimiento. Padre mío, ya ha pasado mucho tiempo, pero solo tu recuerdo hace que mis ojos se llenen de lágrimas, ¡ Que gran padre has sido !. ¡ Cuánto te quiero!
Hoy he ido con Máriel al cementerio, ayer hubo un vendaval, y temíamos que volasen todas las plantas, pero de esta vez, hemos tenido más suerte, los pensamientos y las violas, aunque un poco encharcados por el exceso de lluvia, siguen floreciendo. Por esto, no debes preocuparte, lo seguimos cuidando y siempre tenemos el panteón con flores naturales. Lo más importante, es que llevamos a papá en nuestros corazones, arropado con todo nuestro cariño. Cada vez que voy al cementerio, repito lo mismo:” No te dejo, te llevo conmigo, tu irás donde yo vaya hasta que llegue el día en que pueda reunirme contigo, te quiero”.
Máriel y Willi, hace un rato que han llamado para decirme que han hecho un buen viaje, encontraron poco tráfico en la carretera, y ya están en sus respectivas casas.
Hoy hemos comido en casa de Mary Nery y Lucho, la sobremesa ha sido corta, tenían que viajar, mañana es día de trabajo.
En mi próxima carta, te enviaré la receta de la fideuá que hemos comido hoy. La hizo Willi, el experto, el artista.
Te mando cariños de toda la familia, de más está el decirte que nos acordamos de ti. Te abraza, Kasioles.
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