Comprendo y te entiendo, hace frío, esta tierra es heladora, pero yo me había hecho tantas ilusiones…
Pasaremos otra Navidad sin ti ¡qué pena!
Tengo ganas de que se pasen pronto estos días, el que más y el que menos lleva, en sus recuerdos, la añoranza de otros tiempos vividos alrededor de toda la familia.
Siempre echo en falta a mi padre, tú tampoco estarás, en fin, intentaré no pensar, me alegraré de tener a todos los hijos y nietos con nosotros y daré gracias a Dios por mantenernos unidos y queridos.
Madre, no olvides que, dentro de mi corazón, te tendré sentada a mi lado, cogeré tu mano e intentaré pasar un buen día.
Por Anthony, hijos, nietos y también por ti, sonreiré, de sobras sé que no quieres verme triste.
He pasado toda la semana acatarrada, estoy mejor, pero este constipado nasal no acaba de remitir ¡paciencia!
Me dices que te ha gustado el nuevo colorido de mi blog, me alegro.
El otro día, vino Alvin a casa y me dice: abuela, tienes un blog muy serio, te lo tengo que poner más moderno, hay que darle colorido.
Me acordé del tono en que tu nieta Pi ha pintado la pared frontal del cuarto de estar (donde colocará una librería de 4 metros), y le dije me pusiese ese color, está de moda y le ha quedado muy bonito.
A mi blog, también le queda bien, le da luz.
Lucho me ha puesto la pecera, le encantan los peces ¿recuerdas la que tenía en su antigua casa?
No quiero que esta carta vaya sin la receta sorpresa, como les ha gustado tanto, quieren la repita.
CAZUELA CON BOGAVANTE:
Ingredientes: Una sepia, tres calamares, dos bogavantes, un kg de mejillones, una tacita de salsa de tomate casera, fumé de pescado, dos cebollas, cuatro dientes de ajo, laurel, un pimiento verde, un kg de patatas, vino blanco, azafrán en rama, perejil, rebanada de pan frito o tostado, guindilla (optativo) aceite y sal.
Limpiar los calamares, trocearlos junto con la sepia, reservar.
En un puchero poner un poco de aceite, dorar en él dos dientes de ajo laminados, añadir media cebolla picada, una hoja de laurel y unas hebras de azafrán, dejar pochar un poco, incorporar la sepia y los calamares, saltearlos, regarlos con una copa de vino blanco, subir el fuego, dejar evaporar el alcohol, remover el conjunto, ponerle el punto de sal y reservar.
En otro puchero poner los mejillones con un vaso grande de agua y otro pequeño de vino blanco. Dejar sobre el fuego hasta que se abran. Reservar su carne y el caldo que han soltado una vez colado.
Separar las cabezas de los bogavantes, partir cada una en dos, dándoles un corte a la larga con unas tijeras.
Trocear los cuerpos. Partir un poco las tenazas.
En una cazuela baja y de diámetro grande, echar aceite, que casi cubra el fondo, dorar en él dos dientes de ajo laminados, añadir la cebolla y el pimiento verde picados, rehogar, echar las cabezas de los bogavantes, seguir rehogando, incorporar las patatas, cascarlas, para que suelten la fécula, echar una hoja de laurel, mezclar bien con cuchara de madera, echar la tacita de salsa de tomate, y regar con un poco de vino blanco. Las patatas deberán quedar brillantes y melosas.
En ese punto, se añaden los calamares y la sepia junto con un majado hecho con una rebanada de pan tostado y perejil, remover y verter sobre el conjunto el caldo de los mejillones, si hiciese falta más fumé, se añadirá agua con una pastilla de caldo de pescado. Rectificar el punto de sal.
Dejar cocer, cuando las patatas están, se incorporan los bogavantes y mejillones. Dejar unos minutos sobre el fuego, retirar, tapar un ratito la cazuela y servir.
Se acompañará con un vino blanco bien frío.
Cuando regreses, madre, prometo volver a hacer este plato en tu honor, a él, añadiré un ingrediente más: todo el cariño de tu hija.
kasioles
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