El domingo pasado,
ha venido Willi con su familia y estuvimos en el pueblo celebrando dos
cumpleaños, el de Marieta (que tú ya no llegaste a conocer y acaba de cumplir 8
años) y el de Rober.
Ha sido un día
completo, por lo felices que hemos sido al estar todos juntos ¡Lástima que los
ratos buenos duren tan poco! Pronto anocheció y llegaron las despedidas.
Mientras guardaba
un bolígrafo en un cajón, me encontré con algo que había escrito el año pasado,
a mi regreso de las vacaciones junto al mar.
Seguro que en aquél
momento me entró la nostalgia y escribí:
Mientras escucho el
eco de una dulce y romántica música, siento que está a mi lado.
El sol nos acaricia
con sus últimos rayos y, mirando al horizonte, nuestro sentir se transforma en
una brisa enamorada que lo abarca todo.
De pronto, noto que
coge mi mano ¡Madre! ¡Qué sensación cuando su mano roza la mía! Siento el calor
de su piel en mi piel, no me atrevo a hablar, sólo le miro, mejor dicho, nos
miramos y sus ojos brillan como brillan también los míos ¡cuántas cosas nos
decimos con tan solo una mirada!
Sonrío, él me
devuelve la sonrisa y… sin pensarlo, me coge por los hombros, me estrecha
contra su pecho, me deja un fuerte beso en los labios y caminamos juntos
mientras me siento arropada por su fuerte brazo que abarca toda mi espalda y así, apenas sin decir nada, vamos dejando
nuestras huellas por la orilla de la playa.
Huellas, tan solo
huellas, unas huellas que no durarán nada, la marea está subiendo y las olas se
aproximan para borrar nuestras pisadas.
Muy pronto se hará
de día y…
¡Tendré que inventarme una nueva quimera para
mañana!
Como tengo un largo
verano por delante, algo se me ocurrirá.
A mis nietos pronto
les darán las vacaciones y me iré al pueblo con ellos, como allí no tengo
Internet, no podré enviarte mis cartas, pero te prometo que te seguiré
escribiendo para estar en contacto contigo.
Ahora, para dejar
un buen sabor de boca y, al mismo tiempo, aromático, voy a hacer un entrante
que ha sido idea de mi hijo Willi, él ha traído lo necesario para hacerlo.
INGREDIENTES: Un
envase de secreto de cerdo ibérico, cogollos de lechuga, menta y albahaca
frescas y una salsa coreana: SEMPIO KALBI
MARINADE. Como veréis no lleva nada de sal.
PREPARACIÓN:
1- Filetear el secreto de cerdo y retirar la
grasa sobrante.
2- Poner una sartén sobre el fuego o una
plancha, dejar que se caliente bien, echar un filete de secreto de cerdo y
dejar que se vaya haciendo en su propia grasa.
3- Cuando está dorado por ambos lados se retira
y, con un cuchillo muy afilado se corta en tiritas finas.
4- Ahora ya sólo queda montar los entrantes.
Separar las hojas de los cogollos, lavarlas y escurrirlas, poner sobre cada una
de ellas un trocito de las hojas de albahaca y menta.
5- Calentar en la misma sartén los trocitos de
secreto que hemos cortado.
6- Colocarlos encima de las hojas de lechuga.
7- Regar con la salsa coreana y servir rápido.
Se come cerrando la hoja y degustando cada bocadito.
Hasta mi regreso, os deseo lo mejor, no lo dudéis,
me acordaré de todos, ya sabéis que os tengo mucho cariño.
Para ti y para
Anthony, os dejo un montón de abrazos, de sobras sabéis que siempre vais
conmigo, resguardados en mi corazón.
Qué alegría me da volver a visitarte y ver tan regio post pleno de excelente literatura, fotos, y platillos súper deliciosos.
ResponderEliminarAbrazo grande para ti que eres una magnífica blogera