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domingo, 12 de diciembre de 2010

ESTA SEMANA COMEREMOS ALUBIAS CON SETAS Y ALMEJAS

Hola, madre, buenas noches: Seguramente, a estas horas, estarás dormida ¡qué suerte!

Yo he vuelto a levantarme de la cama sin que Anthony se entere. Duerme feliz.

He venido al cuarto de estar para poder escribirte. No logro dormir.

Está lloviendo, las gotas, fuertes unas veces, más débiles otras, no dejan de chocar contra el tejado de la casa, ese sordo tintineo que no para de repicar, me pone nerviosa. No me deja conciliar el sueño. ¡Qué ganas tengo de que pare de llover!

Hemos tenido un puente largo con frío y lluvia.

Máriel ha venido a vernos el sábado, se ha marchado el miércoles, el día 9 tiene que trabajar.

No para, se ha pasado la mayor parte del tiempo elaborando un largo informe sobre un proyecto que se está realizando en EEUU.

El próximo domingo le toca viajar, se va a Francia, estará una semana. La echaremos de menos.

Siempre que viene, tiene algo que contar, nos llena la casa y nos da alegría.

Madre, nos pasamos gran parte de la vida criando hijos, después, aquellos niños, se van haciendo grandes, tanto que, un buen día, vuelan de nuestro lado, tienen que buscar su vida, encontrar esa meta a la que todos aspiramos: Un trabajo que les permita independizarse.

Hoy, con la crisis que soportamos, es muy difícil de conseguir ¡Cuántas familias tendrán a todos sus miembros en paro!....

Anthony y yo, a pesar de que cuando se van, nos entristece su marcha, en el fondo nos sentimos felices y orgullosos: tienen lo que buscaban.

Por regla general, todos, de una forma u otra, volamos del nido cuando nos hacemos mayores.

Yo también os he dejado por venir al lado de Anthony.

Aquél 12 de Octubre, hoy tan lejano, cuando nos casamos, cambió por completo mi vida.

Atrás dejé el cariño sincero y desinteresado de mis padres, por el amor de Anthony.

Dejé mi querida tierra costera por otra árida y seca.

Dejé una gente extrovertida y hospitalaria, por otra a la que le cuesta, en la mayoría de las ocasiones, hacer nuevas amistades.

En fin, he dejado muchas cosas atrás, lo reconozco. Pero no siento pesar, aún te tengo a ti, madre mía, a Anthony que sigue queriéndome como el primer día, y todos estos hijos y nietos que hacen me siga sintiendo una mujer feliz. Gracias.

Ya sé que a veces me enrollo demasiado. Perdón.

Pero no me olvido de la receta, ahí va: El día anterior, poner a remojo unas alubias blancas, pueden ser también pintas o de las llamadas canela, cualquiera de ellas, quedarán exquisitas siguiendo esta receta.

Para ella se necesitará: Caldo de pescado, una o dos cebollas, un puerro, un pimiento verde y otro rojo, perejil, ajos, almejas, gambas o langostinos, setas (extraordinarias si son boletus edulis ) aceite, sal, pimentón dulce y unas hojas de laurel.

Preparación: Hacer un caldo de pescado. De no tener cabezas ni espinas, se utilizará agua fría a la que añadiremos una o dos pastillas de caldo de pescado.

Cocer en él las alubias con: Una cebolla mediana, un trozo de puerro, una zanahoria, un pimiento rojo pequeño, otro verde, unos dientes de ajo enteros, sal y unas hojas de laurel. En olla a presión dejar cociendo de 15 a 20 minutos. Reservar con su caldo.

Mientras, en una sartén con un poco de aceite, pochar lentamente cebolla muy picadita, a medio pochar, añadir un chorrito de vino blanco, se evaporará, continuar pochando.

Mientras, poner las almejas en un recipiente con agua y sal, removerlas para que suelten las arenillas que puedan tener.

Cuando la cebolla está, se machacan en el mortero unos dientes de ajo y perejil.

Lavar las almejas, incorporarlas a la cebolla y volcar por encima el contenido del mortero alargándolo con otro poco de vino blanco, colorear con una cucharada de pimentón dulce, remover.

Subir el fuego y esperar a que las almejas se abran. Reservar.

En otra sartén, con unas gotas de aceite, picar muy menudito un diente de ajo, cuando toma color, se echan las colas de unas gambas o langostinos pelados, saltearlas. Retirar y reservar.

Por último, en una cazuela pequeña, echar un poquito de aceite, saltear en él unas setas laminadas, espolvorearlas con perejil picadito y sal. Reservar.

Sacar del líquido, donde cocieron las alubias, los pimientos, el puerro, los ajos, la zanahoria y la cebolla, ponerlo todo en un vaso de la batidora, añadir un poco de líquido de la cocción de las alubias. Triturar y volcar sobre ellas. Acto seguido se les añade las almejas, los langostinos y las setas, remover con cuidado para

que se mezclen bien los sabores y evitar se rompan. Dejar unos minutos que todo junto de un hervor. Servir.

Están mejor de un día para otro.

Con un kilo de alubias que preparé, hemos comido 12 personas.

Y con esto, madre, concluyo la carta de hoy.

Te deseamos todo lo mejor, montones de besos y abrazos te enviamos.

Te quiero.

Kasioles

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